⛓Simplemente loco⛓

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"Me volví loco con largos intervalos de horrible cordura"
                            
                             ~Edgar Allan Poe

MIRELLE BROWN

—¡Espera!

—Necesito estar sola—No me atrevo a enfrentar sus ojos.

—¿Segura?—me desafía con su tono de voz

—Sí—Suspiro—No vengas, no me llames, yo llamaré.

Se agachó ahí mismo frente al policía, el hecho de que el fuera muy alto y yo demasiado bajita, le hacía imposible ver mi rostro si bajaba la mirada.

Pasó su mano por mi cabello despeinado y revuelto, lo observó durante algunos segundos y besó mi mejilla. Se puso en pié de nuevo y se marchó, no volvió a mirarme, me quedé con la imagen suya mirando mi cabello revoloteando en mi cabeza.

CHARLIE BROWN

¡Bien echo Charlie! Sin remordimientos.

Me felicito a mí mismo por mi actuación merecedora de un oscar.

Ver el rostro de Mirelle, enrojecido por las lágrimas, devolvió a mi mente viejos fantasmas del pasado, el día que la conocí.

¿Porqué lloras?

—Mis papás se han ido—dice entre sollozos un rostro que se escondía tras rizos dorados.

—¿Dónde?—Pregunta mi cabecilla curiosa.

—Al cielo—Mi corazón se estrujó.

—Los míos también se fueron...

—¿También están en el cielo?—Al fin me permite ver su rostro, aunque no la conocía de nada podía sentir su dolor, la comprendía.

—No, los míos no me quieren—Asumí avergonzado.

—¿Porqué no lloras?

—No lo sé, no.... No siento nada.

—Ojalá fuera como tú, los extraño demasiado —dijo y volvió a romper en llanto.

—No te preocupes, yo te voy a cuidar, nos cuidaremos juntos—dije y finalmente la abracé.

Casi puedo sentir ese dolor, apenas recuerdo lo que es sentir, y no fue precisamente nada bonito.

¡Estás loco, eres un puto loco!

Las palabras de ese hombre resonaron en mi cabeza, una sonrisa se formó en mis labios.

Es cierto, estoy completamente loco, tanta madurez y sensatez a tan temprana edad me rebasó.

Al compararme con los demás me siento orgulloso de ser un loco .

Hacía mas de diez años que no lloraba, que no tenía remordimientos, que no me hacía sentir tan jodidamente bien torturar a los demás, sentirme superior porque.... Soy superior.

Días pasaron, mi apartamento se llenó de decoraciones a mi gusto, resaltbn los colores azul y rojo carmesí. El sótano se había convertido en mi sala de juegos, cadenas y varias armas allí resguardadas por candados. No sé me ocurre que podrían hacer los anteriores dueños del apartamento para insonorizar el sótano pero bueno, no es mi asunto.

Aún no recibía noticias de ella, tampoco del caso, este juego tan divertido se había pausado sin mi consentimiento.

Mi celular vibra desde mi bolsillo, un par de llamadas perdidas del señor Torres aguardaban en él.

Interesante.

Tomo una chaqueta e inmediatamente salgo para volver en unos segundos, estaba nevando ¡Yupi! (Nótese el sarcasmo)

Tomo algo más abrigado y salgo, la nieve casi rozaba mis rodillas pero no me detuve, me aburría y eso era algo que no me podía permitir.

Llego al lugar, me fue fácil la entrada, nunca pensé que esta cartera me sería tan útil, Torres aguardaba en su oficina con las manos entrelazadas apoyadas a su escritorio.

—¿Que paso?—Al diablo los formalismos, eso era algo tonto que me daba igual.

—Nada—dice sin apartar su mirada.

—¿Nada?

—Absolutamente nada, es como si todo rastro de que estuvo ahí se lo hubiera trgdo la tierra—Dice y no pude evitar que mis labios se torcieran formando una media sonrisa de burla.

Yo era esa clase de monstruo que tienes todo el tiempo delante de tus narices y confías ciegamente en él

No me había hecho falta siquiera sonreirle a Torres, tenía sus ojos vendados y no lo había notado.

—¿Que propones?—Gira su silla giratoria e inmediatamente mi sonrisa fue reemplazada por un semblante serio y preocupado.

—Archivar el caso —internamente moría de risa el verlo considerar mi idea—No hay pruebas, nos hay crimen. Blanco y en botella leche.

—Creo que será lo mejor.

¡Ay no! ¿Porqué tan fácil? La cosa fáciles no valen nada. Que aburrido.

Quedamos en silencio durante algunos segundos, la desición era definitiva.

Una llamada irrumpe el silencio, atendí el teléfono y salí del lugar, número desconocido.

—¿Si?

—Aléjate de ella—dijo una voz distorsionada, que misterio, me gusta.

—No.

Fin de la llamada ¿Que se supone que fue eso? ¿Advertencia? ¿Amenaza quizás? No temía si todo estaba en manos de algún chico tonto. Pero me preocupaba que otro monstruo se aproximara a ella, ella era mi presa.

Un mensaje llega a mi teléfono, era él.

Mañana 1:00AM en el depósito abandonado "Walter Smith"

Interesante....

Pero todo demasiado fácil, demasiado servido en bandeja de plata y ¿Porqué tan tarde? ¿Acaso el no duerme? Yo no muy seguido pero él si debería.

Sospechas cada vez más retorcidas pasaban por mi cabeza, será divertido. Si por su mente pasa la idea de que no iré armado se equivoca.

#

Pocas y descoloridas luces adornaban la zona, hacían el papel de estrellas que eran invisibles en aquella noche. Frente a mis ojos el viejo depósito, colores oscuros y desgastados eran lo más que se llegaba a ver.

Un silencio enternecedor decoraba el lugar, mis alarmas se encendieron al intentar dar un paso dentro, me carcomía la idea de no saber que me esperaba.

Solo entra, será divertido.

Me convencí a mi mismo y con total convicción di fuertes pasos dentro haciendo resonar el viejo y dañdo metal que cubría el suelo, él o ella estaba ahí, lo sabía.

La sensación de algo cilíndrico en mi nuca me sobresalta pero al instante actuó. Me di la vuelta y en décimas de segundo me encontraba cara a cara con él, mi arma apuntándole.

¡Mierda!

Oscuridad total cubría su rostro que sorprendentemente no se encontraba cubierto, la luz de la luna se colaba y chocaba con su pecho y piernas. Da un paso adelante, me permite ver una estúpida sonrisa dibujada en su rostro, yo también portaba la mía.

—Hola Charlie ¿O debería decir hermanito?

CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora