Capítulo 10

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Narra Macarena
Ver esa hoja de resultados destrozó mi corazón por completo, me imaginaba todo menos eso. Le pedí a Sebastián que se fuera y Diego me trajo al lugar donde vine con Jana y Nailea la última vez que estuve triste. Diego tenía curiosidad del por qué estaba así, por lo que le dije que leyera la hoja y lo hizo, su primera pregunta fue la misma que la mía
—¿Es cierto? –preguntó asombrado
—Si, la mujer con la que se metió esta embarazada y tendrá un bebé –dije aún llorando

Su cara me decía que no tenía palabras para darme en ese momento y lo entendía, yo tampoco podría decir nada si la situación fuera al revés. Fue un golpe muy duro que no pensé que me pasara

—Siempre quiso ser papá y bueno, alguien se lo cumplió –le dije a Diego
—Pero no creo que quiera tener un hijo con alguien que apenas conoce, además supongo que ese sueño era contigo –decía aún confundido
—Bueno, pues no fue así y ni modo, tal vez lo de nosotros no era para siempre –decía intentando resignarme
—Maca, se que realmente no piensas eso, pero también sé que tienes un corazón enorme y no le deseas el mal a ninguno –tomó mi mano y yo recargué mi cabeza en su hombro
—Gracias, gracias por decírmelo, por organizar la cena conmigo, por no dejarme así, por traerme aquí y gracias por no irte. –le dije viéndolo a los ojos
—No lo haré Maca, no te voy a dejar sola, somos amigos ¿no? –me abrazó y me dio un beso en la cabeza

Pasamos aproximadamente dos horas viendo la noche pasar, en un punto de nuestras pláticas ambos lloramos por lo que había pasado y me pude dar cuenta que Diego es una buena persona, no merece que Karen haya sido así, pero espero llegue alguien que no le haga daño y lo valore como debería.

Revisamos la hora y eran las dos de la mañana, pero yo no quería regresar a mi casa, no sabría qué decirle a mi papá y era muy tarde para ir con Nailea o con Jana, le pedí que me llevara a un hotel a pasar la noche ahí y él se fuera a su casa

—Vámonos ya, ya son las dos y debes dormir, te hará daño –Diego limpiaba sus lágrimas mientras se ponía de pie y me daba su mano para que yo me levantara
—Es que no quiero ir a mi casa así, Jana y Nai ya deben estar durmiendo, no iré allá ¿podrías llevarme a un hotel cerca de mi casa? –pregunté mientras bajábamos la montaña
—Maca, no te voy a llevar a ningún hotel, te prometí no dejarte sola y menos en el estado que estás, te propongo algo. Vamos a mi casa, te duermes en mi cuarto y yo duermo en la sala, o me voy al cuarto de mi hermano, él no está en casa hoy, llega mañana en la mañana y a esa hora ya no estaré yo
—No, no quiero dar molestias en tu casa –le dije —O pido un taxi y yo me voy al hotel sola, pero no quiero molestarte más
—No es molestia, vámonos ya –dijo por última vez

Subimos a su moto y llegamos a su casa, abrió rápido porque hacía mucho frío y me ofreció pasar, entré para ver su casa que era muy grande y hermosa, no había nadie abajo porque seguro sus papás ya estaban durmiendo en sus cuartos.

—Ven, te llevo a mi cuarto, sube –me dijo Diego dándome paso a las escaleras
—Gracias, pero en serio no quiero molestar –le volví a insistir
—Mira Macarena, vuelves a decir que me molestas y me voy a enojar, por favor déjame que te ayude
—Está bien, pero me voy temprano –advertí
—Vete a la hora que quieras mañana, pero ahora duerme un poco
—Gracias otra vez
—No me agradezcas, eso hacen los amigos –me dio una sonrisa cálida —Aquí es, entra –Dijo abriendo la puerta

Su cuarto era muy bonito, eran paredes blancas y tenía muchos reconocimientos de fútbol, fotos con su familia, periódicos hablando de él y las primeras veces que jugó, tenía un escritorio con su laptop, libros y unas libretas, había un espejo muy grande, su cama, una puerta a su baño y su closet. Estaba muy ordenado comparándolo con mi habitación, se ve que le gusta el orden. Mientras yo veía todo el entró a su closet por su pijama y cobijas para irse al sillón

La hija del entrenador <Diego Lainez>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora