Amarte me hizo cambiar toda la perspectiva que tenía de la vida y perderte me hizo entender que yo no conseguiría todo lo que quería.
Aunque hoy ya se cumpla un año desde que te perdí, quiero que sepas que aquel chico que conociste hace años, aquel...
Me encontraba junto a ti mientras cocinábamos un pastel en tu departamento, aunque a decir verdad tú eras quien lo preparaba, yo solo te ayudaba a traer algunas cosas o a batir la mezcla.
Aquella tarde cumplíamos 3 meses desde que habíamos comenzado a salir, tú no contabas el tiempo, pero yo tenía muy marcado en la mente aquella fecha.
No podía decir que había un cambio en mis sentimientos, te seguía viendo cómo a una amiga, solo que para ese momento te había tomado más cariño.
Las citas no me eran tan incómodas, poco a poco ambos nos abríamos más el uno con el otro.
—¿Entonces se le agregan dos o tres huevos? — pregunté mientras tomaba aquellos ingredientes de tu refrigerador.
—Eren, tú tienes la receta —Soltaste una risa mientras seguías mezclando la harina con algo de lo cual no recordaba cuál era su nombre.
—Puede que lo haya olvidado —Tome mi celular y busque entre mis fotos aquella receta que mamá me había dado cuando le conté que queríamos cocinar un pastel.
—Ahí dice 2, Eren —Mencionaste mientras veías la pantalla de mi celular. El huevo que no haría falta lo metí de nuevo al refrigerador.
—Me siento inútil, preciosa —Te abracé por atrás rodeándote con mis brazos y recargando mi cabeza en tu hombro.
—Tú fuiste quien dijo que no te dejará cocinar o lo arruinarías, tonto —Me dijiste con una sonrisa en el rostro, yo solo atiné a arrugar la nariz.
Permanecimos en esa posición hasta que vi como habías terminado de batir aquella mezcla que se veía casi perfecta, a mi parecer.
—¿Podrías pasarme el molde que te mencioné antes? —Negué mientras me aferraba más a ti—. Oh vamos, Eren. Suéltame entonces para que vaya por él.
—No quiero —Alzaste una ceja mientras me volteabas a ver. Note un poco de mezcla en tus labios, los cuales me llamaban a besarlos.
Te di media vuelta quedando ambos frente a frente. Tú quedaste entre la isla de la cocina y mi cuerpo dejándote acorralada.
—¿Q-Qué haces? —Miraste a otro lado nerviosa, sonreí en mis adentros. Me encantaba ponerte nerviosa.
—Algo que debía de hacer desde hace un tiempo —Jale tu cintura y al tenerte a solo centímetros de mí con mi mano libre tome tu mejilla para así juntar nuestros labios.
No había sentido nada.
Mi yo de ese momento se sintió feliz sin siquiera pensarlo, al darse cuenta de que aquel beso no me había hecho sentir nada, me alegro el hecho de que no me estuviera enamorando de ti.
Porque sí, sentía que mi corazón estaba empezando a acelerarse por ti.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
1 año 6 meses atrás.
Estaba jodido. Demasiado jodido.
Me estaba comenzando a enamorar de ti.
Los últimos 2 meses mi corazón me había hecho una muy mala jugada, cada vez que te tenía cerca sentía como este estaba a nada de salirse de mi pecho.
Aunque me había convencido de que aquel beso y los siguientes no fueron nada, lo había cambiado todo.
No dejaba de mirarte, cada cosa que hacías o decías me parecía maravillosa. Estabas haciendo que aquella barrera invisible que había puesto entre tú y yo desapareciera, y no sabía qué hacer.
—¿Entonces que dices? ¿El doble? —Oh claro, lo que no había contado es que Reiner al ver que todo iba justo como él quería ahora me pedía que avanzará más contigo.
—No creo que deba de hacer esto por dinero, Reiner —Soltó una risa burlona que me estaba cabreando.
—Solo calla y hazlo. Te pagaré el triple si te la llevas a la cama —No debí haber aceptado, pero aquel dinero serviría para llevarte a aquel restaurante que hace unos días dijiste que querías ir.
—De acuerdo —Lo estaba haciendo por nosotros, por ti en específico. Sí, sé que suena como una idiotez, pero aquel chico no pensaba correctamente las cosas.
