Estamos como al inicio, Laika tenia la urna con cenizas de su madre en sus manos. Sin embargo, la pelirroja se encontraba en la cima de una montaña cercana a Royal Woods observando al campo con una mirada tranquila.
Desde que llegó a vivir junto con su padre a este lugar, Laika apenas iniciaba su duelo de pérdida.
Antes de llegar a este país se encontraba en la primera fase, la negación.
No podía creer que su madre se hubiera ido para siempre, incluso después de asentarse en su nuevo hogar colocó la urna con una fotografía de su mama en un mueble a un lado de la puerta en un intento de demostrar que nada había cambiado, pero era obvio que no.
Después de un tiempo entró en la ira y la única manera sana que tuvo para desahogarse fue hacer ejercicio con una enorme intensidad y determinación que poco a poco se fue apagando.
La negociación no duró mucho, ya que no se podía hacer nada ente esa situación.
Pero cuando cayó en la depresión fue muy difícil superarlo, cada noche lloraba por su madre a tal punto que quería que volviera de alguna manera y el único que podía consolarla era su padre. Ese sentimiento le duró varios meses y que lentamente se fue apagando hasta extinguirse.
Y ahora llegó a la aceptación.
Laika cerró los ojos y dió un pesado suspiro mientras sentía las corrientes del viento en su rostro.
— Ya estoy lista Папа (papá) – dijo Laika un poco nostálgica.
Lincoln se encontraba sentado en la misma banca a un lado de su hija.
— De acuerdo...
Ambos se levantaron de su asiento y caminaron hacia el barandal de seguridad. Con mucho cuidado Laika abrió la urna, tomó un poco de la cenizas de su madre y dejó que el viento de las llevará. Seguido, Lincoln hizo exactamente lo que hacía su hija.
Padre e hija esparcieron las cenizas las cenizas de la mujer que los acompaño una larga e inolvidable parte de su vida, recordando los bellos momentos que pasaron juntos y así, dar inicio a una nueva etapa en sus vidas.
Cuando terminaron de esparcir las cenizas, Laika guardó la urna en su mochila para después mirar el horizonte junto a su padre por unos momentos.
— ¿Y ahora qué? – preguntó la pelirroja sin tener idea que hacer.
— Mmm... ¿Quieres comer una hamburguesa? – dijo Lincoln posando la mano en el hombro de su hija.
— да (Sí)... Tengo mucha hambre.
Padre e hija dieron media vuelta y se fueron por dónde llegaron, Lincoln tenía su mano en el hombro de su hija y Laika tenía su mano en la espalda alta de su padre, ambos se fueron como pingüinos de una manera muy despreocupada sincronizando sus pasos a la hora de caminar.
— Sabés... Aunque tú madre se haya ido, aún sigue ayudándome a pesar de las circunstancias. – dijo Lincoln un poco feliz.
— ¿Enserio? ¿Cómo?
— La mayoría de tus tías tenían ciertos problemas con tus primas a tal punto que no las entendía muy bien que digamos y las ayudé a todas usando los mismos consejos que una vez me dió tu madre cuando eras una niña.
— ¿Y funcionaron? – preguntó Laika pateando una piedra sin dejar de moverse como pingüinos.
— Claro que sí... Era muy primerizo cuando te tuvimos y le tenía miedo a cualquier cosa que te podría hacer daño. Estoy muy agradecido que fuera muy sabia.
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Seguro Que Pierdo {Loudcest}
Fiksi PenggemarDesde que tienen memoria han sido criadas por sus madres de una forma relativamente bien, pero no la correcta. Una madre puede criar a sus hija ellas solas, sin embargo, tiene sus consecuencias y más siendo las hermanas Loud. Las hijas del pecado te...