Psicópata.

20.

Había llegado su último día, mientras llegaba la fecha. Trataron de disfrutar sus días restantes, convivieron con sus amigos, jugaron, se contaron y confesaron cosas, hicieron todo lo que se podía hacer, antes de que llegara la hora.

Eran las 10:30 de la mañana, tenían 2 horas más de vida.
2 horas las cuales tratarían de disfrutarlas a más no poder, unas horas antes hicieron cosas, ahora solo tenían 2 horas para hacer lo que ellos quisieran.

- Solo 2 horas -dijo el pelinegro mirando el reloj-

- 2 horas más vivos -respondio el rubio-
Sabes -suspiro- Estoy listo y feliz.

- ¿Qué?

- Eso, estoy listo y feliz por morir, estoy listo porque creo que mi vida ha terminado, tal vez pude tener una diferente pero no me arrepiento de la que elegí, y estoy feliz porque te tendré a mi lado -sonrió-

- Creí que viviríamos más, creí que tendríamos otro futuro juntos.

- Las cosas no siempre salen a como las planeas Kook -dijo el rubio- Está vida nos tocó.

- Nos tocó juntos -dijo el pelinegro-

Trataron de aprovechar al máximo su lindo y pequeño momento al lado de sus amigos y ellos dos juntos.

- Una hora -hablo Hoseok- No creí que esto terminaría así.

- Mierda no puedo -dijo el pelo café comenzando a soltar pequeñas lágrimas- Nosotros saldremos de aquí, y ustedes simplemente....

- ¿Se arrepienten de lo que hicieron? -hablo el pelo menta-

- Un poco, no creí que todo esto terminaría de esta forma -hablo el pelinegro- En una hora estaremos sentados en aquellas sillas, y moriremos.

- Lo haremos juntos y todo estará bien -dijo el rubio-

- Solo llora cariño.

Sin decir nada más, el rubio comenzó a llorar sin parar, su vida había terminado, lo único bueno era que la terminaría al lado de su pareja.
Ambos podrían morir juntos y miedo a la muerte, no tenían.

- Bien, pasaremos este último momento juntos chicos -hablo el pelinegro- Espero encontrarlos en otra vida -suspiro- No me extrañen.

- Ay mierda Jeon -dijo el pelirojo-

Los amigos se abrazaron juntos, para después abrazar cada uno al pelinegro y al rubio, se despidieron, sus amigos se irían y no los verían de nuevo.
El rubio y el pelinegro entrelazaron sus manos y caminaron a la salida de aquella celda.