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capítulo cinco. el fruto del árbol envenenado
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EL REGRESO A CASA DE ELIJAH había provocado un estallido en la música clásica y dos hermanos sentados juntos en una de las muchas salas de estar de su casa. Klaus creía que necesitaba obtener el perdón de su hermano mayor después de darle un puñal en el pecho y entregárselo a Marcel como si fuera un objeto. Esme conocía las formas en que Klaus trataba de ganarse el perdón de sus hermanos y él nunca tenía mucho que decir, pero había muchos regalos que había descubierto, y uno de ellos incluía una alfombra manchada de sangre de la chica de la que se alimentaba y dejó sangrar en la mesa de café en medio de la sala de estar.
Esme estaba divertida en algunos aspectos. Tan pronto como Elijah regresó a casa, el pensamiento de Klaus fue desangrar a una niña inocente y leer en la misma habitación que su hermano como si se suponía que ayudaría a reavivar su relación entre hermanos. Rebekah lo había cuestionado más que Esme cuando la rubia se pavoneó hacia los vivos con el ceño fruncido mientras miraba a la chica muerta antes de mirar entre sus hermanos sabiendo que necesitaba una explicación.
La Original estaba confundida y trató de comprender lo que estaba sucediendo dentro de la habitación en la que se había unido a Esme para estudiar la música clásica que comenzaba a irritarla. -Así que esto es lo que hacen la primera vez que volvemos a estar juntos como familia: club de lectura de vampiros -Ella bromeó.
Los brazos de Esme se cruzaron sobre su pecho. -Solo para hacerte saber, si esto se convierte en algo, creo que me dirigiré aquí más rápido de lo que Klaus puede decir 'no' -Su silencio se había roto mientras los ojos del híbrido se pusieron en blanco ante lo que Browne tenía que decir sobre él.
-Leer edifica la mente -Klaus declaró mientras leía la poesía que había compilado en un libro antes de mirar a su hermano-. ¿No es cierto, Elijah? -Preguntó.
-Sí -Elijah respondió que su intriga estaba en el grimorio de su madre-. Eso es cierto, Niklaus.
Esme chasqueó la lengua antes de señalar a la chica que tenía el cuello desgarrado con colmillos. -Y, um, ¿qué es este maldito asunto? -Ella cuestionó mientras esperaba que los chicos pudieran explicar sobre los mundanos muertos dentro de su casa.
-Esta es una ofrenda de paz -Elijah suspiró.
-Supuse, después de tanto tiempo disecado en un ataúd, que mi hermano podría tener un poco de hambre -Klaus había pensado como creía que estaba haciendo un acto de bondad y también estaba disculpándose con su hermano.
-Así que le expliqué a mi hermano menor que el perdón no se compra -Elijah agregó mientras Esme se pellizcaba el puente de la nariz-. Simplemente preferiría ver un cambio en el comportamiento que indique arrepentimiento y crecimiento personal, no estas tonterías -Su mano se movió mientras gesticulaba hacia el desastre que la chica muerta estaba dejando mientras la sangre brotaba de su cuello.
