Capítulo 2

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Takemichi iba junto a Takuya en busca de un poco de dorayakis, sentía que debía ser sincero con Takuya, después de todo, el mejor que nadie podía entender su situación y sus sentimientos.

    — Oye Takuya... —. Le llamó Takemichi, a lo que el nombrado le miró atento. — ¿Siempre supiste que eras un omega? ¿Lo sospechabas? —. Le preguntó queriendo abordar un poco el tema con delicadeza.

Takuya se quedó pensando por un momento, ciertamente siempre sintió que había algo en el que era diferente de los demás, su cuerpo era diferente y sentía que era más débil que sus amigos.

    — Supongo que si, siempre lo intuía, ¿Por qué preguntas de repente eso, Takemichi? —. Cuestionó con interés.

El teñido suspiro un poco, debía ser sincero con el, tal vez así podrían ayudarse mutuamente.

    — Y-yo... La verdad es que... Mis resultados... Ngh... —. Le daba vergüenza decirlo, era aceptar una realidad que no quería pero estaba viviendo, tomó aire para poder continuar. — Yo soy un omega —. Soltó.

Takuya se sorprendió un poco y luego se rió suavemente, haciendo que la mejillas de Takemichi se tiñieran de rojo.

    — Jaja, lo siento, no me rio de tí, solo que es gracioso, ¿tenias miedo de decírmelo? ¿A mi? ¿Qué también soy un omega? —. Preguntó divertido, Takemichi soltó una pequeña risa también, si, había sido un poco tonto tener miedo de ser sincero con Takuya, después de todo eran amigos.

    — ¡Vaya, vaya! ¡Con que dos omegas! ¿Escuchaste eso Kiyomasa? —. Habló un hombre que no conocían de nada, Takuya y Takemichi se sorprendieron al verlos a unos pasos detrás de ellos, se quedaron sorprendidos por la aparición de varios de ellos, que los miraban con morbosidad.

    — Si lo escuché, Akashi, ¿no crees que es buen momento para divertirnos un poco? ¿Que dicen chicos? —. Preguntó al resto de su pandilla, quienes silbaron y hicieron alboroto dando a entender que si.

Takuya fue el primero en reaccionar, tomando de la mano a Takemichi y comenzando a correr, ambos daban pasos largos sintiendo el peligro de ser devorados, Takemichi estaba más asustado de lo que podría imaginar, no entendía la situación o porque aquellos hombres querían hacerles algo.

Estaban siendo perseguidos por toda la pandilla de Kiyomasa, sentían que pronto los perderían pero al pasar por un callejón fueron arrastrados por otros hombres, al parecer también de la pandilla de Kiyomasa.

Los empujaron contra el suelo sucio, estaban agotados y respirar era una tarea difícil. Sus pulmones dolían y el sudor bajaba por sus rostros.

Kiyomasa apareció rápidamente con el resto de su pandilla, riendo entre ellos con sus burdas voces.

    — Nada como un poco de calentamiento antes de comer, ¿no creen? —. Dijo el hombre con gracia, mientras sus seguidores le daban la razón.

Se acercó y pateó la mejilla derecha de Takuya, haciéndole caer contra el suelo escupiendo sangre.

    — Mierda, ¿creíste de verdad que podrían escapar? —. Dijo con enojo y una mirada más severa.

Takemichi cubrió el cuerpo de su amigo al ver que Kiyomasa quería poner sus manos sobre el.

    — ¡Larguense! ¡No queremos problemas con ustedes! —. Dijo Takemichi mientras fruncía el entre cejó y los miraba con determinación en sus ojos, pero la verdad es que sus brazos temblaban y Takuya lo sintió.

Kiyomasa le agarró del cuello de la camisa y lo levantó como si no fuese pesado, quedando suspendido en el aire.

    — Perra, tu no me dices que hacer, haré lo que me de la puta gana, ¿entiendes? —. Takemichi jadeo al sentir que el aire se le escapaba, pero lo miró de mala gana y le lanzó un puñetazo como pudo, dándole de lleno en el rostro, logrando safarce del agarre y podiendo respirar de nuevo.

𝙈𝙖𝙣𝙖𝙙𝙖 | Tokyo Revengers | OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora