‎‎‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‎‎‏‏‎005. los idiotas

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‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—DÉJAME VER SI LO ENTENDÍ BIEN: quisiste echarle un hechizo a Avery y se lo lanzaste a McGonagall y te mandó a detención.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎Charlie asintió.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—Junto con James y Jule-- Julianne.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎Charlie volvió a asentir.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎Ashton se frotó la barbilla, pensativa. Uno prácticamente podía oír los engranajes de su cerebro girando.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¡Ash lo siento, tú no me dijiste nada y yo solo quería ayudar-

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¡Esto es grandioso! —exclamó Ashton sobre sus palabras, saltando de la cama y envolviendo a Charlie en un abrazo.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎Cuando Ashton la soltó, Charlie se veía bastante jodidamente confundida.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¿No estás enojada porque la embarré más con James? —inquirió, sentándose a su vez en su cama, frente a la de Ashton.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¿Bromeas? ¡Lo arrastraste a detención! ¡Dios, si no fueras mi mejor amiga te besaría!

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎Charlie movió las cejas hacia abajo y hacia arriba, lanzándole besitos. Ashton seguía demasiado eufórica como para hacerle caso.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¿Sabes qué significa eso?

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎Charlie negó lentamente.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¡Significa que si James está en detención, yo tengo vía libre!

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎Volvió a desplomarse en la cama, riendo de pura euforia.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¡Esto es lo mejor que me pasó en semanas! —exclamó/suspiró—. Excepto por el día en que Abott se derramó café encima y tuvo que quitarse la camiseta, te lo juro Charlie que tenía un eight pack--

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¿Por qué es tan lindoo-o-o? —refunfuñó Charlie, tumbándose boca abajo y enterrando la cara en la almohada— Te juro que si no tuviese como dos neuronas yo--

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¡Oh, eso me recuerda!—interrumpió, irguiéndose ligeramente—, ¿has visto a Amos?

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¡Oh, sí! —Charlie dio un saltito y se acomodó mejor en su cama para volver a mirarla—. Me dijo que fue a ducharse y desapareciste. Dice que te espera abajo.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎Ashton volvió a reír para si misma, echándose en la cama una vez más y dando pataditas al aire.

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎—¡Este día solo se pone mejor y mejor carajo!

‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎ ‎‏‏‎Esa noche, cuando veía a Amos Diggory explicarle la última jugada para el próximo partido, pensó en lo tonta que había sido al preocuparse tanto, y se prometió que iba a usar su ingenio para arreglarlo todo. Si el idiota de James podía idear un plan para tenerla entre ceja y ceja las veinticuatro horas del día, ella podía idear uno para deshacerse de él. Vamos, ¿qué tan dificil podía ser?

redecorate || james potterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora