El señor se me acercó.
—¿Todo bien Natasha?...——Aa... si todo bien— sonreí un poco.
—¿Buscas a alguien?...—
—No... para nada.
—Ok... comienza— susurró.
Vi que él no estaba me comencé a sentir un poco mal de no verlo, el me juró estar ahí... pero era más que obvio se enojó conmigo no estaría ahí, sin darme cuenta de lo mal que me sentía sentimentalmente cambie la melodía de mi violín por una triste, y la que iba a tocar era alegre, pero por Daniel la cambié, por él daría todo, por el cambie mi melodia, a él se la dediqué, A SOLO EL.
En la mitad de la melodía del violín empecé a recordar momentos con Daniel, mientras en mis ojos se llenaban de lágrimas, lágrimas que querían romper en llanto, decidí no pensar más en él, abrí mis ojos y vi como mis padres me miraban confusos, me di cuenta que es por el cambio de la tonada.
Al terminar de tocar, levante mi cabeza mirando al público, el público no paraba de aplaudir sus caras se veían como si quisieran llorar en eso se acerca el dueño:
—Ay señorita Natasha... esa melodía fue tan conmovedora— se limpiaba las lágrimas con un pañuelo.—Jajaaj siii... la cambie— dije mientras trataba de no ponerme triste.
—¿Y por que la cambiaste?— pregunto confundido.
—Porque las que normalmente tocó son alegres...— me interrumpe.
—Y qué tal la alegre ¿por que no la tocaste?...¿por que cambiar esa tonada a todos?— pregunto.
—¿Sabe algo señor?...— lo volteó a ver sería.
—A ver dígame eso algo.
La gente sonreía un poco y una que otra risita salía.
—En la vida no todo es felicidad... también hay tristeza, no todos son felices en la vida... por eso cambie mi melodía todas las melodías que toco son alegres y al tocarlas la gente piensa que estoy alegremente porque se dejan llevar en la melodía, de hecho pude haber tocado mi tonada alegre— suspire —Pero todos creerían que estoy feliz y no seria así, por eso señores y señoras niños y niñas toque esa melodía triste quería que ustedes vieran mis sentimientos en esa tonada... para que vean cómo no todo es alegria— sentí mis ojos con lágrimas.
Cuando vi a la gente todos me miraban, me sentí incómoda en la manera como me veían, al parecer era lástima eso creí, se levantaron y aplaudieron tan fuerte que casi se rompen mis oídos.
El dueño se me acercó:
—Ay Natasha... esas son palabras tan conmovedoras— dijo limpiándose sus lágrimas con su pañuelo —¿Pero sabes algo?, y quiero que lo sepa la gente.—¿Que cosa?— dije confundida.
—Todo lo que dijiste tiene sentido, no toda la vida es como uno quiere... la vida da muchas vueltas y no nos damos cuenta.
Las personas empezaron a llorar, debo admitir que yo también me puse un poco sentimental, y más porque él no cumplió su promesa.
4 horas después.
Después de todo el llanto nos retiramos, terminamos de estar en el teatro, como siempre me regalaban cosas.
Papá nos llevo a un restaurante que estaba por ahí, la verdad me gustaba la comida británica, era deliciosa, después de comer; papá nos tapó los ojos a mi y a mamá estaba tan nerviosa de saber por que nos vendo los ojos. Después de ir en carro como 20 minutos llegamos yo no veía nada.
ESTÁS LEYENDO
Tu perfecta mentira
RandomUna chica rusa de 23 años llamada Natasha, sueña con ser una gran pintora pero lo deja como su pasatiempo, ya que su mayor sueño en la vida es ser una de las mejores mujeres en la música. Ella ama tocar el violín, aprendió a tocarlo desde los 6 a...