Hueles a rosas.
Hay un jardín frente a mi casa. por la mañana lo primero por no decir lo único que hago es levantarme e ir corriendo hacia la ventana de mi cuarto. Es la razón por la que sigo sonriendo a veces. Levanto el pequeño cerrojo y abro el grandioso cristal sujetado por dos marcos de madera ya putrefacta. No se como no se ha roto y el cristal se ha quebrado. Sin embargo ese trozo de mierda sigue en pie y funcionando. Aun con sus manchas de moho por la gran humedad y el contraste entre el frio y calor de esta chabola.
De hecho, abro el ajimez y curvo mi boca de manera favorable al tener esas vistas. Lo más preciado a la felicidad.
Un majestuoso jardín, enorme, gigante quizá, lleno de magnificas rosas de todos los colores.
Allí están las rosas, rojas, negras, amarillas, violetas, azules, cada una mas coqueta que la anterior. Juntas formando una paleta de colores como si de una obra de Jheronimus Van Aken se tratara.
Su luz llenaba mi cuarto de cierta alegría e inspiración, su olor estaba por encima de la muerte que sujetaba el cristal.
Simplemente se podía apreciar una creación de Dios. Una obra de arte natural, compleja y llena de detalles. No solo se observaban flores de cien colores. Si acentuabas la mirada se podían observar las mariposas buscando aparearse y como sus alas membranosas dejan ver sus vivos colores. Una en especial se poso sobre mi brazo.
Parecía que con sus antenas me hablaba, tan frágil, pensar que con un solo dedo podría terminar con su existencia y ver como agoniza sobre mi sin tener el más mínimo reparo en mi dulce conciencia, solo pensar, tan bonita.
Poseía un color blanco mezclado con tonos negros en la parte superior y a medida que bajaba la mirada se acentuaba en un azul oscuro donde fulminaba en dos circulos rojos sangre. Oscuros pero bellos, se podría decir sin temer a equivocarme que era una mariposa Macaón.
Ahí estaba, saludándome o dejando ver que es más valiente que las demás por estar sobre mi brazo delante de las otras. Quizá era eso o que mi vibración le atraía y quería quedarse un rato charlando.
La observe el tiempo que ella quiso, después desplego sus preciosas alas y se fue en busca de un compañero.
Me encantaba mirar por esa ventana, tener tanta naturaleza sin tocar en frente de mis ojos. Aferrándome a ella, pues al llegar la noche tenia que volver a la realidad que era, poder sobrevivir.
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sentimientos frutrados
Randomsolamente voy a exponer pequeñas frases, párrafos o desahogarme. quizá mas de uno se identifique conmigo