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capítulo dos. enredados en azul
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—NO PUEDO CREER que te hayas deshecho de esos vampiros sin mí —Rebekah dijo con incredulidad mientras apartaba los ojos de la ventana que daba al camino de entrada a la mansión, y hacia donde una parte crujiente del suelo fue quemada por los vampiros que Klaus había prendido para que no hubiera rastro a su casa. La mención de esos vampiros quemados no era el tema de conversación del que hablaban Rebekah, Esme o Klaus, sino la forma en que iban a poder recuperar a Elijah. Su plan estaba bien pensado, y distraerse con el punto oscuro en el camino de entrada no fue un problema—. Sabes cómo me encanta prender fuego a las cosas.
Klaus se había apoyado contra el marco de la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho. El problema de esos vampiros muertos era que las posibilidades de que Marcel Gerard pudiera llevarlos a su casa era más probable que ocurriera, quemarlos y convertirlos en cenizas era la mejor manera en que no había ningún vínculo entre los Mikaelson y los vampiros muertos. —¿Se suponía que debía dejarlos en el patio delantero para que se pudrieran? —Klaus preguntó antes de levantar un poco los hombros sabiendo que era un problema con el que tenía que lidiar élmismo—. Además, eran mi responsabilidad. Atacaron a la mujer embarazada indefensa, que lleva a mi hijo.
—Oh —Rebekah gruñó—. Estoy tan conmovida por tu nuevo sentido del deber paternal hacia la licántropo que lleva tu pastelito híbrido en su horno —Esme se tapó la boca para contener la risa del comentario sarcástico que vino de la rubia, pero Klaus se unió a la risa justo cuando Hayley entró en la habitación.
La licántropo sostenía un diario familiar en sus brazos, y Esme arqueó las cejas cuando supuso que Hayley había estado fisgoneando entre las cosas de Elijah. —A la licántropo le gustaría saber cuál es el plan —Dijo ella.
Esme arqueó una ceja. —Eso depende, Lobita. ¿A qué plan te refieres? —Cuando comenzó a caminar hacia el escritorio para apoyarse en él—. ¿Quieres conocer el plan de Klaus para la dominación global, que nunca funcionará? —La sonrisa de Klaus se había desvanecido, atrapada por la sorpresa con lo que había dejado los labios de Esme—. ¿O el plan de Rebekah para encontrar el amor en un mundo muy muy cruel y tratar de evitar que el amor de su vida conozca a Niklaus? Puedo decirte cuál es más fácil, si quieres —Una sonrisa descarada que se extendió por sus labios había provocado que se formaran sus hoyuelos dentro de sus mejillas y para los cuales se había lanzado un pincel. Esme se rio entre dientes de Rebekah, ya que rápidamente había atrapado el pincel para que no se incrustara en su hoyuelo.
—El plan para rescatar a Elijah —respondió Hayley mientras sus ojos se ponían en blanco con el comportamiento que debería haber sido dejado de lado cuando se trataba de recuperar al otro Mikaelson—. Ya saben - el hermano bueno, el que ahora está en posesión de tu enemigo mortal después de que lo apuñalaste por la espalda.
