¿Podría un alfa de personalidad tímida estar con un omega que no soporta su presencia?
Al ser totalmente opuestos, Jung HoSeok sabía que era difícil e imposible que alguien tan poca cosa como él pudiese ser notado y correspondido por Kim TaeHyung, e...
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⊰ El amor son las palabras que no se dicen.
Sabes que sólo se siente la oscuridad, cuando la luz no brilla de tu lado. ⊱
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La estancia en su sitio especial paso como si de un parpadeo se tratase y la tarde empezaba a caer en la ciudad envolviéndola con sus colores otoñales de temporada.
La feria había llegado a la ciudad hace algunos días atrás, el ambiente podía notarse por la música, luces y las personas que por ahí pasaban al caminar.
Ahora que HoSeok y TaeHyung estaban libres de pendientes, iban en camino hacía allá. No habían tenido la oportunidad de ir por los pendientes pasados, querían distraerse un poco antes de volver a casa.
Además, el omega quería comprar algo que alegrará a su hermana, necesitaba comprar algo que la mantuviera ocupada, no quería dejarla luchando por sí sola, iba ayudarla en compañía de su hyung.
─Hobi, ¿Tú sabes que le ocurre a noona? ─preguntó TaeHyung mientras sostenía en sus manos un algodón de azucar ─por cierto, cortesía del alfa─, el cual todavía seguía mimándolo ─. Estos días ha estado alejada de todo, me preocupa bastante.
A ciencia cierta, HoSeok también desconocía que era lo que estaba pasando con Min Young. Le preocupaba que fuera algo malo y que estuviera luchando contra ello, sabía que no le gustaba molestar a nadie y siempre tendía a buscar soluciones de forma solitaria.
─No lo sé ─Jung le respondió ─, pero pienso que no debemos dejar pasar más tiempo.
El más joven asintió, mientras seguían caminando y mirando a las familias y parejas que por allí estaban.
La música no dejaba de sonar, voces corrían de un lado a otro, la comida y las golosinas eran cada vez más atrayentes mientras más avanzaban.
─ ¡Joven alfa!
Un señor se acercó rápidamente a HoSeok con una gran sonrisa, haciendo que se detuviera al igual TaeHyung para escuchar sus palabras. No lo conocían, pero se le veía amable.
