"Pero yo te necesitó más"

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El caminaba por las solitarias calles de Chicago doblando en la esquina de la sexta avenida frente a el se encontraba el hospital "Pray for the life"

Ingresando en las puertas corredizas saludo con una sonrisa a la enfermera.

-Alice ¿como te encuentras hoy?

-Oh Jordán me alegro de verte, muy bien ¿y tú?

-Un poco cansado, hm ¿cómo esta ella?

-Le acaban de dar el tratamiento, está cansada pero se alegrara de verte, anda sube.

-Gracias Alice.

Alice me brindo una cálida sonrisa, camine acercándome al elevador y pulsando el piso 4 comencé a ascender, al abrirse las puertas de metal camine por el largo pasillo hasta llegar a la puerta 215, di dos suaves toques y una voz un poco débil me respondió un ligero "pase" empuje la puerta dejando ver las paredes blancas y sobre la cama de hospital se encontraba ella recostada sobre la almohada, esboce una pequeña sonrisa a la cual ella respondió, se veía pálida y sus labios estaban totalmente blancos, sus ojos azules brillaban con tal intensidad que casi podía jurar que eran celestes como el cielo.

-Princesa ¿como te encuentras?

me acerque a ella dandole un tierno beso en los labios.

-Muy cansada odio los tratamientos.

-Dijo haciendo una mueca-

-Pero los necesitas cariño.

Me acerque a ella y la abrace dejando que se recargara en mi pecho.

Observe con detenimiento a Isabel ella era mi novia llevábamos dos años de relación, pero hace aproximadamente medio año le diagnosticaron leucemia promielocitica aguda, provocando que ella decayera poco a poco, sin embargo yo aun la seguía encontrando preciosa, ya no tenia ese largo cabello color castaño pero su sonrisa era perfecta sus ojos eran la puerta al cielo y su esperanza me daba fuerzas para seguir bien todos los días, ella era el amor de mi vida.

-¿Que fue lo que te dijo el doctor?

-pregunto curiosa-

me tense.

-Eh

-Jordán -Dijo en tono de amenaza-

Suspiré.

-No... no estas respondiendo a los tratamientos.

Sentí cómo había dejado de respirar y la apreté fuerte contra mi, ignore completamente el nudo en mi garganta tenia que ser fuerte, tenia que serlo por ella.

Ella dio un largo suspiró.

-Es hora -Dijo en un susurro-

-¿Qué dices?

-Es hora de partir

Por sus rosadas mejillas comenzaron a bajar muchas lágrimas que me estaban partiendo el alma, esas palabras bastaron para que también comenzara a llorar.

-¡No digas tonterías!

-Jordán no son tonterías, yo... ya no respondo a los tratamientos el cáncer esta avanzando y yo estoy cada día mas débil yo... no podré

La bese era un beso desesperado, nuestras lágrimas se unían en una cadena y hacían que nuestro beso tuviera ese sabor salado que raramente me gustaba.

-Escúchame bien princesa, tu vas a estar bien porque yo te ayudare a seguir adelante, te donare todo lo que sea necesario para que estés conmigo, si necesitas fuerza yo te daré la mía, pero no te rindas por... por favor Isabel porque si tu mueres yo también lo haría te amo tanto...

Ella comenzó a sollozar mas fuerte apretando nuestras manos entrelazadas.

-yo también te amo.

15 de septiembre del 2014.

Ese fue el ultimo recuerdo favorable que tuve con mi princesa.

Después de ese día comenzó a ponerse cada día mas débil, se veía mas pálida y sin fuerzas eso me partía el alma, vine cada día siempre a la misma hora todos los días, sin embargo seguía pensando que no era suficiente.

Cuatro meses después solo dejo de respirar, lo peor de todo fue que ella se encontraba en mis brazos, me sacarón a rastras de la habitación mientras los médicos y las enfermeras corrían de un lado para otro yo no paraba de llorar y es que ¿Cómo podía pasarme eso a mi? ella era mi novia, mi mejor amiga, mi confidente, mi sustento, mi vida, ella lo era todo tres años de relación perdidas en 10 minutos estaba destrozado.

Hoy me encontraba en la funeraria no había dormido nada, no había comido nada, no sabia que aspecto tenía pero no debe ser nada bueno, me encontraba frente al ataúd observándola, le habían colocado una peluca larga de cabellos castaños, sus ojos estaban cerrados con sus hermosas y largas pestañas al aire, sus labios estaban pintados de un hermoso color carmín, su vestido era blanco y largo, con adornos plateados por encima de los pechos, estaba tan hermosa y eso me hacia llorar más, ya no podría verla sonreír, ya no podría escuchar su melodiosa voz, ya no vería esos ojos azules como el cielo, no la vería morderse el labio cuando estaba nerviosa, ni observar su cara cuando se encontraba enfadada, nunca mas vería su alegría al comprarle flores o un bote de helado, no volvería a sentir sus abrazos, ni sus adictivos besos, nadie más pellizcaría mis mejillas, tampoco me haría sonreír como ella lo hacía, a partir de hoy Jordán Smith estaba muerto.

Al momento de despedirme mi corazón se oprimió en mi pecho.

Bese sus labios por encima del cristal mi cara estaba roja por las lágrimas, las cuales comenzaron a bajar lentamente.

Su hermano llego a mi lado y me dio un largo abrazo yo no podía parar de llorar, había perdido al amor de mi vida.

-Jordán ella esta mucho mejor ahora, nuestra pequeña guerrera ya no esta sufriendo ella esta con dios porque el la necesitaba halla arriba, es difícil pero tu puedes hermano tienes que salir adelante.

¿¡Salir adelante!? era una maldita broma, ¡Es mi novia! a mi no me importa si dios la necesita, con un carajo ¡Yo la necesitó mucho más!

¡No le fue suficiente quitarme a mi padre! ahora también se la llevo, se llevo a mi pequeña Isabel.

Caí de rodillas mientras imploraba que la sacaran de ahí, todos me miraban con lástima, pero eso me importaba un carajo, me arrastre hasta llegar a la tumba y me tire encima de ella y llore como nunca antes lo había hecho.

-¡Isabel por favor! mi... amor no... me dejes te lo ruego, tu no puedes dejarme, prometiste que jamas lo harías, dijiste que siempre estaríamos juntos, mi pequeña princesa te lo suplico... regresa

Estaba desesperado la quería a mi lado.

-Jordán...

-¡No! solo... déjenme, Yo te necesitó mucho mas mi amor...

Sin embargo Isabel no volvió, ella se fue llevándose con ella mi corazón, mi esperanza y mi vida.

-Una suicida.

One ShootsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora