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Todo comienza con una imagen.
No tendría que ser así pero en este caso si, introducirse en una red social sin importar cuál y que los ojos se vayan de par en par , de foto en foto. Mostrando diez, veinte, cincuenta chicas altas, guapas, delgadas, con cuerpos aceptados por la sociedad. Con una belleza increíble donde muestran sus piernas tonificadas a la par que finas, un vientre plano dejando a la imaginación que podría llevar cualquier prenda sin mostrar el mínimo de inseguridad.
Llega el momento en el que se tira por la borda la lucha de mirarse en el espejo, reflejarte y repetirte en voz alta como si no fuese solo contigo, decir
"Soy guapa, igual que ella, y que las demás. Tengo que aceptarme" .
Desaparece. En mi pobre mente se vuelven los pensamientos de asco hacia mi ser, de arrepentimiento por ese bocado de mas y la rabia del poco esfuerzo.
A la vez surge el odio por creer en eso y dejar que me influya.. sin embargo no hay guerra que gane aquí.
Dentro hay una mosca que no para de zumbar, molestando dentro de mi cabeza susurrando que todavía no lo he conseguido, aún falta un poco más.
¿Lo peor? Que también lo creo, frustrándome por no conseguir. Por no poder bajar esos kilos de más.
Esta lucha ya la ha ganado la sociedad.

sentimientos frutradosWhere stories live. Discover now