"No hay ningún enamoramiento todavía. Pero seguimos diciendo, bueno"...
... "Probablemente el próximo verano, ¿verdad?"
Dedicado a @lichisgava
***
El primer día del siguiente verano es tan mágico que le quita el aliento.
El mar suena. Se ve precioso en ese atardecer, pero esa belleza no opaca la que irradia aquel cabello castaño oscuro al sol. Le gusta la forma en la que los rayos veraniegos de luz se ven en él.
Esa misma refracción se aprecia en aquella mirada. Él tiene unos ojos deslumbrantes que se hacen pequeños cuando ríe, que brillan como piedras preciosas de color café cornalina. Son casi rojizos, como el té negro.
Más que compararlos por su color, le gusta asemejarlos con esa bebida, porque dicen que si la bebes antes de dormir, te la pasarás toda la noche en vela.
Su risa es una melodía, su gracia es inmensa cuando salta, gira y da vueltas mientras corre en la playa. Luca quiere ser perseguido y atrapado, quiere correr, quiere reírse, quiere disfrutar del nuevo verano.
(Créditos a @lichisssssss en Instagram)
Para Alberto, quien hace todas estas descripciones en su mente, parece que su mejor amigo va en cámara lenta, porque se pueden apreciar todos los detalles en su tersa piel blanca. Se nota cada lunar, cada peca y cada fugaz instante en que sus ojos destellan como su sonrisa.
En medio de esa carrera por la arena, Alberto ataja las muñecas de Luca e intenta tumbarlo, pero el menor se defiende y terminan girando juntos, sin saber bien qué es lo que hacen.
Terminan riéndose porque las jugarretas se transforman en danza, y cuando Luca logra empujar al moreno, vuelven a perseguirse. Corren en zig-zag sin parar, con los brazos abiertos y sintiendo el viento.
Ambos gritan alto el nombre del otro y vociferan para todo el pueblo que van a atraparse y que el contrario va a perder, disfrutando de lo desafinados y lo escandalosos que son. El dúo caótico, les llamaban.
Las risas son tan embriagantes que Luca tropieza, se cae y rueda en la arena; cerrando los párpados y mostrando sus pequitas sobre sus mejillas rosadas. Su aura es alegría, sus gritos de emoción son pura libertad. Finalmente ha vuelto a su pueblo natal, y lo que más quiere ahora, es hacer tonterías con su mejor amigo.
Entonces se levanta y va al mar cristalino, a patear el agua, jugando a salpicar todo. Sus escamas tienen un efecto hipnótico también. Un tornasol de color verde y azul, que por algún motivo tiene a Alberto mirando con una sonrisa boba y un rubor en sus pómulos, sin decir nada.
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Me gustas, Luca /Luberto Fanfic
FanfictionEs el siguiente verano. El día que Alberto tanto ha esperado. El mar brilla reflejando al sol, las personas salen en bicicleta y el gelato se vuelve un indispensable. Es un día perfecto... ...Para gritar de horror en la almohada. Para gritar de páni...