La hija del entrenador <Diego Lainez>

Capítulo 8

Decidí ponerme un vestido negro porque siento que es símbolo de seriedad y se usa para funerales y definitivamente hoy sería el día de mi muerte, no había imaginado terminar con Sebastián, me veía a futuro con él y si esto no hubiera pasado, estoy segura que si me lo proponía claro que me iba a Europa con él, pero las cosas siempre pasan por algo y como dice Jana "Cuando los cosas no son para ti, ni a la fuerza lo serán" y tiene mucha razón.

Ya con el vestido negro, hice unas trenzas como peinado, solo usé rímel y labial porque definitivamente iba a llorar y uno no debe gastar maquillaje a lo tonto.

Cada vez estaba más cerca la hora de la cena y así como pasaban los minutos era cómo aumentaba mi miedo, no sé porque siento que algo saldrá mal, tal vez es por los mensajes de Sebastián. En mi mente hay un escenario de que Lainez le dijo algo o Edson no se aguantó y le reclamo, aunque Ed es muy leal y no me fallaría. De verdad mi cabeza estaba revuelta y no sabía exactamente el motivo.

Dio la hora y subí a mi auto, no sin antes avisarle a papá que iría a cenar con Sebastián para que no se preocupara. Comencé a manejar y para calmar mis nervios puse a mi cantante favorita que es Cami Gallardo y justamente sonaba "odio que no te odio", aguanté mis ganas de llorar lo más que pude hasta que terminó esa y comenzó "aquí estoy" que me ayudó a distraerme, iba cantando mientras manejaba y mis nervios cada vez disminuían, seguro porque estaba distraída, pero apenas llegara al lugar regresarían. Cuando llegué estacioné mi auto cerca de la entrada porque en mi cabeza había dos posibles reacciones, seguro Córdova lo negaría, me seguiría y yo podría irme rápido antes de perdonarlo o la otra opción es que ya lo sabía y él es quien termina la relación, para que no me vea llorar huyo rápido en mi auto. Tal vez les parece gracioso pero no lo es, para mi no. Mi tía siempre decía "Todo puede pasar, piensa en diferentes situaciones" y eso hice, aunque para serles sinceras prefiero que esto sea un sueño, pero es la imposible así que tengo que enfrentar al problema de frente.

Entré al restaurante y aún no llegaba ni Sebastián, ni Diego, ni Karen. Vaya manera de comenzar ¿no?.
Espere diez minutos y pensé que nadie iba a llegar, hasta que entró Diego que casualmente también iba de color negro, tenía una camisa negra y un pantalón de vestir negro.

—¿No han llegado? –Preguntó
—Si, llegaron pero los escondí en mi bolsa y debajo de la mesa para que no los vieras –le di una mirada de pocos amigos y él solo me vio serio —Perdón, estoy muy nerviosa. Ninguno ha llegado
—Seguro que no tardan, Karen dijo que venía cerca ¿te dijo algo Sebastián?
—No, no hemos hablado porque está muy serio, seguro sospecha algo
—¿Cómo podría sospechar? Solo tú y yo lo sabemos, tranquila
—¿Y si...? –me quedé pensando —Ay no!!! Espero que no –puse una mano en mi frente y otra en la cintura mientras caminaba de un lado a otro
—¿Y si que? ¿Que pasa? –preguntó sin saber el por qué de mi respuesta
—Es que cuando hablamos en las gradas ¿recuerdas que nos vio Memo? –Asintió —Bueno, pues escuchó todo y no tuve de otra que contarle, pero luego llegaron Edson y Raúl, comenzaron a hacer burlas de que tú y yo nos gustábamos y por eso era el plan
—¿Crees que le dijeron eso? –preguntó con los ojos bien abiertos
—No, no. Es que cuando estaban bromeando con eso llegó Sebastián y no sé si escuchó, no me dijo nada pero tal vez si escuchó
—No creo porque así como es de celoso ya te hubiera reclamado, es más, en ese momento hubiera ido a gritarme a mi –aseguró
—Es que no veo otro motivo o razón por lo cual está serio
—¿Te preocupa que te quiera terminar? Es lo que harás tú, no seas burra
—Es que no es lo mismo terminar a qué te terminen ¿entiendes? Ay ya, mejor hay que sentarnos y esperar, tú métete allá atrás –señalé la barra —Escóndete ahí y si llega Sebastián no sales hasta que veas que le estoy diciendo la verdad o hasta que llegue tu novia, si primero llega ella entonces yo me escondo
—Pero te vas a ensuciar ahí abajo, parece que no limpian –decía con cara de asco y eso me ocasionó risa