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El impacto que había pensado era inminente nunca llegó. De hecho, mi cuerpo ni siquiera tocó el suelo.

Pero era innegable que había sido atrapado por alguien. Teniendome aterrado al estar de espalda pegado a su pecho.

Solté un par de gritos desesperado los cuales fueron amortiguados por la mano en mi boca, al darme cuenta que no me servía de nada. Empecé a sacudir mi cuerpo intentando soltarme del agarre que me retenía, pero de nuevo fue inútil.

Dejé de resistirme. Y me preocupé por ver el lugar dónde estaba.

Mis ojos lograban captar una luz proveniente de un sola lámpara en el techo. La cual iluminaba escasamente el espacio algo pequeño. Si forzaba mi vista un poco podía encontrar líneas de cajas blancas apiladas hacia arriba.

Mi corazón seguía latiendo desenfrenadamente dentro de mi.
Incluso podría pensar que faltaba poco para que este se saliera de su sitio. Mi pecho subía y bajaba de acuerdo a las pesadas respiraciones que me era casi imposible poder dar por el miedo.

El brazo que me sostenía por el abdomen se movió despacio hacia mi cintura para girarme hacia sí mismo.

Y aunque la mano seguía posada en mi boca ahora que estaba de frente con la persona que me había atrapado, no tenía intenciones de gritar.

No era el hombre de armadura blanca después de todo. Pero no tenía idea de quién era el.

Hasta que mi vista se adaptó mejor a la escasa luz y me enfoqué en sus ojos pude reconocerlo.

Azules.

Sus ojos brillaban en un azul profundo, aunque por la leve intensidad de la iluminación sus pupilas estaban tan dilatadas que casi no podían apreciarse.

Esos ojos posados en mi, me estaban haciendo experimentar el vértigo. Tenía la sensación de que podía caer dentro de ellos.

La mirada en ellos no era cruda u hostil como en el primer encuentro, pero seguía erizando por completo mi piel.

Era incómodo tener mi cuerpo presionado al de otra persona, por suerte solo un par de minutos después la mano en mi boca dejó de ejercer presión y la mano en mi cintura fue retirada de igual manera.

No tenía miedo, claro que no.

Pero podía admitir que me causaba cierta ansiedad no saber que hacer en ese momento.

Tenía que darle las gracias, ¿y ya está? ¿O solo tenía que salir por la puerta y seguir mi camino?

Tal vez podía esperar a que el chico frente a mí dijera alguna palabra y decidir que hacer entonces.

Esa parecía una buena opción.

Me quedé ahí frente a él en silencio analizando su perfil. Su cabeza se asomaba un poco por la puerta hacia afuera mirando de un lado a otro.

¿Qué es lo que miraba?

Finalmente dió un paso saliendo de la habitación.

De acuerdo, parecía que entonces era cada quien por su lado. Eso estaba bien.

Encuadré mis hombros, y solté un suspiro. Pensando si era lo correcto salir de ahí. De verdad, esperaba que no hubiera ningún protector alrededor.

–¿Vas a salir o no?– la voz llegó en un medio grito firme desde afuera haciéndome dar un brinquito en mi lugar y llevar una mano a mi corazón.

¡Dios! Muchas emociones para mi pobre alma. Asentí a mi mismo y salí de ahí.

Cuando pude acostumbrarme mi vista de nuevo afuera, el chico castaño de ojos azules estaba unos pasos delante mío.

"I can't be controlled" | Larry Stylinson Donde viven las historias. Descúbrelo ahora