Capítulo 7

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Hora y media después de que Dumbledore no nos dejase desayunar se empezaron a escuchar relinchos de caballos a lo lejos. Todos los alumnos, a excepción de algunos de último año demasiado ocupados para divertirse, nos levantamos para mirar por las ventanas como descendían carrozas del cielo, tiradas por pegasos.

Mientras la mayoría tenían los ojos fijados en el cielo, viendo a los caballos, yo busqué el barco de Durmstrang, pero no lo encontraba.- donde demonios estará...- susurré para mi misma.

Antes siquiera de que pudiera darme la vuelta para ir al otro ventanal, vi emerger del agua el mástil del buque mágico. Se alzó dejando ver el aspecto esquelético que poseía y Lee Jordan fue el primero en gritar su presencia- ¡¡EL BUQUE DE LOS DURMSTRANG!!

Draco se giró a mirarme en cuanto escuchó la noticia, al verme ilusionada apoyando las manos en el cristal y en vez de sentirse desilusionado, por la mezcla del cansancio y la falta del sueño solo pudo imaginar una cosa.

Perspectiva de Draco:

Sentí una punzada al verla tan feliz por otras personas, pero al verla apoyada de esa manera en el cristal solo pude imaginarla contra un cristal, su cuerpo al descubierto brillando bajo las luces, apoyándose en el cristal a duras penas y zarandeándose con cada estocada. Una sutil voz saliendo de sus labios mientras le agarraba por la cadera para que así no pudiera escapar.

No era la primera vez que imaginaba una situación así con alguna chica, pero nunca había sido tan vívido. Mi corazón palpitaba fuerte y rápidamente, ella se giró a verme cuando notó mi agitada respiración mientras cubría a duras penas el resultado de esos pensamientos - ¿qué miras?- pregunté nervioso y preocupado por ocultar el bulto en mi pantalón de traje.

-Cleo, Malfoy, os toca ir a recibirlos cuando Dumbledore os avisé- dijo Cédric tocándole el hombro a Cleo.

-¿Vamos yendo?- dijo Cleo tendiéndome la mano.

-Podemos simplemente esperar a que Dumbledore nos avise y así vemos el espectáculo,-dije señalando con la cabeza hacia la ventana-¿no te parece?

-Venga Dracooo, -dijo haciéndome ojitos de una manera a la par de tierna e irresistible. En ese momento recordé lo que acababa de imaginar hacía unos segundos.- Está bien, vamos, así podremos prepararnos un poco antes de que lleguen.

-¡Bien!- dijo haciendo un gesto victorioso mientras sonreía y me agarraba el brazo para llevarme.

Llevábamos quietos en la Sala unos 4/5 minutos y Dumbledore aún no nos avisaba por lo que no pude resistirme más.

Me dirigí hacia Cleo por la espalda abrazándola, lo cual la puso muy nerviosa. Comencé darle besos en el cuello- ¿Cuánto tiempo crees que tardarán en llegar? Mmm- mis manos se deslizaban por su barriga, aun encima de su estómago y ella no me apartaba.

En un momento se giró de golpe mirándome a la cara haciéndome parar de golpe. -¿No vas a seguir ahora que me ves a los ojos? - tal provocación me hizo recordar mi fantasía y pensar mil cosas peores.

Me avalancé encima de de ella, sacando bruscamente la blusa de Slytherin que llevaba, agarré su cintura y la elevé en mis brazos, a lo que ella respondió abrazándome con sus piernas. La intensidad del beso me atontaba hasta tal punto que no me importaba ni el lugar ni la hora mientras pudiera estar con ella así.

Mis manos se deslizaron por debajo de su blusa, haciéndola soltar un jadeo por el frío se mis manos. Desabroché su camisa lentamente mientras notaba sus fuertes latidos a través de la ropa. Estábamos tan nerviosos como dos bailarines en su primera actuación y nuestros cuerpos danzaban queriendo convertirse en uno solo cuánto antes posible.

Ella impaciente agarró el cuello de mi camisa y besó apasionadamente, para mi decepción, ese beso no era para que continuara, si no para que parara ya que Dumbledore nos había dado el aviso hace a penas unos segundos.

-Venga Cleo, - dije susurrándole al oído y notando como apretaba sus piernas a mi alrededor- por favor, ¿si?

-Draco... Saben donde estamos, pueden venir en cualquier momento- dijo alejando mi cara de su oído para que no tratara de seducirla así de nuevo.

-En ese caso, ¿podremos cuando no sepan donde estamos?- dije sonriendo y besando la mano con la que me apartaba.

-Si Draco, podremos. - Y besó mi labios.

Ahora lo tenía claro.

No sabía ni como podía no haberme dado cuenta antes.

Agarré una servilleta cualquiera del cuarto y dibujé con mi varita la fecha y empecé a escribir:
"Cleo, puede que nunca llegue a decírtelo en persona pero, te quiero."
Doblé la servilleta varias veces y la metí en los bolsillos de mi pantalón de traje, al hacer eso me di cuenta de que mi pequeño amigo aún no estaba... calmado del todo, por lo que le dije que fuera ella primera mientras yo iba al servicio. Estando allí no podía dejar de imaginar su rostro envuelto en sudor, acariciando mi miembro con sus mejillas mientras jadeaba, el solo pensar en el rozar de su piel hacia que me estremeciera y estuviera cada vez más cerca, hasta que recordé cuando me apretó con sus piernas y pude notar todo su cuerpo contra mi.

Dulce Trampa (Draco Malfoy) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora