La Furia de Mascara Rojiza

Capitulo 8

Pequeño Rojizo se despertaría bastante temprano en la maternidad junto a su madre, pero sentiría un poco de soledad al darse cuenta de que su hermana no estaba, ya que como una aprendiza, debía dormir con el resto de aprendices. Se levantaría suavemente para no despertar a su madre y saldría de la maternidad.

-Buenos días Pequeño Rojizo!- Pequeño Rojizo voltearía la cabeza y vería a su padre quien estaba no muy lejos de él acicalándose, se dirigiría a él.

-Buenos días padre, veo que estás igual de temprano levantado- Pequeño Rojizo se sentaría junto a su padre.

-Justamente, yo los acompañare a ti y a Noche Azulada hasta el territorio del Clan del Trueno, por seguridad..- Cielo Rojo se levantaría cuando Noche Azulada se acercaría a ellos.

-Pequeño Rojizo, espero que hayas dormido nos espera un largo viaje, ven un momento por tu parte de las hierbas de viaje, luego saldremos, le daremos la vuelta al lago, tu padre nos acompañará hasta el territorio del Clan del Trueno, de ahí seguiremos los dos hasta la laguna lunar.- Noche Azulada se dirigiría a su guarida.

-Ya vengo!- Pequeño Rojizo la seguiría de inmediato.

-Pequeño Rojizo, esto es una combinación de Acedera y Camomila, nos ayudaran para llegar a la Laguna Lunar, no puedes comer nada antes de hablar con el Clan Estelar.- Noche Azulada le señalaría un paquete de hojas que tenía justo delante de las patas.

-Vale!- Pequeño Rojizo engulliría enseguida las plantas y haría una cara de asco.

-Nunca dije que tuvieran un buen sabor- Noche Azulada soltaría la carcajada y se dirigiría a donde se hallaba Cielo Rojo.

-Estamos listos!?- Preguntaría Cielo Rojo levantándose.

-Si! Solo dejame le voy a avisar a la líder que ya nos vamos, los alcanzó a las afueras del campamento.- Respondería Noche Azulada dirigiéndose donde se hallaba la líder.

-Vamos!- Cielo Rojo empujaría suavemente a Pequeño Rojizo hacía la salida.

Se dirigirían padre e hijo a la salida, Pequeño Rojizo estaba emocionado porque sería su primera vez fuera del campamento.

-¡Listo! ¡Ya podemos partir!- Diría Noche Azulada tomando la cabecera del grupo.

Noche Azulada y Cielo Rojo saldrían por un camino lleno de pequeños arroyos, sabían exactamente por donde pisar y sabían de memoria el camino. Pequeño Rojizo pudo observar detalladamente el lago, una estancia muy grande de agua, la cual estaba en total calma. Siguieron pasando por varios arroyos, hasta llegar a una estructura bastante grande. Noche Azulada le hizo un gesto con la cola para que no preguntara. Desde ahí en adelante siguieron a no más de tres colas del lago, Cielo Rojo le había explicado que ese era el pacto con todos los clanes para poder pasar por sus territorios.

-Estamos entrando en territorio del Clan de la Sombra- Diría Cielo Rojo.

-Efectivamente, desde aquí comienza su territorio, Pequeño Rojizo ya sabes, no hagas ruido y siguenos a tu padre y a mí.

Pequeño Rojizo movería la cola en señal de comprendido y los seguiría sin rechistar. Poco a poco fue dándose cuenta de su entorno, el suelo más húmedo y árboles a los que Pequeño Rojizo no estaba acostumbrado. Llegaron a una zona sin árboles, donde podría ver antiguos campamentos de los dos patas, o eso le habían explicado Noche Azulada y Cielo Rojo.

-Aquí estamos ya en la frontera entre el Clan del Trueno y el Clan de la Sombra- Explicó Noche Azulada.

Seguían su camino, siempre a no más de tres colas del lago. Pequeño Rojizo se daría cuenta de que el suelo volvía a ser duro, pero no se acostumbraba a la oscuridad que hacían los árboles. Vería como el sol comenzaría a ponerse y a oscurecer todo más de lo que ya estaba. Habían alcanzado otro arroyo de no más de dos colas de zorro. Cuando Noche Azulada voltearía hacía Pequeño Rojizo para decirle algo, vería como salían de unos arbustos tres gatos, dos igual de grandes que Cielo Rojo y uno no más grande que él.

-Buenas tardes Noche Azulada, supongo que la razón por la que estás aquí es...- Miraría a Pequeño Rojizo.

-Efectivamente, Vuelo de Águila, este es mi aprendiz Pequeño Rojizo.

-H-hola...- Pequeño Rojizo tartamudearía un poco al presentarse.

-Es su primera vez de salida, por eso está aquí Cielo Rojo, igualmente aquí nos separamos- Diría en dirección a Cielo Rojo.

-Entendido!- Cielo Rojo se despediría de la patrulla del Clan del Trueno y volvería en sus pasos.

-Bueno no los molestamos más, aun le falta un buen camino hasta la Laguna Lunar, nos veremos y que el Clan Estelar los acompañe.

-Igualmente- Respondería Noche Azulada.

-Zarpa Negruzca, Peca Nebulosa, vamos! Debemos terminar la patrulla- Los dos gatos mencionados se despedirían y seguirían a Vuelo de Águila.

-Acabas de conocer al lugarteniente del Clan del Trueno, es fuerte y muy rápido a eso se debe su nombre. Los otros eran Zarpa Negruzca, un nuevo aprendiz, apenas hace una luna que comenzo su entrenamiento y Peca Nebulosa, una gata que la verdad no se mucho de ella... pero seguro podría arrancarte cualquier parte del cuerpo si quisiese, por eso siempre ten cuidado.- Le advertiría Noche Azulada.

-Vale!- Pequeño Rojizo haría entrar todos esos conocimientos en su cabeza para no olvidarlos facilmente.

-Bueno, ahora subiremos por el arroyo hasta la Laguna Lunar, no pases del otro lado, es el territorio del Clan del Viento, quien sabe que excusa pueden sacar.- Noche Azulada comenzaría a ascender el arroyo.

Sería un buen rato de caminata hacía arriba siguiendo el arroyo, Pequeño Rojizo comenzaba a sentir las punzadas de hambre, puesto que no había comido nada en todo el día y ya estaba oscureciendo.

Seguiría siguiendo a Noche Azulada sin decir nada, hasta que de un momento a otro comenzaría a sentir por donde caminaba.¡Eran las huellas de sus antepasados!

-Si, lo que sientes son las huellas de generaciones de curanderos que han pasado por aquí en dirección a la Laguna Lunar, mira ya casi llegamos!- Noche Azulada daría un salto y se sentaría en una parte más arriba que parecía más plana que todo el camino que acababa de recorrer.

Pequeño Rojizo subiría hasta su mentora con más precaución, aunque se resbaló una o dos veces pudo llegar hasta allá y lo que vería al frente no tenía comparación.

-¡¡Bienvenido a la Laguna Lunar Pequeño Rojizo!!- Noche Azulada se sentaría a su lado.