Pequeño Rojizo yacía en el piso, dando pequeños maullidos de dolor, junto a él estaba Pequeña Nieve quien le lamía las orejas vigorosamente.
-Ya vendrán, no te preocupes!!...-
-E-estoy bien, puedo caminar hasta allá...- Diría Pequeño Rojizo levantándose pero volviéndose a tumbar al no poder reposar su peso en la pata mal herida.
-¡No te muevas! ¡No estás para caminar!- Pequeña Nieve comienza a lamerle con más cuidado la pata herida.
- Ahi! Ahi estan!!- Escucharía Pequeño Rojizo la voz de Pequeño Azulejo
Noche Azulada llegaría rápidamente y se recostaría junto a Pequeña Nieve e inspeccionaría la pata de Pequeño Rojizo.
-Parece que te la doblaste.... Puedes apoyarla?- Preguntaría Noche Azulada viendo directamente a la cara a Pequeño Rojizo.
-N-no, no consigo apoyarla bien...- Respondería Pequeño Rojizo tristemente.
-Vale... no importa, Pequeña Nieve! Porfa ayuda a tu hermano a que llegue a mi guarida, que su pata herida no toque el suelo por favor.
-Si! Noche Azulada!- Respondería Pequeña Nieve y ayudaría a Pequeño Rojizo a llegar a la guarida de Noche Azulada.
Por lo tanto Noche Azulada iría a buscar a Manchas Oceánicas, la cual al enterarse del contratiempo de su hijo salió disparada de la maternidad hacia la guarida de Noche Azulada.
-Pequeño Rojizo!!- Escucharía el gatito al acomodarse en una de las camas de musgo de la guarida.
Manchas Oceánicas entraría rápidamente y se acomodaría con su hijo viéndole la pata herida.
-P-pequeño Rojizo... que te paso?!- Diría alarmada.
-Pues....- Pequeño Rojizo no tenía ganas de explicarle a su madre todo lo que pasó.
-El intentaba mostrarme a mi y a Pequeño Azulejo la técnica que le había enseñado nuestro padre, pero cayó mal y se torció la pata...- Respondería rápidamente Pequeña Nieve, Pequeño Rojizo le mandó un guiño agradeciéndole en silencio.
-Bueno necesito que salgan, el necesita reposo y no puede con tantos gatos aquí...- Diría frustrada Noche Azulada.
-Vale... volvemos más tarde hijo... Diría Manchas Oceánicas. -Pequeña Nieve, Pequeño Azulejo salgamos, Pequeño Rojizo debe descansar.
Los dos gatitos seguían a Manchas Oceánicas volteando sus miradas al musgo donde estaba Pequeño Rojizo preocupadamente.
-Bueno Pequeño Rojizo, ya puedes contarme que paso, se que no hiciste eso simplemente, tienes otras heridas, pequeña pero tienes más..-Diría Noche Azulada mirando a Pequeño Rojizo seriamente.
-Bueno... De alguna manera sí es cierto lo que dijo Pequeña Nieve, pero si hice el salto fue porque Pequeña Crepuscular me hizo caer cuando jugaba con Pequeña Nieve y Pequeño Azulejo.-
-Pero no entiendo, porque el ataque que te había mostrado Cielo Rojo...-
-Nos enfrascamos en una pelea... y no se me ocurrio nada mas, por eso lo hice.-
-Si entendí, Pequeña Crepuscular te hizo caer.. tu la atacaste y en mitad del combate hiciste eso, pero caiste mal y te doblaste la pata si?- Preguntaría Noche Azulada yendo a un estante situado más al fondo de la guarida.
-Si... así fue...- Pequeño Rojizo bajaría la cabeza apenado.
Pequeño Rojizo escucharía un bufido de parte de Noche Azulada. -Justamente por eso no fue guerrera, por si no sabías los curanderos estamos abstenidos de las rivalidades entre los clanes.-
-Enserio! O sea que no peleas!!?- Preguntaría Pequeño Rojizo con curiosidad.
-Pelear si se, porque igualmente aprendemos a defendernos, pero no peleamos por fronteras como el resto del clan, pero no creas que este trabajo es fácil, requiere memoria y mucha energía cuando hay heridos.-
-Oh! Eso no lo sabia!!- Exclamaría Pequeño Rojizo sorprendido.
-Ahora si, es hora de curarte esa pata, dejame verla mejor- Noche Azulada se acercaría mientras que Pequeño Rojizo estiraba la pata todo lo que podía.
-Parece solo estar doblada, pero prefiero asegurarme- En ese preciso momento Noche Azulada jalaría la pata fuertemente haciendo que Pequeño Rojizo suelte un grito de dolor y sorpresa al mismo tiempo.
-Parece que así está mejor- Noche Azulada suspiraría y comenzaría a masticar una raíces.
-Q-qué es eso?- Preguntaría Pequeño Rojizo temeroso.
-No te preocupes, si lo te preocupa es otro tirón de tu pata no lo volveré hacer, esto son raíces de consuelda, ayudará con tus huesos que se alcanzaron a romper...- Noche Azulada volvería masticar las raíces.
-Osea que me rompí la pata!- Pequeño Rojizo miraría su pata sin creérselo.
-Romperla si, pero tu futuro no corre peligro por eso es esto!- Le mostraría a Pequeño Rojizo un líquido encima de una hoja. -Esto es un cataplasma de consuelda, te ayudará a que tu hueso sane.-
-Vale! Me asuste!-
Noche Azulada le aplicaría el cataplasma en la pata herida, al momento le pediría a Pequeño Rojizo que se tranquilice e intente dormir un poco.
-Vale... lo haré Noche Azulada.-
Pequeño Rojizo se dormiría. Seguiría dormido toda la tarde y noche, en la que Pequeña Nieve, Manchas Oceánicas y Cielo Rojo, el cual había vuelto de patrulla y se había enterado, visitaron a Pequeño Rojizo. Pequeño Rojizo se despertaría hasta la mañana del día siguiente.
-Buenos días Pequeño Rojizo!!- Justo Pequeño Rojizo escucharía eso al estirarse en su cama de musgo donde se había quedado en la guarida de Noche Azulada.
-B-buenos días...- Respondería Pequeño Rojizo aun somnoliento.
-Buenas noticias!!! Examine tu pata, y ya puedes volver con tu madre, debes estar minimo hoy en la maternidad ¿está bien?...- Le preguntaría Noche Azulada mirándolo severamente.
-Vale! Muchas gracias por la ayuda!!- Diría Pequeño Rojizo saliendo de la guarida rápidamente.
-No corras!!!!- Le gritaría Noche Azulada.
Pequeño Rojizo bajaría la velocidad y se agazaparía a un lado de la maternidad para poder observar sin ser visto desde adentro. Al ver que no estaba Manchas Oceánicas se adentró en la maternidad, y de un momento fue agarrado por el pescuezo quedando completamente indefenso.
-Aquí estabas, te estuve esperando, hijo!- Pequeño Rojizo se soltaría del agarre y se encontraría con Cielo Rojo.
-Papa! Que haces aqui!!? Pensé que estarías de patrulla..-
-Es verdad, pero decidí esperar porque Noche Azulada nos dijo a tu hermana y a mi que podrías salir hoy, tu madre se fue con tu hermana a mostrarle otras técnicas, cuando pueda te las enseñara igual, por ahora debemos quedarnos aquí, vale!?- Diría Cielo Rojo acomodándose en la cama de musgo de su pareja.
-Vale- Pequeño Rojizo se acomodaría junto a él.
-Y dime cómo está tu pata?- Preguntaría Cielo Rojo
-Ya está mejor es verdad, Noche Azulada lo hizo muy bien!!- Se alegraría Pequeño Rojizo.
-Si es muy buena curandera, pero una pregunta, no te interesa el camino del curandero? Como veo que pasas tiempo con ella...!- Pequeño Rojizo quedaría impactado con la pregunta.
-Pues si me agrada estar con ella, pero ser su aprendiz.. no la verdad no..- Pequeño Rojizo se daría cuenta de lo importante que era para en la salud de su clan y esa duda quedaría en su cabeza.
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La Furia de Mascara Rojiza
FantasyLa Furia de Máscara Rojiza es un fanfic de las populares sagas de gatos, Los gatos Guerreros. La historia se basa en Pequeño Rojizo, un pequeño gato del Clan del Río que después de recibir una visita inesperada toma su camino, tras sucesos de mucho...