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capítulo doce. ciudad de la media luna
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HUBO UN ligero alivio con la muerte de Papa Tunde, que no tendrían que enfrentarse a él y su magia oscura de nuevo. Esme había sido liberada de esa fuente de magia oscura de quién había sido el responsable de la muerte de Papa Tunde y quién lo había dejado sentado en medio del recinto con su traje blanco manchado con su propia sangre después de que le cortaran la garganta. Rodeado dentro de un circulo de sal, alguien imitaba su ritual pero ninguna barrera lo rodeaba a diferencia de Rebekah.
Por lo que Elijah pudo ver mientras examinaba el cadáver de Papa Tunde, fue que le faltaba la espada. El Mikaelson había tenido cuidado con lo que había tocado, había movido levemente la chaqueta con la punta de su dedo para encontrar más explicación de por qué Papa Tunde se había quedado en su casa específicamente. Con la intensidad con la que Elijah había estado buscando el cadáver de Papa Tunde, Klaus se irritó al ver a su hermano buscar el cuerpo de una nota vacía. —¿Puedo ofrecerte algo, hermanito? ¿Una lupa, una pipa tal vez? —Preguntó a sabiendas, causando que los ojos de Esme rodaran mientras sus manos descansaban en la cadera de su chaqueta granate con mangas acampanadas, pero se había estado impacientando con el motivo por el cual Elijah había estado examinando el cuerpo durante tanto tiempo.
—¿Tienes una teoría que te gustaría compartir con nosotros, Niklaus? —Elijah cuestionó mientras sus labios se presionaban en una delgada línea mientras miraba a su hermano irritado de la misma manera por lo impaciente que había sido el híbrido.
—En el pasado —dijo Marcel—. Cuando las brujas querían enviar una amenaza, simplemente mataban a un pollo y lo dejaban en la entrada —Explicó y se preguntó cómo habían cambiado los tiempos.
—Eso no es un pollo, Marcel —Esme comentó mientras señalaba directamente el cuerpo humano en medio de su casa.
—Papa Tunde derrotó a Rebekah con facilidad —recordó Klaus—. Casi nos atrapa a los dos también. Si se suponía que él era un premio de combate, ¿por qué dejarlo muerto en nuestro jardín? —Reflexionó mientras Esme se encogía ligeramente de hombros porque sabía que no podía pensar como ninguna de las brujas, aunque antes de ser vampiro, la sangre de las brujas corría por sus venas.
—Bueno —Rebekah se había pavoneado en el recinto después de su paseo por el Barrio Francés revelando noticias que sabía que a los tres que estaban frente a ella les hubiera gustado saber—. No se ven muy felices —Bromeó haciendo que Esme suspirara mientras sus manos caían de sus caderas—. Escuchen esto... una chica literalmente explotó de una tumba hoy mientras Sabine estaba dando su recorrido por la ciudad de los muertos. Era Monique Deveraux.
Los ojos de Klaus se abrieron. —¿Qué?
Cuando mataron a Papa Tunde y lo dejaron en su casa para que lo vieran, Monique resucitó a una de las cuatro chicas de la cosecha que habían estado esperando para despertar. —Los turistas pensaron que era parte del espectáculo, pero las brujas están celebrando como si fuera una especie de maldito milagro —añadió Rebekah.
