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La mañana había sido particularmente bella, cómo sí el cielo grisáceo desapareciera de la nada y fuera reemplazado por un azul brillante, cuyo sol alumbraba en lo alto y dejaba caer su calor en todo ser vivo, invitándolo a disfrutar del exterior y salir a alguna actividad. No era sorpresa que las piscinas comunitarias recibieran visitas, al igual que las playas, o que los parques estuvieran llenos y hasta varios amigos de juntaran para un picnic.

(...) aprovechó ese día para ir a comprar ropa, ya que el clima afuera era tan bonito, las tiendas estaban un poco más vacías y eso le permitía visitar la sección de hombres sin que otros la señalaran y le dijeran algo como "Oye, la ropa de mujer queda por allá". No era que ella odiara la ropa femenina, la amaba, pero también amaba las sudaderas, camisas y chamarras más grandes que ella, y solo podía conseguirlas de ese lado.

—Buenas tardes ¿Puedo ayudarla con algo? —una linda chica se acercó, portaba el uniforme distintivo de aquél local así que era obvio que trabajaba ahí—. ¿Busca un regalo para su novio o un amigo?

—No, busco algo para mí—respondió con calma mientras comparaba un par de sudaderas, una con cierre y la otra cerrada—. ¿Cuál crees que es mejor?

— ¿Eh? Pues, no sabría decirle—la empleada le miró extrañada, no iba a cuestionar que ropa eligiera, lo importante era vender—. ¿Que es lo que usted busca en esa prenda?

—Que me cubra toda, lo suficiente como para hacerme bolita dentro de ella

—En ese caso, yo recomiendo esta—la vendedora mostró otra sudadera, era cerrada con un gran gorro y mangas un tanto anchas—. Está muy de moda entre los chicos

—Me gusta, creo que me la llevaré

— ¿Puedo ayudarla con algo más? Tenemos una linda sección de vestidos y...

— ¿Vestidos? Claro, quiero verlos—interrumpió ella, pues realmente le encantaban los vestidos, siempre habían sido su prenda favorita; eran cómodos, bonitos, los podía mezclar con medias y demás.

La asesora llevó a (...) por varias partes de la tienda, explicándole acerca de los nuevos modelos de ropa o como combinarlos. Ella parecía aburrida y que no le prestaba atención, incluso parecían no gustarles, pero muy en cambio, terminó comprando casi todo lo que la vendedora le sugirió. La chica no era muy animada o activa, tampoco demostraba lo que le gustaba, por eso era tan complicado entenderla, en realidad, quiénes habían conseguido tener una charla con (...) llegaban a la conclusión de que era muy agradable, pero difícil de tratar, quizás por eso pasaba tanto tiempo a solas jugando Monopoly con un gato.

—Muchas gracias por su compra—la cajera se despidió con amabilidad tras recibir el pago por toda la mercancía comprada—. Vuelva pronto

(...) asintió, y disimulando la cara de sueño, abandonó la tienda de ropa, traía varias bolsas con ella, parecía necesitar ayuda, pero no le pesaban en lo absoluto, ella siempre había sido bastante fuerte, podía cargar cajas, mover muebles, empujar un auto incluso. Normalmente no hacía mucho uso de esa fuerza, al menos que fuera necesario. (...) en realidad tenía muchas habilidades, talentos, pasatiempos, conocimientos y demás, pero todo eso se lo había reservado a ella misma, a su gato y muy poco lo había compartido con alguna persona con quién se vió forzada a hablar, dígase su editor, dígase algún familiar, dígase la chica que siempre le cobraba en el mercado cuando iba por su dotación de alcohol. ¿Reservada en extremo o mala para socializar? Tal vez un poco de ambas.

— ¿Terminaste? —aunque, actualmente, un espíritu conocido como maldición, había entrado en esa vida suya, y a diferencia de los demás, pudo superar esa enorme pared de indiferencia y acercarse a ella

Love Story [Mahito x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora