Capítulo 4

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Katsuki y su madre ya habían pasado dos días yendo a las citas con el psicólogo sin rechistar, Mitsuki estaba realmente sorprendida por eso y aunque trató de sacarle la razón a su hijo, éste no le dijo absolutamente nada en los últimos días pero p...

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Katsuki y su madre ya habían pasado dos días yendo a las citas con el psicólogo sin rechistar, Mitsuki estaba realmente sorprendida por eso y aunque trató de sacarle la razón a su hijo, éste no le dijo absolutamente nada en los últimos días pero presentía que la dicha razón era por el pequeño Izuku, algo debió haberle dicho antes de que Hisashi fuera a buscarlo en su casa para llevárselo, aun así cual fuese la razón agradecía que no lo hiciera llevárselo todos los días de la oreja y eso estaba bien, porque ella también debía asistir de manera obligada.

Izuku sí había hablado con Katsuki mientras ambos jugaban con los juguetes del cenizo y antes de irse a su casa hizo que éste le hiciera una promesa:

« Debes prometer que irás a todas tus citas con el psicólogo, Kacchan, así podremos vernos para jugar en las tardes. »

Misma promesa que ahora Katsuki estaba cumpliendo, el castigo lo tenía mientras hablaba con el psicólogo y la recompensa llegaba después del mediodía cuando su madre y él iban a buscar a Izuku para llevarlo a su casa, su vieja se había ofrecido a cuidarlo mientras sus padres trabajaban, así que podían jugar luego de hacer sus tareas; Izuku le explicaba la clase que le habían dado y lo hacía hacer la tarea en su propio cuaderno antes de ponerse a jugar hasta que ambos o uno de ellos —Izuku— cayera dormido del cansancio y poco después el otro —Katsuki— se acomodaba a su lado para acompañarlo a dormir la siesta.

Mitsuki estaba agradecida de haber vuelto a ver a su mejor amiga y al pequeño Izuku, no sabía qué tan bien se llevarían sus hijos y ahora veía que el resultado había sido más que perfecto, aunque todavía le molestaba que su hijo le hiciera más caso al pequeño Izuku que a ella pero el psicólogo prometió intentar ayudarla, diciéndole que hablaría con el niño para que comenzara a obedecer, pero Mitsuki misma sabía que eso ya no era posible, la única forma de que llegara a obedecer de alguna extraña y pequeña manera sería que Izuku se lo pidiera con una amenaza pero todos sabían que el pequeño era una masita de amor incapaz de amenazar a alguien con verdadera convicción.

Mitsuki estaba agradecida de haber vuelto a ver a su mejor amiga y al pequeño Izuku, no sabía qué tan bien se llevarían sus hijos y ahora veía que el resultado había sido más que perfecto, aunque todavía le molestaba que su hijo le hiciera más cas...

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Para el cuarto día de sesión, los dos cenizos iban de la mano con un pequeño peliverde que había sido mandado a llamar por el mismo psicólogo para conocerlo ya que los dos primeros hablaban mucho del pequeño y le causaba curiosidad de saber si el niño era tan amable y adorable como ambos se lo pintaban, el mismo hombre llamó al colegio para pedirle a su amigo, el director, que le enviara el niño luego de pedirle permiso a su madre y para suerte de todos, Inko no tuvo problema en conceder el permiso, aunque si le había extrañado que su hijo haya sido llamado también para asistir pero luego le preguntaría a su amiga.

No tengas miedo, Deku [KatsuDeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora