𝐜𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨
·𝐜𝐢𝐠𝐚𝐫𝐫𝐢𝐥𝐥𝐨·
Finalmente, era viernes.
Artemisa sabía que debía terminar el ensayo con Gloxinia, pero le había estado evitando desde la última vez que se vieron en la biblioteca, realmente no quería estar cerca de él de nuevo y sentirse como si no fuera dueña de su propio cuerpo. Estaba cansada de eso.
No obstante, ese día no pudo escapar, pues el pelirrojo la abordó apenas salieron de la última clase del día y todavía sabiendo que ella le había estado evitando, mostró una linda sonrisa que paralizó el corazón de la pequeña criminal.
"¿Por qué me evitas, Artemisa?" oírlo pronunciando su nombre le generaba sensaciones extrañas, lo cual le enojaba en sobremanera.
La pelinegro apretó los labios con la mirada inundada de fastidio.
"He estado ocupada, no creas que eres el centro de mi mundo, Gloxinia." gruñó Artemisa en respuesta, haciendo lo posible por negar lo obvio.
"Nunca lo creí." repuso el pelirrojo sin borrar su sonrisa.
Artemisa mordió su mejilla interna al darse cuenta de que ese chico no era estúpido, él podía darse cuenta con facilidad de que ella no quería estar cerca de él, y la razón, eso seguía estando en lo desconocido; dado que ninguno lo tenía totalmente claro.
"Acabemos el trabajo de una buena vez." gruñó la chica, acabando por cruzar los brazos sobre su pecho con rendición.
Gloxinia dibujó una satisfecha sonrisa. Posteriormente, los dos jóvenes se dirigieron a la biblioteca en silencio, ambos pensando en exactamente lo mismo; sería muy difícil volver a estar cerca el uno del otro sin demostrar la descomposición que se causaban.
Y, como era lo natural, ninguno tenía las razones de ello, ninguno sabía porqué se sentían tan extraños al estar cerca.
Sin hablar demasiado retomaron el compromiso que debían culminar, Artemisa escribía con delicadeza y fijándose hasta en lo más pequeños detalles de sus letras, mientras tanto, Gloxinia le dedicaba rápidas y embelesadas miradas a su compañera, pues ese día, la pelinegro había llevado su cabello atado en una coleta alta y dejaba al descubierto por completo su rostro y todo su blanco cuello.
Le permitía fijarse más en su redonda y esponjosa boca color melocotón, en sus poco marcados pómulos y aquel tono tan blanco de piel que, en su interior, moría por tocar y sentir.
Después de dos horas muy bien aprovechadas los dos estudiantes acabaron el ensayo, Artemisa no pudo evitar formar una clara expresión de gusto y alivio y con ella guardó los papeles en su bolso, sin darse cuenta de la penetrante mirada del pelirrojo sobre ella.
"Terminamos, finalmente." comentó Gloxinia con lentitud, un tanto decaído por dentro, pues no podría estar más cerca de Artemisa.
"Sí." musitó la chica, todavía sentada y sin moverse de su lugar.
Al cabo de unos segundos Artemisa se dio cuenta de lo que estaba sucediendo y con las mejillas coloradas se levantó, iniciando una rápida caminata hacia la salida para alejarse del chico. Sin embargo, ni siquiera llegó a la mitad del transcurso cuando escuchó que él la llamaba:
"Artemisa, espera." Gloxinia dio unas pocas zancadas para llegar hasta ella, colocándose a su lado rápidamente. "Olvidé decirte una cosa." mintió, pues estaba desesperado por tenerla cerca otra vez y ver aquellos glaciales de forma tan espontánea una vez más.
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𝗁𝗂𝗅𝗈 𝗋𝗈𝗃𝗈 ‹ ❪ 𝗴𝗹𝗼𝘅𝗶𝗻𝗶𝗮 ❫
Fanfic𝖺 𝗀𝗅𝗈𝗑𝗂𝗇𝗂𝖺 𝖿𝖺𝗇𝖿𝗂𝖼𝗍𝗂𝗈𝗇 ; 𝙣𝙖𝙣𝙖𝙩𝙨𝙪 𝙣𝙤 𝙩𝙖𝙞𝙯𝙖𝙞. 【 𝗛𝗜𝗟𝗢 𝗥𝗢𝗝𝗢 】 ❝ 𝗒 𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗌𝖾 𝗆𝖺𝗅𝖽𝗂𝗍𝗈 𝗁𝗂𝗅𝗈 𝗋𝗈𝗃𝗈 𝗌𝗈𝗅𝖺𝗆𝖾𝗇𝗍𝖾 𝖼𝗈𝗇𝖾𝖼𝗍𝖺 𝖼𝗈𝗇𝗍𝗂𝗀𝗈 ❞ 𝐴rtemisa es...