Cinco años atrás
Por la noche, en el camino a casa el joven Kim caminaba por los prados tranquilamente con los ruidos de la naturaleza arrullando sus sentidos, un bostezo prolongado interrumpió el canto de los grillos.
–¿Ya regresaste? —preguntó el abuelo de la pequeña librería del pueblo mirando al joven– No bosteces tan duro, chico tonto.
El niño se acercó al señor que, a pesar de la hora, seguía detrás de la mesa que le sirve como escritorio. Curioso, el niño entró a la biblioteca decidido a pedir algo.
–Abuelo, ¿Tu conoces "Dos primaveras reflejadas en la luna" y "La bella durmiente"? —se sentó frente a él esperando su respuesta, el hombre solo asintió antes de soltar el humo del cigarro.
–Una brillante persona ciega y un cuento de hadas, ¿Lo vas a empezar a estudiar? —vio al niño levantarse y vagar un poco entre las estanterías de libros.
–No, me gustaría practicar las bases, la maestra menciono en su clase, que todavía no entiendo —sonrió débil, comprendiendo que aún le falta mucho que pulir en su baile y que aprender.
El hombre mayor, sintiendo algo de compasión por el pequeño bailarín, suspiro y llamó al niño.
–Espera... —busco algo entre los estantes cercanos a él y de ahí saco un manuscrito viejo dándole este al niño– Aquí está lo que tengo, ¿Quieres verlo aquí?
El niño tomó el manuscrito entre sus manos con un brillo esperanzador, pero al escuchar al abuelo, ese brillo se apagó.
–Pero no tengo dinero... —abrazo el manuscrito a su pecho, desilusionado.
–Puedes entrar directamente —golpeó con cuidado su cabeza con su pipa para que no cayera restos sobre él– Ese libro originalmente no está para rentarse.
El infante volvió a brillar con una sonrisa entusiasta y asintió, se sentó en la orilla del pórtico y comenzó su lectura siendo seguido por el hombre sentándose en una mecedora vieja de madera y siguió fumando.
Así pasaron un rato tranquilo por la noche, sin embargo, el niño tenía que irse pronto.
–¡Abuelo, de verdad eres muy bueno! ¡Más tarde te vendré a visitar! —se levantó de su lugar con el manuscrito en sus manos.
–¡Vamos, vete a leerlo! Deja de molestarme —le restó importancia jugando con el niño, realmente no le molestaba su compañía.
El niño se fue despidiendo con movimiento de su mano y corrió a su casa donde seguro su madre lo estaría esperando.
Al llegar, se fue directamente a su habitación a hojear el manuscrito con dibujos de las poses y anotaciones al lado.
–¡Gracias, abuelo! —sonrió entusiasmado por empezar a practicar esas poses, si no fuera por él le sería más difícil la práctica.
Mientras tanto, en el pórtico sentado en su mecedora el hombre mayor miraba el cielo estrellado, en su mano había un reloj de bolsillo viejo con un botón para abrirlo, miro el grabado de la tapa con nostalgia y entonces decidió abrirlo. En el interior no solo estaba la hora con sus manecillas, había también una fotografía de una mujer joven bailando usando un traje de ballet blanco y el cabello recogido con un tocado de plata. Sonrió acariciando la orilla de la foto como lo más preciado que poseía.
El libro que dejaste...
Cerró con cuidado el delicado y antiguo artefacto, volviendo su mirada al cielo estrellado, tomó una calada a la pipa y dejó ir el humo suavemente al aire.
Le vamos a dar un buen uso.
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Dɪ́ᴀs ᴅᴇ ᴊᴜᴠᴇɴᴛᴜᴅ ● KookV ● #TK2BTS
FanficUn chico cálido y de escasos recursos que baila ballet y un chico distante y valiente que práctica boxeo. Los dos se conocieron en el palacio de los niños, crecieron y se apoyaron mutuamente, incluso ante las dificultades y dudas, marcharon firmeme...