⛓Perdiendo las formas⛓

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—¿Que?—Murmuró aún en mis brazos.

Que eres y siempre serás solo mía.

Obvio no podía decirle, tenía que ser paciente.

—Te extrañé sorda.

—No sabes como lo hice yo....—Inhala exageradamente y suelta una bocanada de aire.

—Ahora estoy aquí, cumpliendo mi Palabra años separamos y sentamos en la banca esta vez, mas cerca.

—No me puedo creer que tu única intención en venir a Candá fuese venir por mí—Sonríe dulcemente—Y....¿Cómo me encontraste?

—Digamos que tu plan tenía algunos fallos....

—¿Como?

—Un mago nunca revela sus secretos.

—Estás como una cabra—Sonríe abiertamente y se impulsa un poco hacia adelante.

—Pensaba que ya lo sabías, me decepcionas—Muestro una sonrisa arrogante que no era mi intención darla a relucir.

Baja su mirada entristecida y juega con sus dedos, ya conocía la razón de su expresión.

—No me importa que trabajes en ese lugar—Aún no podía revelarle mis planes de sacarla de ahí.

—¿Enserio?—Me observa ilusa y solo asiento—Me avergüenza que me hallas visto tú, precisamente—Toma una larga respiración —Tú.

—No te preocupes, ahora ve a casa, se hace tarde.

Y no quiero que andes sola por ahí a estas horas. Faltó añadir.

—¿Mañana vendrás?—Solo asentí.

Se marchó y al girar como de costumbre me observó por unos segundos y con sus manos me hizo un gesto de despedida.

Al perderla de vista sonreí de la peor forma que su mente, aún inocente, pudiera imaginar jamás.

Volví a mi habitación en el hotel y dormí plácidamente mientras me imaginaba a su lado visitando la tumba de su esposo.

—¿Seguro de que no hay nadie?

—Si...estoy seguro salta ya.

Salta la enorme valla que separaba chicas de chicos, lo hacía todos los días a la noche, yo me escabullía por los pasillos silencioso para esperarla, esperaba su llegada ansioso cada día, todo era aburrido durante el día y sus historias al caer la noche me hacían olvidar todo.

Llevaba un hermoso vestido pastel de volantes que estaba bastante empolvado pero aún así lucía hermoso. Sus rizos como siempre despeinados y llenos de nudos, apenas sabía peinarse y los adultos del lugar no prestaban atención a nuestro mantenimiento físico. Y, para dar el toque final sus ojos color esmeralda que con los focos que iluminaban el lugar lucían mágicos, interminables, y una pequeña bolsa colgaba de su hombro, siempre decíamos que era mágica porque ella sacaba cosas increíbles de ahí.

—Vamos.

Pasamos por los oscuros y desolados pasillos hasta llegar a mi habitación.

—¿Lo tienes?—Preguntó

—Sí, lo robé en un momento que se distrajo.

—El,—para por un segundo, sus ojos comienzan a aguarse—el último que vi lo vi cuando mi madre cepilló mi cabello antes de irse de viaje—Hace una pausa estremecedora—Para nunca volver.

—Ya...—intento calmarla—No llores por favor, voy a cepillar tu cabello ¿Sí?—Solo asiente.

Cepillo sus rizos con delicadeza, me daba la impresión de que si uno de esos hilos de oro llega a romperse, el mundo acabaría, deshice los nudos que tenía acumulados de días, semanas sin peinarse.

—Y listo—la volteo—estás muy guapa ahora.

—Gracias, tú no—dice juguetona golpeando mi hombro—¿Jugamos?

—¿A qué?

—A las muñecas—Dijo y sacó un par de viejas Barbies que se veían bastante antiguas—Tu tomarás esta, era la que usaba mi papá cuando jugábamos juntos.

—No pienso jugar a....—Pienso de nuevo en lo que dice, me estremecí al escuchar otra vez en mi mente el que jugaba con su papá—Esta bien juguemos.

Sonrió tierna y comenzamos nuestro juego....

Mirelle...

Abrí mis ojos.

Rayos de sol se colaban sin permiso entre los espacios de las cortinas, ya era de día, debía buscar otro alojamiento, ya cumplí mi función aquí.

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—Entonces todo listo, mañana podrá comenzar a mudarse, proporcionamos vehículos para transportar si lo precisa.

—No es necesario gracias —no tengo mueble alguno que transportar.

Me observó con desprecio luego de rechazar su propuesta, pero no perdería mi tiempo con explicaciones que no le importaban.

Recordé que me debía encontrar con Daph y salí a toda prisa de casa para llegar a tiempo.

Sudado, exhausto y con mi respiración acelerada llegué a la cafetería, aún no habían abierto pero ella ya estaba ahí, hablando con alguien que parecía, discutían.

—Por favor no, no me obliges a trabajar así....—Escucho venir de ella.

—No querrás que el se entere de lo que te dedicas, yo no te obligo a nada, simplemente planteo esto: un día llegas a tu casa y tu marido te hecha diciendo que no quiere saber más de ti, quedarás en la calle y sin trabajo que bien ¡Yuju!—Bastardo desgraciado acabaré con tu inservible existencia.

Ella suspira derrotada —Está bien.

—Buena chica.

Desde aquí no veo bien lo que pasa, solo escucho lo que dicen porque la puerta está entre cerrada pero el cristal que nos separa está polarizado.

Cuando siento un taconeo alejarse escucho algo que sonó como....¡Una nalgada! Ahora si no mido mis formas, vas a sufrir chaval, vas a sufrir en semanas lo que no has sufrido en toda tu miserable vida.

Me asomo en la puerta para verificar que la chica no se encontrara en el lugar, al confirmar que no, entro apresurado tomando al hombre por el cuello de su camisa y estampandolo sin piedad contra la pared.

—No, la vuelvas, a tocar—dije definiendo palabras.

—¿Eres su marido?—Pregunda aterrorizado—llamaré a la policía.

—Tal vez soy su marido, llama a la policía vamos—tomo mi celular y se lo acerco desbloqueado— Vamos llama ¿Que les dirás? ¿Que un poli entró en tu bar y te agredió sin aparente razón? O no, mejor aún, que estabas nalgeando y chantajeando a tu empleada.

El hombre derrotado tragó grueso y luego de segundos de silencio se dignó a hablar.

—Está bien, no la tocaré más—Asumió

—Ella se irá de este lugar, no tiene porqué trabajar aquí.

—Bueno, que se le va a hacer, pero por favor no me hagas daño—Suplica.

—Rata desgraciada no eres lo suficientemente importante para merecerte un puñetazo mío—Digo con desprecio.

Escupo su cara con asco y salgo del lugar, no le haría nada más, lo sé, su rostro me lo confirmó.

....No me hagas daño.

No te preocupes, te espera un futuro mucho peor....

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Buajajajaaaa!!!

Se respira pura maldad en el ambiente...El modo sanguinario de nuestro chico regresó.

Quiero teorías... que pasa por sus cabecillas cuando piensan en la última oración del capítulo? Contestaré comentarios.

Chau :')

CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora