La hija del entrenador <Diego Lainez>

Capítulo 20

Narra Macarena
Estaba esperando a que hablara Sebastián, pues sólo estábamos parados en el pasto

—Bien ¿qué querías decirme? –pregunté

—Me gustaría dejar en claro que jamás fue mi intención fallarte, no sentía nada por ella, porque estaba ebrio fue qué pasó, pero ahora que será madre de mi hijo quiero casarme con ella –explicaba —Seguro te preguntas eso que tiene que ver con que quisiera hablar contigo y es porque quiero disculparme contigo y con Diego por como me porté. El saber que seré padre me hizo pensar mis actitudes y quiero que mi hijo se sienta orgulloso de su padre –decía con ternura

—Me da mucho gusto tu cambio, claramente no fue una excusa el decir que habías bebido mucho, pero agradezco que te disculpes conmigo después de todo –le di una sonrisa —Estoy segura que serás un gran padre y esposo

—También quería desearte lo mejor con Diego, se ven muy bien juntos y él estuvo para ti en los peores momentos

—Si, honestamente pensé que cuando te vería dejaría todo lo que siento por Diego, pero el verte aquí a los ojos –tomé su mano— teniendo tu mano en la mía me doy cuenta que sigo sintiendo algo por ti, pero es cariño por el pasado. Gracias a hablar contigo y que me dijeras esto me hizo darme cuenta que amo a Diego y de verdad me gustaría tener algo con él –le dije

—Se lo merecen, definitivamente son el uno para el otro y créeme que lo digo de corazón, espero me inviten a su boda –dijo riendo —¿amigos?

—Amigos –nos dimos un abrazo largo

—Bueno, pues ve a buscarlo y dile lo que sientes por él –dijo rompiendo el abrazo

—Pero no sé cómo decirle –dije

—¿Qué piensas de él? ¿Qué sientes por él? –preguntó

—Lo quiero mucho y me gusta bastante. No sólo su físico, me trata muy bien, me encanta la pasión con la que hace todo, me gusta que sea sincero, me gusta que sea tan divertido, amo estar con él, siempre me ha respetado, cuando todos se tuvieron que ir él estuvo ahí y se quedó conmigo, me apoyó cuando lloraba todas las noches, cuando me emborraché también me cuidó y nunca se aprovechó. Lo amo y me encantaría tener algo con él, algo más que amistad –dije

—Ahí está, dile eso Maca. No tengas miedo y ve directo a ganar!!! –me dijo —Yo me iré porque mi prometida ya está cansada pero primero quería hablar contigo

—Cuídate mucho, nos vemos –nos dimos un último abrazo y se fue

Hablar con él me inspiró a decirle a Diego eso mismo, lo mismo que acababa de decirle a Sebastián. Salí a buscarlo y encontré a Raúl con Edson platicando

—¿Y Diego? ¿Lo vieron? –pregunté

—Ya se fue –dijo Edson un poco molesto

—¿Qué pasó? –pregunté confundida

—Te vio abrazando a Sebastián y se fue, dijo que no quería separarlos o algo así –dijo Raúl

—Pero fue porque arreglé las cosas con Sebastián. No como ustedes creen, se disculpó y quedamos como amigos, me animó a hablar con Diego sobre lo que siento por él, por eso lo estoy buscando –dije alterada

—Wey no, es que cualquiera lo hubiera tomado a mal –dijo Edson

—Acompáñenme a la casa, necesito hablar con él –les pedí

Los tres salimos corriendo al carro y manejó Raúl lo más rápido posible hasta llegar, bajamos del carro y ellos decidieron esperarme abajo por si algo salía mal