Fugado.

Capítulo 5.

Actualizo ahora pq la vdd que me encanta escribir esta historia, pero con el trabajo ya no me queda tiempo ni para drogarme. Comenten, lxs tkm.

─Siento que tengas que hacer esto por mí, Jerome─ decía Alan, en el momento en que llegaban a casa del profesor─. Espero no importunar a tus invitados.

─Vamos Matt, no seas ingenuo. Vendrán sólo dos o tres invitados muy cercanos─ El dueño de casa insertó la llave en la cerradura, abriendo la puerta─. Apuesto que con un poco de vino dejarás esa timidez de lado.

Alan sobrio pensaba en chupársela a Jerome, pero con un poco de vino, los más probable es que terminara haciéndolo real. Sería verdaderamente un problema que el sujeto fuera homofóbico, así que sólo dejaría que la suerte le guiara luego de hacer uno o dos comentarios sobre los homosexuales, esperaba una respuesta positiva, y de ser posible una devolución que le habilitase a efectuar algún avance con él. 

Y ya sonreía casi como si fueran a crecerle cuernos y una cola pensando en todas las ocasiones en las que podría llevarse al anfitrión durante la cena, haciéndole desaparecer el tiempo suficiente para portarse mal estando a solas.

─Amor finalmente llegas...─ La voz en francés de una mujer acercándose al recibidor les interpeló cuando abrían la puerta, haciendo que todas las ilusiones de Alan se desvanecieran─. Oh tienes compañía.

─Cielo, él es Matthew, el profesor de intercambio─ señaló. Krauser, con su gesto más angelical, se aprontó a estrechar la mano de la mujer, quien parecía ligeramente sorprendida de verle con alguien más, habiendo notado la transformación en su gesto al verla─. Le invité a cenar, espero que no te importe.

─En absoluto─ ella le dedicó una sonrisa al estafador, aún procesándolo mientras le estrechaba la mano─. Mi nombre es Valérie, es un placer, profesor.

Alan quiso intentar descifrar lo que la mujer había dicho, entonces Jerome reparó en su error.

─Matthew habla muy poco francés, amor. Te entenderá mejor si hablas en inglés─ aclaró finalmente, volteando hacia su invitado─. Ella dice que es un placer conocerte. 

─El placer es mío, siento llegar así─ contestó entonces. 

─Siéntase como en casa, profesor Matthew─ invitó ella, echando un vistazo a las maletas que llevaba detrás─. Tal vez quiera tomar una ducha antes de cenar.

La mañana de ese mismo día, Cole ingresaba a la oficina de su superior con  un ligero dolor de cabeza por la falta de sueño. Ya venía teniendo un día de mierda y apenas llevaba tres horas despierto. No había conseguido encontrar su billetera por ningún lado después de buscar en todas partes, así que daba por hecho que el mocoso de la noche anterior se la había robado. Se sentía un poco ansioso por haber utilizado una autoridad inexistente para acostarse con un niño que apenas rondaba los veinte años, ¿En qué clase de tipo se había convertido? 

Aunque bueno, la descarada manera del extranjero para ofertarse a sí mismo como si fuera un producto había conseguido atrapar la atención del detective, quien se rascaba la barba creciente, ingresando a la sala de reuniones a la que había sido convocado por teléfono. Mientras su antiguo superior le daba la bienvenida nuevamente debido a su reincorporación a las fuerzas debido al estado del caso, comenzando a explicar que la denuncia radicada en Canadá había desembocado con ellos.