"Entiéndelo nadie jamas va a amarte, das asco ¿porque no le hacemos el favor al mundo? Vámonos de aquí."
"¡No me dejes por favor no me abandones!"
"La muerte esta esperándome"
"Te amo con todo mi corazón"
Entra a un mundo de diversas histor...
Arregle mi cabello para que se viera perfecto, de mi bolso saque un labial rojo intenso, comencé a colocarlo suavemente mientras observaba el resto de mi maquillaje, cuando comprobé que todo estaba en orden Salí del baño en dirección a la cafetería, mis tacones resonaban por los pasillos, todos se quitaban del medio para dejarme pasar, sonreí aún más, acomode bien mi mochila en mi hombro y abrí las puertas, un silencio lleno la cafetería al verme entrar, recibí miradas de los chicos junto a varios silbidos, sonriendo comencé a acercarme a mi mesa, mis amigas ya se encontraban ahí.
—Hola chicas –Dije suavemente- ¿Alguien tiene mi desayuno?
—Oh yo lo tengo less –Grito Roxana. La mire irritada
—Roxana ¿Cuántas malditas veces debo de repetirlo para que tu pequeño cerebro lo entienda? ¡Mi puto nombre es Alessandra! No Less, sabes que odio que me llames así.
Ella agacho la mirada y yo proseguí a sentarme, relaje mi rostro para evitar arrugas y me dispuse a comenzar a comer mi sándwich, si acaso esperaban a que dijera ensalada piérdanse, yo no paso hambre porque gracias al cielo existe algo que se llama ejercicio.
Mientras comía pude darme cuenta de que la cafetería volvía a quedarse en silencio, voltee hacia la puerta y sonreí maliciosamente.
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Nathan Wells capitán del equipo de futbol americano, 1.80 de altura, cabello castaño ojos verdes y un cuerpo para hacerte babear en un minuto. ¿Olvido algo? ¡A sí! Es mi ex.
Camino haciendo su gran entrada hasta llegar a la mesa de una de las chicas de nuestra clase, solté una pequeña risa mientras veía que se acercaba a Nina Bells una chica promedio de la escuela, era linda sí, pero jamás me llegaría a los talones, Nathan volteo a verme guiñándome un ojo, ay mi amor ¿Con quién crees que juegas? Intenta darme todos los celos que quieras, tú y yo sabemos que eres y serás siempre mío. Me levante de la mesa caminando en su dirección.
—Hola chicos, ¿Cómo están? –Toda la mesa me miraba en silencio, Nina me miro frunciendo el ceño.
— ¿Se te perdió algo Barbie? –Dijo en tono duro.
—Ay pero que grosera Nina, ¿Tus papis no te enseñaron a ser una agradable persona? –Sonreí viéndola.
—Solo con quien se lo merece.
—Uy que tristeza, me harás derramar lágrimas-Agite mi mano en mi rostro mientras fingía espantar las lagrimas- Sabes con un poco de maquillaje resaltarías un poco más, y si te sacaras la ceja también lo harías.
