Lier Game - Hwang Hyunjin✔️[EDITANDO]

XXI

Capítulo 21 pt2

'Te odié desde el primer día, tú odiaste amarme, me amaste para odiarme, me destrozaste, y tendrás que enfrentar las consecuencias por haberlo hecho'

Abrí los ojos, los cerré nuevamente.

Mi cuerpo se sentía adolorido hasta el punto de casi no poder moverlo, cuando me senté en la cama que me resultaba peligrosamente cómoda me di cuenta de que estaba carente de alguna prenda de ropa que no fuera una de las sábanas grises de la habitación de...

Sonreí al recordar todo lo que habíamos hecho la noche anterior, Hyunjin podía ser alguien con muchos lados.

Anoche había descubierto uno de ellos, me preguntaba si con el paso del tiempo lograría conocerlos todos, los pensamientos a cerca de él no me hicieron perder el dolor físico más sin embargo sí la noción del tiempo, por que a juzgar por la luz que se filtraba por la ventana este sol era del mediodía, y desconcertada me levanté sin importarme tres cominos que aún no llevara nada de ropa, joder, cuando entré al baño de la habitación del rubio con el que había pasado la noche me encontré con una imagen perturbadora en el espejo, mis ojos tenían debajo unas no tan notorias pero ojeras de cualquier forma, nada que no se pudiera cubrir con maquillaje, pero no era eso, si no las marcas que tenía en mi cuello, pecho... extrañamente no me resultaban para nada molestas, había algo que me gustaba, si eran marcas hechas por placer, no en contra de mi voluntad, pero mi piel.

Era mi piel marcada y con moretones que parecían ser golpes y eso sí que no me hacía gracia.

Puse las manos en el lavamanos sosteniéndome y bajé la cabeza buscando cordura, escuché el ruido del agua cayendo parar ya que ni siquiera me había dado cuenta de que la ducha estaba encendida cuando entré, alcé la mirada y me encontré con un Hyunjin con el cabello mojado y las gotas de agua cayendo aún por su cuerpo, me abrazó por detrás dejando él las manos en el borde del lavamanos.

—Eran necesarias.

—¿Marcar mi piel es necesario?— pregunté en un tono burlón pero a él no le causó gracia.

—Sé lo que estás pensando, y créeme cuando te digo que soy capaz de muchas cosas, pero nunca de ponerte una mano encima— eso de cierta forma me tranquilizaba porque veía la sinceridad en sus ojos, entonces como si sus palabras fuesen una especie de cura para mí casi que suspiré de alivio para dejar de ver marcas de dolor, que me traían malos recuerdos.

—Solo son malos recuerdos— dije con una sonrisa para tranquilizarme a mí misma.

—No hagas esa mierda— dijo con la voz gruesa y supe de inmediato que algo le molestaba— No sonrías como si fuesen buenos recuerdos, escúchame— sujetó mi mentón después de con su mano girarme hacia él, piel con piel, respiración contra respiración— Hay un tipo de dolor que es soportable, y es un dolor bueno, es el que te gusta— me sonaba esto a como un consejo o una especie de lección, sea lo que sea... me tranquilizaba— Es un dolor que a veces nos gusta, pero el dolor que tú sentiste al pasar por lo que pasarte fue uno que solo complacía a quien te lo causaba, no te satisfacía a ti.

Acarició mi mentón y contemplé lo bien que se veía en las mañanas con una toalla alrededor de su cintura y el sol iluminado su perfecto rostro, sonreí.

—¿Cómo puedes saber todo lo que yo pasé?

—No puedo darte una repuesta exacta.

—Nunca puedes darme una repuesta exacta— dije con sarcasmo, él negó.

—Pero será suficiente con que te diga que si no hubieses entrado a la cueva del lobo, no hubieses pasado por todo aquello, jamás nos hubiésemos conocido. ¿Y no estás contenta de lo qué pasó anoche?