Prologo

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Izuku supo desde el primer momento en que sus ojos se encontraron, que ese chico solo le traería problemas.

Pero, ¿Que iba a pensar su joven corazón que llegarían a esos extremos?

Observando por la ventana de la casa de su mejor amigo, no paraba de barrer la calle con la mirada una y otra vez, con el corazon palpitando con frenesí, sentía que podía destruirle le pecho, sus manos se aferraban con fuerza a aquel chaleco de lana que siempre solía usar sobre sus camisas pulcramente abotonadas, la cual, en ese momento se encontraba sin arreglar y con uno que otro botón faltante, totalmente arrugada.

Sus rizos verdosos siempre despeinados, se encontraban enmarañados, sus manos rojizas, su piel sensible, moreteada, y sus hermosos ojos verdes, cristalinos y rojizos de tantas lagrimas que de ellos habían brotado.

Sus pecosas mejillas estaban sucias y adornadas con mordidas y moretones que ya comenzaban a tornarse morados, y sus temblorosos labios no paraban de moverse tratando de articular palabras que no querían abandonar sus labios.

—Midoriya. — la voz de su amigo logro que se sobresaltara al punto de casi exclamar atemorizado, volteo con lentitud, solo para observar aquellos ojos heterocromáticos observarlo con preocupación.

—T-Todoroki — logro articular, un suspiro de alivio mano de sus labios.

No era él, estaba a salvo.

— ¿Cómo paso eso? — señalo el estado del pecoso quien se frotaba los brazos entre pequeños temblores.

—Solo…Discutimos— argumento en voz baja, desviando la mirada no queriendo sentirse juzgado.

— ¿Solo discutir? — el tono de Todoroki era serio, se paso una mano por sus cabellos bicolores mientras suspiraba, aquella no era la respuesta que esperaba, pero conociendo a Midoriya, haría lo que fuera para asumir la culpa. — Mírate Midoriya, no terminas en ese estado “solo discutiendo”.

El peliverde evito la mirada.

—Ochako te lo dijo, Tenya, Asui, Kyoka— comenzó emnumerando— Incluso sus amigos te lo advirtieron, ¿Cómo dejaste que pasara esto?

—No es la gran cosa— señalo sin interés sobre las palabras del contrario— Solo debo esperara a que se calme y…

— ¿Y qué? — Todoroki lo interrumpió— ¿Volverás con él y esperaras a que mejore?

—S-solo estaba molesto— trato de excusarse— Después se calmará y volveremos a estar felices, juntos y…

—Y luego volverá a molestarse y a pagar su ira contigo—Todoroki no paraba de interrumpirlo— Tienes que alejarte de él, Midoriya.

—No puedo.

Aquellas palabras dejaron helado al mayor, observo como lagrimas comenzaban a resbalar por aquel pecoso rostro y como este parecía querer detenerlas a toda costa.

—Lo amo— dijo limpiando su nariz con el dorso de la mano— Lo amo, Todoroki.

El corazon de Todoroki se encogió de tristeza, su mejor amigo merecía algo mejor que eso.

—Eso no es amor Midoriya— Todoroki se acerco al mueble cercano a la ventada donde se encontraba sentado su amigo, y con cuidado, coloco una mano en su hombro— El amor no te hace sentir de esta forma, y la persona que te ama, no te trataría como él lo hace. — Apretó un poco el agarre— Necesitas ayuda, él puede llegar a matarte.

El peliverde observo los ojos bicolores del mayor, y asintió con lentitud.

Claro que su pareja podía matarlo, estaba en constante peligro, no dormía bien con temor a no poder despertar al día siguiente, hacia todo lo que él le pedía al pie de la letra para evitar que desatara su ira con su frágil cuerpo, lo complacía en todo y no parecía ser suficiente, había perdido contacto con su grupo de amigos, y cada día él se mostraba más y más agresivo, no podía salir, no podía usar el teléfono, no odia hacer nada que él no aprobara primero, incluso habían pasado semanas desde la última vez que había tenido contacto con su madre.

La paranoia poco a poco comenzaba a hacerse presente y el temor de no volver a ver la luz del sol era su pan de cada día, se había enamorado de un monstruo, y una parte de él, que conservaba cierta esperanza, no quería dejarlo, esperado que tarde o temprano se diera cuenta de su temperamento y decidiera cambiar.
Pero ese día, había cruzado su limite e Izuku no tuvo más remedio que huir al único lugar donde se sentía seguro.

—Tengo miedo. —Fue lo que respondió entre hipidos temblorosos, Todoroki nunca lo había visto tan vulnerable.

—Debemos pedir una orden de alejamiento. — fue su rápida sugerencia— Pero primero, debes contarme que paso entre ustedes para que terminaras así. —Izuku asintió.

—Es…—Dudo un poco en responder—Una larga historia.

—Tenemos tiempo— fue la simple respuesta de Todoroki— Aquí estas a salvo.



















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E aquí el prólogo de está pequeña historia.

Sus capitulos no serán ni muy largos, ni muy cortos.

Y quizás la trama se desarrolle algo rápido para el gustó de algunas personas.

Sin embargo, espero que la disfruten.

¡Los quiero!

Teddy BearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora