Disfruto

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-¿No vamos ir al hotel?.

Pensando que iríamos al coche me doy una sorpresa cuando con alejamos más y más del restaurante hasta llegar a la playa.

-Reservé algo especial para nosotros, pero hay que caminar ¿te molesta?.

Me quito los zapatos y mis calcetines para no llenarlos de arena. 

-No me molesta.

-¿Qué?- Digo con una sonrisa al notar que me estaba mirando de una manera diferente.

-Eres hermoso Mikaela.

-Gracias...¿te puedo tomar de la manos?

-Claro.

No hay nada más romántico que el consentimiento y tanto romance me está exitando.

Empezamos a hablar de todo y de nada. La luna ilumina el mar y nuestros pasos sincronizados se van marcando en la arena.



A lo lejos miro una cabaña a lo alto de unas rocas.

-Espero que te guste escalar.

Sus palabras me sorprenden, pongo más atención a la montaña, las rocas están tan puntiagudas que siento un escalofrío imaginándome intentar trepar eso.

-....ammm

-Estoy jugando...Después de ti.

Tuve que acercarme un poco para notar que algunas rocas están talladas de tal forma que hacen una escalera.

-Cuenta la leyenda- Dice mientras hacemos el largo camino a la cima-  que hace mucho tiempo nació la mujer más bella y amable del pueblo, con el paso de lo años empezó a tener muchos pretendientes algunos ricos otros poetas y otros atractivos, tenía a la mitad de los hombres enamorados, su padre que estaba muy preocupado que su hija se casara con un el hombre incorrecto les dijo que le daría la mano de su hija al que logre subir la montaña, y así fue como los hombres empezaron escalar el monstruo de piedra pero uno tras otro iban fracasando cayendo a sus muertes, pasaron diez años y la mujer seguía sin haberse casado hasta que una mañana vieron a lo alto de la montaña al carpintero del pueblo. El padre le pregunto como hizo tal hazaña y él le dijo que por dies años a estado limando las piedras hasta hacer escalones. Se casaron y tuvieron una vida llena de romance .

El gran amor que siento por él se refleja en un suspiro que doy al terminar la historia más dulce que haya escuchado.

-Podrías por favor parar de hacer que me enamore más de ti, aveces hasta duele.

-Ere un chico hermosamente sensible Mikaela.

Acerca mi mano a sus labios para posar un beso.

"Maldita sea con este caballero".


Miro desde arriba una vista que solo se pueden admirar sí tienes el dinero para comprarla.

Miro desde arriba una vista que solo se pueden admirar sí tienes el dinero para comprarla

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-¿Estas listo?

Me guía al interior donde una gran cama nos espera.


Nos empezamos besar mientras nos vamos quitando la ropa, como si se fuera un baile cada uno tocando al otro en un ritmo sin fin hasta caer en la cama.

En un suave movimiento volteo mis cintura dejándole ver todo lo que soy. él me mira por unos minutos la pose para después seguir tocándome pero ahora más íntimamente. Cada vez acercándose más a mi entrepierna, sus dedos apretándome la piel es como si intentara rasgarme pero sin hacerme daño.

"Ya no aguanto"

Tomo su miembro y lo posiciono enfrente de mi agujero, con la punta rozándome la entrada.

-Por favor...-Digo entre jadeos.

El se recarga en la pared mientras su miembro va entrando en mi haciendo que mis piernas se alcen a los lados.

-Si quieres hazlo duro, estoy listo.

-No. Quiero ver como te desasees ante mi, poco a poco.

Su miembro está tan grande con el simple echo de meter la punta hace que cosquilleos recorran mis muslos.

"Lo quiero todo... lo quiero... lo quiero ....quiero..."

-quiero...te quiero.







Mikaela me miro con tanto amor en sus ojos mientras suelta esa confesión, no puedo aguantarme y mi inclino para darle un beso adentradme más en él, escucho un gemido. El beso es largo no quiero parar de sentir sus labios contras los míos, voy introduciendo mi lengua en su pequeña boquita que hace todo lo posible paras seguirme el paso. Mi pene ahora completamente en su interior siento el calor que emana. Con mis anteriores parejas siempre fue muy difícil tener relaciones, terminaban por decirme que les dolía pero Mikaela en menos de diez minutos me ha devorado por completo.

Comienza a moverme de manera profunda, su respiración es más pesada mientras me abro paso en su interior una estocada tras otra.

-Ahí...ahí me encanta....

Al notar cuál es su punto G decido cambiar de posición alzándolo desde la cama chocando su espalda con la pared  juntando nuestras pieles aun más, puedo sentir su jadeos chocar contra mi cuello.

-Te gusta profundo no es así Mikaela, te gusta que te llenen hasta el ultimo milímetro.

Él se acerca a mi oido y con una malicia en su palabras me dice;

-Si vas hacerlo lento ...que al menos que sea fuerte.

Como si fuera una orden, le doy una estacada tan dura que mueve el cuadro de la pared. 

-Haaa...si...más ....más.

Los objetos que nos rodean tiemblan ante la embestida que le estoy dando al pequeño rubio, Si no lo estuviera sujetando ahora mismo se desplomaría, penetrándolo con está fuerza su cuerpo no hace más que moverse como una muñequita, es claro que la diferencia de nuestros cuerpos hace un des-balance de fuerza pero parece por su expresión no importarle y si somos sinceros a mi tampoco.

-Me voy a correr....haaa...haaaa.

Su interior se aprieta mientras arquea la espalda. Me muevo más rápido, los cuadros de las paredes se caen, lo único que se oye más que sus gemidos es nuestros cuerpos chocar el uno con el otro.

Un grito sale de sus pulmones al mismo tiempo que un liquido espeso se escurre entre mis abdominales.

El pequeño se cae en mis brazos rendido.

Le doy unos segundos para que retome el aliento.

-¿Quieres parar hermoso?.

Aun no me he corrido pero esto ya es un gran avance comparado con otras noches.

Se vuelve a enderezar y su sonrisa juguetona me dice todo lo que tengo que saber.

- Continúa....




No soy tierno ¡¿y que?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora