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Preston entró a su cuarto luego de correr por horas, su parte animal lo necesitaba, así que decidió ir con su familia, Erwan se había quedado sobre la hierba mirándole correr, pero luego se había rendido y le dijo que iría a dormir.

Preston quiso ir con él, pero una mano en su hocico lo detuvo, Erwan le dijo que se divirtiera, que él lo esperaría en su cama, Dios maldito, eso se escuchó realmente bien.

Erwan se giró dejando caer la sábana que lo cubría, el mago se fue a dormir sólo con un bóxer blanco y la mordida relucía en su cuello, Preston estaba orgulloso.

Gateó por la cama y lamió la cicatriz, en dos días se había curado por completo, Erwan gimió y deslizó los dedos por su cabello.  

—¿Ya te sientes mejor?

—Perfecto —murmuró dejando un pico en sus labios, Erwan se giró dejándolo a él con la espalda sobre el colchón. Las piernas del mago se acomodaron a cada lado.

Erwan ronroneó en su oído y lamió la concha de su oreja, Preston gimió y alzó las caderas como reflejo.

—Mmm… ¿tienes energía aún?

—¿Para qué?

—Si tienes que preguntarlo estoy haciendo algo mal —el mago siguió besando su cuello.

—Yo…

—¿Alguna vez estuviste abajo cachorro? —Preston lo miró, su mago parecía más que ansioso.

—No, mi Alfa nunca se ha sometido —Erwan bajó de sus piernas y le sonrió.

—¿Crees que yo pueda?

—Erwan, puedo hacerte daño.

—Tengo mis trucos — murmuró enseñándole dos juegos de esposas de plata, alrededor del aro estaban cubiertas con tela, Preston sospechaba que Erwan lo había pensado mucho.

—¿Esposas?

—Sólo por si acaso —murmuró colocándole una en la muñeca derecha y el otro lado lo cerró en el medio de la cabecera de la cama, su otra mano se quedó sin restricción. Preston jaló tentativamente.

—¿Sólo una? —Erwan se lamió los labios y con un dedo en el aro del grillete lo levantó para él.

—Justo cuando termine con lo que tengo pensado para ti, colocaré esta.

Preston tragó con nerviosismo, pero su polla se irguió como respuesta, su mago pudo notarlo en todo su esplendor ya que estaba completamente desnudo. Erwan dejó los grilletes sobre la mesa de noche y buscó lubricante en el cajón.

—Colócate sobre tus rodillas cachorro —Preston lo hizo sin rechistar y Erwan se colocó detrás de él, era vergonzoso, pero lo olvidó todo cuando su mago tocó su agujero expuesto con un dedo mojado—. Entonces, ¿nadie ha estado aquí?

—No —gruñó extendiendo los colmillos, esto no iba bien—. Erwan, no es una buena idea.

—Yo creo que sí, el problema es que este cachorro está ansioso —murmuró agarrando sus nalgas y exponiéndolo más. Preston cerró los ojos cuando el rubor se extendió por su cara.

Erwan metió un dedo lentamente, fue algo desagradable y doloroso por lo que no pudo evitar gruñir, el mago se burló, sacó el dedo y lamió.

—¡Maldita sea! ¿Qué crees que haces?

—Estoy preparándote —murmuró lamiendo y mordisqueando alrededor, Preston gimoteó como un cachorro cuando la punta de su lengua intentó abrirlo—. Te dije que sólo estabas ansioso —Preston pudo sentir su aliento sobre él y dejó caer la cabeza a la almohada.

Predestinados III: Lazos de MagiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora