Capítulo 4

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Jungkook corría apresurado aquel domingo por la noche. Había perdido un tren, y 10 larguísimos minutos de retraso lo separaban de su primera cita con Taehyung luego de ese beso en la salita de reuniones de Genie.

Tomando con desesperación las correas de su mochila y girando su cabeza de un lado a otro, el menor buscaba por todos lados a Taehyung en aquella estación gigante donde habían quedado verse.

Hasta que sus pasos se detuvieron frente a una tienda de música desde donde una boina negra y un abrigo beige llamaron su atención ante su bamboleo rítmico.

Taehyung llevaba los auriculares gigantes de la tienda cubriendo sus oídos y bailaba al son de una canción que le encantaba de su grupo favorito, Los Beatles, mientras cerraba los ojos y sonreía.

Jungkook se quedó embelesado ante esa imagen. Es que Taehyung era mágico para él... siempre lo había sido. Recordó aquel día en que también había llegado un poco tarde a una de sus reuniones de estudio, donde el menor le explicaba las ecuaciones y fórmulas para pasar de curso. Se quedó también estático en la puerta del aula observando la imagen frente a él.

Taehyung yacía entre dormido y despierto sobre su pupitre, recibiendo la calidez de los rayos del sol en su cabello suave y su rostro distendido. Se notaba que amaba recibir ese calorcito y estirarse sobre el pupitre mientras el viento y algunos pétalos de flores entraban por la ventana.

De pronto, el Taehyung de la tienda de música abrió sus ojos y tuvo a Jungkook a la vista, detrás de la vitrina, y saltó alegre saludándolo con la mano.

Ante la ahora valla gigante de Genie que mostraba a las dos adolescentes frente al espejo, vestidas con ropa interior de lazos, Jungkook y Taehyung se tomaban de la mano, disfrutando de su victoria conjunta al haber logrado que se aprobara el proyecto y que luego de esos largos 10 años de no haberse visto, podían retomar su relación.

***

La cancha de básquetbol estaba vacía y ambos aprovecharon de cerrar su cita en ese lugar. Encontraron un balón debajo de una banca y se pusieron a practicar pases. El viento fresco y la noche estrellada eran perfectos como el latir de sus corazones.

Tras varios pases y tiros a la canasta, Taehyung se acostó sobre la cancha para descansar.

—Esto se siente tan bien —mostró su sonrisa cuadrada.

—Te vas a ensuciar ahí —observó el menor desde su altura de pie cerca al mayor.

Taehyung golpeó a su lado invitando a su novio a acostarse a su lado para disfrutar de la vista estrellada.

Jungkook lo pensó un poco, pero decidió ensuciar un poco el abrigo que se ponía para ocasiones elegantes. El momento lo ameritaba. Se acostó al lado de Taehyung y sonrió al ver el cielo oscuro salpicado de estrellas. ¿Hace cuánto no hacía algo como eso?

—¿Sabes? Estudié en la Universidad Nacional de Seúl —rompió el silencio el mayor— cuando te fuiste por la beca. Creí que podría verte de nuevo si me inscribía a la universidad.

Jungkook volteó la cabeza hacia Taehyung, sorprendido por el dato. Él sólo había podido conseguir la beca en una universidad regular, no tan famosa ni prestigiosa, pero Taehyung habría logrado mucho a comparación de él.

—Pasé todos los exámenes de ingreso y estudié con el mismo ritmo que solíamos estudiar tú y yo— el mayor continuó mirando hacia el cielo.

—¿Por qué escogiste la universidad más difícil? —tuvo curiosidad Jungkook.

—Al despedirte, me dijiste que irías a vivir solo en Seúl... y esa universidad se llama Seúl —respondió inocente Taehyung.

El menor se sentó y empezó a reír al pensar en lo irónica que era la vida. El mayor también se sentó y se contagió por la risa de su novio.

El chico con la calidez del sol (TaeKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora