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Luego de tanto tiempo, el día había llegado

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Luego de tanto tiempo, el día había llegado. Harry volvería a casa.

Todavía sueña con la última semana sin Harry, como un loop interminable en su cabeza. Todavía se sueña corriendo entre los árboles en busca de Inez, en busca de su secreto, para encerrarlo bajo llave y que nadie supiese sobre él. Todavía sueña con dirigirse hacía lo de Augustus y ver como su casa se transformaba en cenizas, todavía sueña con ese último abrazo, tratando de decirle que todo estaría bien, aunque Louis no estaba seguro de nada.

Todavía se pregunta qué es lo que debería decirle a Harry.

Todavía se pregunta si Inez abrió su maldita boca.

Todavía se pregunta si debe decir la verdad y ahorrarse el sentimiento de culpa que cada vez se incrustaba más y más en el fondo de su corazón. Todavía se pregunta si debe mentir para cuidar a Harry de todo el mal que él mismo le ha hecho.

De todos modos, en aquel momento, Louis se encontraba yendo hacía la casa de Harry, el lugar donde habían acordado su encuentro. Trató de poner su mejor cara mientras se subía a su patineta, se calzaba sus audífonos, y Maybe Tomorrow de Stereophonics sonaba en sus oídos.


Cuando Louis lo vio, inmediatamente se acercó y lo envolvió en sus brazos, Harry dejándose llevar por el calor que estos le daban. Harry había vuelto a casa. Todo el tiempo perdido lo dejaron en un abrazo que pareció durar horas. Todo y todos a su alrededor parecieron desaparecer. Una vez más eran Harry y Louis contra el mundo. La realización llegó a él en cuanto sintió como sus corazones latian al mismo compás: Bournemouth, el mundo y el universo mismo era mejor con un alma como la de Harry en él.

Pensó que todo iba a mejorar, que no debía fingir, que Harry no tendría por qué saber de él y de Augustus.

Hasta que se separaron de su abrazo eterno, y lo miró directo a sus ojos.

Frío.

Esas esmeraldas lo congelaron por dentro, lo dejaron en pausa por toda la vida. Parado en la calle de un pueblo fantasma, mirando directo a los ojos de su amado, de la persona por la que caminaría sobre el fuego. El rey de su corazón. Lo que en un momento fue dorado, se volvió oscuro e interminable en cuestión de un segundo. Y la culpa era de nadie más que de él.

Harry lo sabía.

Harry tomó una distancia prudente de Louis, pero él lo seguía sosteniendo de sus caderas. Sus manos gritaban no te vayas, no te vayas nunca.

-"Lou" dijo Harry, despertándolo de su peor pesadilla, su corazón latiendo con la fuerza de un potro. "Louis" repitió una vez más.

-"¿Si?"

-"Debo irme, tengo cosas que hacer. Pero te llamaré, ¿sí?"

Louis reaccionó, de una vez por todas. -"Sí, sí. Claro."

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