38. - ¿Qué pasó anoche?.

160 9 6
                                    

Me desperté de un sobresalto, no lo sé, algo que últimamente me era común.

Como siempre, me senté en mi cama, buscando con mis pies mis pantuflas bajo la cama, pero no las encontré en dónde solía dejarlas.

Esto me confundió, pero no me detuvo, me levanté para verme en el espejo y me sorprendí, tenía las clavículas rojas, el cuello con marcas de chupadas y mis labios morados. Además de que noté que no tenía nada de ropa, estaba completamente desnudo. Dios mío, ¿qué pasó anoche?.

Miré a la cama y noté que, entre las sábanas, algo respiraba.

Moví con mucho cuidado la sábana que tapaba su rostro y pegué un brinco, ¿Qué hacía Mick, desnudo, en mi cama?.

- Buenos días, Bi. - Me dijo Mick, revolcándose entre las cobijas como si fuera un cochinito en un estanque de barro. - Aún no huele a café, ¿te ayudo a prepararlo?.

- Mick... - Susurré.

Este abrió los ojos de golpe y me miró fijamente a la cara, bajó la mirada y notó que yo estaba desnudo, volvió a subir la mirada -esta vez, con las mejillas rosadas- y se arropó, notando que él también estaba desnudo.

- Eh, David... ¿De por casualidad tú... - Miró su ropa interior al fondo de la habitación y volvió su vista hacia mí. - ... Recuerdas algo?.

Negué con la cabeza. Michael volvió a inspeccionar mi cuerpo, y notó mis marcas, sonrojándose.

- Te trataron horrible anoche. - Rió con notable nerviosismo y se levantó de la cama sin nada que lo tapara.

Teníamos confianza, nos veíamos desnudos todo el tiempo. A veces jugábamos a quién la tenía más grande, larga o gruesa, o nos tocábamos entre los dos, algo normal entre los amigos, estoy seguro.

No puedo negar que sentía cierta atracción sexual hacia él, pero nada del otro mundo. Él no lo sentía por mí, y eso no me importaba.

Caminó al baño y vi su espalda, llena de rasguños y sangre seca. - A ti igual. - Y como por inercia, vi mis uñas, estaban largas, filosas, y mi índice tenía una manchita de sangre.

Cerró la puerta del baño y escuché cómo vomitaba, era algo que hacía cada que se emborrachaba. Tanto licor intoxicaba su ser. Siempre le recomendaba no beber, a menos de que bebiera conmigo. Accedió sin rechistar, y luego de una noche alocada, yo despertaba en mi cama, y Mick en mi sillón.

Pero ahora habíamos estado durmiendo en la misma cama, y desnudos, para variar.

Sentí una punzada en la nalga derecha, volví a verme en el espejo, me mordieron. ¡Qué salvajismo!.

Mick salió del baño pasando su mano por su boca. - David. Te tengo que ser sincero.

- ¿Tuvimos... eh... ya sabes qué?. - Pregunté sintiendo mis mejillas calentar.

- ¿Qué?, no, no, no me refiero a eso, es que ensucié tu baño.

Reí y él rió conmigo, luego de un rato, me puse a inspeccionar su rostro, también tenía los labios algo mordidos, pero no tanto como los míos.

Dejamos de reír y nos miramos, sentía la tensión horrible entre nosotros, aunque en realidad siempre la notaba. Sólo que esta vez, también la sentí por parte de él.

- Creo que deberíamos besarnos para romper la tensión. - Bromeó, siempre bromeaba así, pero esta fue la primera vez que lo tomé y me lancé a sus labios, pero nos detuvimos por el choque de nuestras frentes.

Reímos por un momento, hasta que Mick me agarró del cuello con fuerza y acercó su rostro al mío, dejándonos a escasos centímetros.

- Mmh, con que le estás siendo infiel a Angie, ¿no?. - Me dijo, muy, muy cerca, podía sentir su aliento chocar contra mi cara.

Me mostré duro ante sus palabras, y repliqué: - Tú le estás siendo infiel a tu querida y amada esposa, pobre Bianca, de seguro piensa que sólo estás oyendo música conmigo. - Me di cuenta de lo que había dicho y me sonrojé, al tiempo que mi corazón empezó a latir con fuerza, tanto así, que lo escuchaba en mis orejas.

- ¿Y qué estamos haciendo?. - Maldito Mick, me provocaba a propósito, pero no me iba a dejar con las ganas, claro que no.

Rompí la distancia entre nosotros, dándole un profundo beso que correspondió con gusto, y tuve una especie de epifanía:

Ahí estaba Mick, besándome con muchísimo deseo, matando la tentación. Y yo, por supuesto, le correspondía.

Ni siquiera recuerdo cómo fue que nos quitamos la ropa, en un momento hasta noté que mi camisa estaba colgando en una lámpara.

Antes de el hecho en sí, me incliné hacia Mick, como pidiéndoselo, y él me nalgueó, me distraje un par de segundos y tenía su boca sobre mi trasero, dando una fuerte mordida que me hizo chillar.

- ¡Mick!, ¿¡Qué te pasa!?. - Volteó a verme apenado.

- Perdóname, bonito, es la emoción. No lo volveré a hacer.

Mentiroso.

Me tomó, me dio la vuelta, y empezó a besarme mientras movía sus caderas, haciendo que nuestros penes rozaran y ambos gimiéramos.

En aquel momento ni recordábamos a nuestras esposas, tampoco el hecho de que éramos amigos, y mucho menos que éramos heterosexuales.

Empezó a morderme los labios, el cuello y las clavículas. Se notaba a kilómetros que tenía muchísimo tiempo deseándolo.

Me penetró tan bien, pero oh, tan bien, que cuando llegué al orgasmo, rasguñé con mucha fuerza su espalda, y al mirar mis uñas, tenían sangre.

- ¡David, David, David!. - Gritó asustado. - ¡Ya despiértate!.

- ¿Qué pasó?.

- Te desmayaste luego de que nos besáramos... - Sonrió pícaro. - ¿Te emocionaste o qué?.

Pensé un momento en la respuesta que le iba a dar. - Uh, sí, ¿por qué?. - Ahora se había sonrojado él.

Soltó un bufido. - Ya, bésame.

Cerré los ojos y le besé, me lo devolvió, y así pasamos el día juntos.

---
escribí esto hace tiempo, cuando estaba con mi abuelita y tuve un arranque intenso de inspiración pura

y pienso
¿a david no le habrá dado asco besar a un tipo q literalmente acaba de salir del baño luego de vomitar?, y ni se lavó los dientes, sucio.
pero es mick jagger... yo también lo hubiera besado así le supiera la boca a demonio.
en fin.

HeadCanons • DavickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora