Torneo Kengan.

Prólogo.

Después de los acontecimientos dados entre Ohma Tokita y aquellos peleadores de la arena clandestina, el mayor se ha enfocado en su entrenamiento durante estos meses y ha estado peleando en combates Kengan. Su promotor Kazuo Yamshita está sorprendido de los fuerte que es su combatiente, a pesar de ser un hombre de mayor edad tiene cierto don para analizar a los peleadores.

—Es increíble.—pensaba mientras miraba a Ohma estirar su cuerpo.—Me vi envuelto en todo esto de peleas Kengan solo porque me tope con él ese día. Ahora, ha ganado tres combates fácilmente estos últimos meses. Primero fue Rihito, ese apodado el “super hombre”, Ohma lo manejo fácilmente. Luego estuvo ese loco hombre tramposo, Kaburagi, ¡y luego se enfrentó a Sekibayashi Jun y casi le ganó!

Recordar eso puso a temblar a Yamashita, la facilidad de haber vencido a Rihito, la destreza y fuerza con la que derrotó a Kaburagi antes de que pudiera utilizar siquiera su técnica “mosquito”, luego la derrota a Sekibayashi Jun donde apenas esté pudo hacerle rasguños, todo gracias a ese legendario estilo llamado: ¡Estilo Niko!. Ohma Tokita luego de su pelea contra Baki Hanma, ha estado entrenando y volviéndose no sólo más fuerte física sino también mentalmente, siendo mucho más versátil y fluido con el estilo Niko más que nunca. Todo gracias a las experiencias de esas peleas pasadas.

—Ah, listo.—terminó de estirarse. Miró a Yamashita.—Kazuo Yamashita, vamos a comer algo.

El anciano se sobresalto un poco.

—Si, claro. Ya es tarde y la señora Kaede no ha venido.—mencionó.—Me preguntó si le habrá pasado algo.

—No lo creo.—dijo Ohma.—Seguro está ocupada con lo de mi próximo combate.

—Oh, si, tal vez sea eso.—dijo.—¿No estas preocupado?

—¿Hm?

—¡D-digo!, sé que eres muy fuerte, me has sorprendido, pero pronto sera el torneo Kengan y yo estoy algo nervioso.

Ohma sonrió.

—Tal vez yo también este un poco nervioso. O emocionado, no sé cómo explicarlo realmente. Tengo esa sensación de que algo grande pasará en ese torneo.

Yamashita frunció el ceño.

—Pensé que era el único.—agregó el anciano.—Digamos que también he tenido la sensación de que algo grande pasará muy pronto.

—Me alegra no ser el único. No quería verme como un total loco.

—Oh, no, claro que no.

—Solo bromeó.

Yamashita se sorprendió un poco al oír eso. En un principio por el aspecto de Ohma pensó que sería alguien más volátil, pero se sorprendió de lo tranquilo que fue. Ese día, cuando ambos se toparon por casualidad, Ohma se dirigía a su combate contra Baki Hanma y le dio la impresión de ser alguien amable pero fuerte. Yamashita no comprende de qué se preocupa, Ohma es fuerte, lo ha visto con sus propios ojos, es consciente de que hay peleadores aún más fuertes por ahí, pero si se trata de Ohma y su estilo Niko, él puede enfrentarse a quien sea.

Aún así, ese sentimiento no desaparece, es como si algo andará mal en algún otro lado. Yamashita prefirió no pensar mucho en eso y siguió acompañando a Ohma a comer algo de comida casera por esa zona.

Cuatro semanas antes. En la otra parte de la ciudad, un joven chico con sudadera azul y capucha puesta, corría por las solitarias calles en medio de la noche de luna llena, el pequeño muchacho se adentro en una casa de un conocido, se sorprendió de no ver a ningún guardia y el silencio era incómodo, sin embargo continuó sin preocupación.