⛓Del otro lado de la moneda⛓

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22 DE FEBRERO

4:47 PM

MIRELLE BROWN

—¡No!—Mi corazón latía devastado—¡Despierta por favor! Dime que esto es una de tus bromas....—Lágrimas brotaban, caían sobre sus pálidas mejillas sin vida.

Agarré mi celular con la fuerza que me proporcionaba esa mezcla de rabia, dolor, enojo y destrucción. Marco el número de emergencia, en pocos minutos estarían aquí, no quería quedarme sola, aunque, ya lo estaba desde el momento en que él abandonó este mundo.

—Charlie—digo al teléfono—Por favor ven, apresúrate.

No contestó, solo colgó, vendría, lo sé.

—¿Porqué me dejaste? Sabías que me quedaría sola ¿No te importó?.

Abracé su cuerpo aún caliente, manché mis manos con su sangre, sangre que aún brotaba de una herida abierta en su muslo.

Grité barbaridades, le insulté, usé palabras que en cualquier otra situación no emplearía, me desahogué .

—¿Porqué....?—golpeé su pecho con mis puños apretados, tenía marcas de mis uñas de tanta presión.

—Oye...—Una voz conocida resonó detrás de mí.

Solamente lo miré a los ojos con mi boca entre abierta y mi respiración entrecortada, se encontraba recostado al marco de la puerta como si nada estuviese pasando, observó mis ojos que se encontraban enrojecidos de tanto llorar, se fijó en mis puños aún tensos, tomó entre sus manos y como arena de la playa estos se deshicieron.

—Él...está—no pude continuar, aún no lo asimilaba.

—Muerto—Terminó la frase sin remordimientos alguno.

Golpeé su cara con toda la fuerza que tenía acumulada, toda esa rabia tal como lo hice con mi prometido la descargué sobre él.

—No te atrevas a decirlo—Lo apunté con mi dedo, recuerdo bien que me enseñó que eso significaba carencia de respeto.

Tomó mis manos y se fijó en las cortadas que tenía, se adentró en casa en busca del baño, al poco rato salió con una gran bola se papel, lo miré confundida, aún sollozaba casi sin habla de tanto gritar.

—Aprieta esto—extendió su mano ofreciéndome la bola de papel, recuerdos nublaron mi mente.

—Tengo esto para usarlo cuando me enojo, lo apretujo y luego de un rato me siento mejor—Dijo mostrándome una gran bola de papel higiénico.

Y si quieres golpear, golpeame a mí, me lo merezco más que tú y estoy seguro de que te dolerá menos—Dijo con tranquilidad ahora con sus manos en los bolsillos de sus pantalones, pareciera no afectarle que frente a nosotros estuviera el cadáver de mi marido.

Solo tomé la bola asintiendo y comencé a golpearle, con todas mis fuerzas, pateé, golpeé, abofeteé hasta que caí rendida en el suelo, el se agachó hasta llegar lo mas cerca que pudo a mí, era muy alto, le costaba ponerse a mi nivel.

—¿Porqué todos me dejan?—lágrimas nublan mi vista ya decaída—Papá, mamá, él—hago referencia a mi pareja la cual aún se desangraba con rapidez.

—Yo no—Levanta mi mentón provocando que tenga que mirarle directamente a los ojos, no me había permitido verle bien, si soy sincera... Es extremadamente guapo, demasiado.

Sus ojos azabaches, incomprensibles, observaban los míos en busca de algo, indagaban y trataban de sacar, de mis pupilas la respuesta a algo ¿Que estará pasando ahora mismo por esa cabeza? Nunca he podido saber si el era demasiado maduro, o idiota, de vez en cuando se comportaba de esta forma y me enloquecía, otras veces era divertido, y a la vez otras muchas era hostil e indiferente. Sus ojos.... Siempre me llamaron ma atención esas dos piedras preciosas, parecía que tuviera miles de incógnitas, a la vez reprimiera algo, y por sobre todo eso no hubiera absolutamente nada.

Me llama mucho la atención esa mezcla de frío y vacío que es su rostro, también eso me confundía, representaba inocencia a la vez que una expresión vil, parecía padecer de esas secuelas que quedan a los soldados luego de una guerra.

—Yo no te abandoné.

Lo sé.

Antes de que pudiera decir nada ya estaba aquí la ambulancia, los para médicos, y también la policía, nos llevaron fuera pero Charlie es más listo.

—Detective Brown—Adoraba cuando hacía el rol del poli malo que muestra la placa y enseña su pistola, espera.....¿Traía una pistola todo este tiempo?

Permitieron la entrada a Charlie y al tratar de entrar.

—Tu no, sólo él—El otro policía me negó la entrada, solo podía entrar él.

—Lo siento —Susurró.

Solo asiento y se van.

Al rato luego de que la ambulancia se llevara el cuerpo y yo solo llorara, aparecen ellos. Él me mira entristecido y luego baja a mirar el suelo.

—Mirelle, no hay evidencia de nada, no hay pruebas, ni huellas, tampoco de olor, parece que era alguien muy listo, sabía lo que hacía....

—¿A que se refiere?—dice Torres.

—Que no es la primera vez que comete algo así, agente Torres—dice dirigiendo su mirada a mi casa.

Gracias por tu ayuda Charlie, me enorgulleces.

Le lanzo una mirada de aprobación que devuelve con una sonrisa, la cual sus ojos mostraban la expresión contraria, enserio se identificaba con mis problemas.

—¿Tiene algo que haga más estable su acusación?—Torres no parecía importarle que frente a él se encontraba alguien con el corazón hecho pedazos.

—Soy conductista Torres, trabajo encontrando pistas dónde parece no haberlas, eh lidiado con mentes como esa muchas veces, no se lo imagina usted—Había algo más tras esas últimas cinco palabras pero ahora no tenia cabeza para ello.

—Bien, le tengo una propuesta ¿Le gustaría trabajar en el caso? Sé que no es de este lugar por su acento así que si accede ganaría un dinero extra—Propone el señor.

Él me mira esperando mi aprobación, me le acerco tomando sus muñecas, este, es uno de esos momentos donde se ve tan ingenuo e indefenso y me encanta. Asiento y beso su mejilla, suelto sus manos y vuelvo a mi posición anterior.

—Está bien, solo con la condición de que todos los archivos de este caso deben pasar por mis manos, debo enterarme del más mínimo detalle todo cuenta—Si es bueno en su trabajo, sí.

—Okay.

Compartieron datos y teorías, la dirección de comisaría, y charlaron durante un rato, yo sólo me retiré a volver a procesar el qué mi pareja ya no esté, cuando entonces siento unos ojos clavados en mí.

———————————————
No sé que decir ;-;

No sé que es mas preocupante, si el que Charlie esté en el caso y tenga acceso a sus registros, si la ignorancia de Mirelle en cuanto al asesino de su prometido o el increíble nivel de manipulación de nuestro siniestro protagonista.

Ya se pueden hacer una idea de la manera en la que piensa las cosas nuestra chica, Charlie no mentía en cuanto a su inocencia.

Hoy permitiré que insulten a mi consentido Charlie, desahoguense.
#LosAmo

Chau (^3^)

CharlieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora