17. - ¿Qué recuerdas?.

174 11 15
                                    

— Y bueno, Jagger, ¿te gustaría contarnos acerca de tu relación con Bowie?. — Atacó sin más, sentí mis mejillas calentarse brevemente y mi mente quedó en blanco.

— Claro, — Contesté haciéndome el seguro, realmente no, moría por dentro. — fuimos muy buenos amigos, oíamos música y... y... una vez nos hicimos trencitas. — El público rió y aplaudió mientras silbaban, pero el presentador los interrumpió.

— No, no me refiero a su amistad, digo, sé que nunca la tuvieron. Usted sabe a lo que me refiero. — Oh, por supuesto que sabía a qué se refería, chismoso. — Quiero que me cuentes de cómo fue su relación amorosa.

Y ahí estaba, encerrado cual gallina en un establo de zorros hambrientos.

Me quedé pensando y todo pasó como si fuese una escena en mi cabeza, ahí estaba yo, temblando al reconocer a Bowie, sí había venido a mi concierto.
Luego nos vimos en el bar gay.
Tomamos bastante.
Bailamos, también.
No recuerdo todo con claridad, sólo que llegamos a su casa y caímos como palo a la cama.

Luego me invitó a comer, y al llegar, fue chistoso, porque ambos estábamos vestidos de forma discreta, con pelucas y bigotes para que no nos reconocieran. Comimos pasta con vino.
Y se le había atorado un perejil en el diente, no se veía gracioso, se veía demasiado tierno. Quería sacárselo con mi lengua.

Después de eso, empezó a invitarme a su casa para oír sus discos, el ambiente se tornó diferente cuando colocó aquel disco de The Kinks y empezó a sonar "Waterloo Sunset". Al ritmo de la canción, el mundo empezó a desaparecer a nuestro alrededor, sólo existíamos él y yo, yo y él, más nadie.
Nos mirábamos, de alguna forma, preguntándonos, ambos aprobamos, y yo inicié poniendo una mano en su mejilla para acariciarle con delicadeza.
La distancia en ambos empezó a cortarse y terminamos besándonos despacio y con dulzura. Nos separamos, nos vimos fijamente con un poco de pena y seguimos besándonos.

Y así, vino a mi mente el montón de veces que recordaba habernos besado, ya sea en la mejilla, en la frente, en los labios o en cualquier otra parte. Me encantaba besarlo, adoraba besarlo, y por lo que me decía, sé que él también adoraba que le besara.

También, vino a mi mente el montón de veces que gimió bien alto mi nombre, sé que suena grotesco, pero simplemente fue parte de nuestra historia, una parte muy bonita y hermosa de nuestra historia.

— Mick, te has quedado un buen rato callado y mirando el suelo, ¿Vas a contestar o no?.

Le sonreí mostrándole mis dientes de forma falsamente amigable, tomé la taza de café tibio que reposaba en su mesa y le di un trago, suspiré y contesté. — Métase en sus asuntos, ¿quiere?.

Y me fui como la diva y perra que soy, al ritmo de los aplausos confundidos de las personas. Claro que sí.

- - -
ESTA VAINA LA TENÍA ENTRE MIS 100 BORRADORES Y NO LO RECORDABA, LO VOLVÍ A LEER Y ME FASCINÓ.

El detalle de poner "Waterloo Sunset" de mis Kinks bonitos es por la película "Love, Simon", me gusta mucho, y esa canción sonó cuando Simon, el prota, se enamoró de un chamo por internet. La película es muy bonita, la recomiendo para verla cuando tu mamá no está para que no descubra que eres gay de clóset 🤙

HeadCanons • DavickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora