Todos se encontraban callados, no había un solo movimiento en esa sala, las seis personas esperaban en un temeroso silencio que las dos personas encargadas llegaran. Todos sabían por qué estaban allí, desde hace tres años no se habían reunido y esta vez era por algo peor que una fuga.
Se preparaban para una extracción.
Hacían aproximadamente cuatro años que no se realizaba una extracción en aquella base de las instalaciones, y luego de la Fuga las medidas de eliminación y seguridad se intensificaron de manera alarmante, disminuyendo el número de… estudiantes.
Todos sabían que esta extracción sería peor que muchas de las que habían tenido. No por qué fuera cerca de su Organización sino, por alguien en especial, alguien que habían tenido.
Sabían que no podían cometer un error, hacerlo, se condenarían ellos y sus estudiantes, estaban apostando demasiado por una sola persona, que quizá, no los serviría de nada.
Cada uno de ellos podía sentir su sangre hervirse bajo su piel, estaban asustados, nerviosos, a un minuto de ataque cardiaco, sus manos temblaban y sudaban bajo la mesa, se miraban unos a otros, como preguntándose si, llegarían a verse después de la extracción.
A ambos lados de la mesa se encontraban cuatro hombres y dos mujeres, de la misma edad –aproximadamente- vestían batas de laboratorio, la mayoría eran doctores o científicos, pero uno de ellos era más que un científico, de todos ellos era él quien más interesado y des estresado se encontraba, no podía ocultar su preocupación, pero tampoco la emoción que tenia al saber que esa persona regresaría, y aunque quería creer que no les serviría para nada, sabía que no era así.
De todos en la sala, él se encontraba sentado cerca de la puerta, dándole la espalda a la mesa, ansioso porque entraran, la espera se hacía eterna para él, tenía que mantener un bajo perfil o lo descubrirían, su cabello castaño –claramente desordenado- reflejaba que no había podido dormir por la misteriosa reunión y mas al saber que las probabilidades de que esa persona estuviera involucrada en la extracción hizo que entrenara en su habitación toda la noche, el sabia quien era ese individuo y sabia porque tenían interés, pero a diferencia de él todos desconocían cuan equivocados estaban tratado de utilizar a esa persona, para lo que el resto de ellos pensaba que era lo correcto, no lo era, si lo hacían, no solo correrían el riesgo de convertir todo en un desastre épico, sino que perderían todo lo que en estos estúpidos años habían desarrollado. Sus nudillos empezaron a tornarse del blanco de las batas y su cara de un rojo intenso cuando la puerta se abrió y dos de las personas que mas detestaba en el universo aparecieron, dieron un recorrido rápido por las caras asustadas y sudadas de las personas en la sala, la mujer lo contemplo y lo miro con dulzura y le dio un golpecito en el hombro, en cambio, el hombre lo fulmino con la mirada, y se dirigió a una esquina de la habitación con el ceño fruncido. La mujer se aclaro la garganta recuperando la atención de todos, quienes siguieron con la mirada al hombre.
Ella iba vestida con un pantalón y blusa clásicos gris, llevaba al igual que todos una bata, su cabello rojizo liso le caía sobre los hombros, sus ojos verdes demostraba la preocupación que tenia, y su piel blanca estaba un tono más blanco de lo normal, lo que reflejaba que no estaba de acuerdo con esto, quien la culpa, secuestrar a un montón de chicos y forzarlos a la destrucción de todo, corriendo el riesgo de que todos mueran antes de dar una paso fuera de este maldito infierno.
Coloco la palma de sus manos sobre la mesa, regalo una sonrisa cálida y dulce para todos:
-Muy bien, todos saben porque están aquí, hace dos semanas nos convocaron a Rick y a mí para preparar una extracción- todos se removieron en sus sillas con solo escuchar la palabra.
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COACCIÓN
Science FictionSINOPSIS En ocasiones estar olvidada en la oscuridad resulta más sencillo que existir en el recuerdo de la luz. Mi nombre es Ávalon y vivía en Beaverton-Oregón, y todo lo que quería recordar terminó llevando me al lugar de mi perdición. Todo comenz...