sentimientos frutrados

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Todas las noches me acurruco en ese viejo sillón color salmón. Del que solo sale polvo cada vez que me asiento. Sin embargo, es lo único que me mantiene cerca de ti.

Cada triste amanecer lo observo, y mientras bebo una taza de café caliente para seguir despierta te espero. Ojalá volvieras.

Se por seguro que no lo harás, pero aun así me quedo acurrucada en el queriéndote volver a ver.

Aun así, lo haces. Cada mañana amanezco sin frio, sabiendo que estuviste abrazándome toda la noche para no helarme.

Te quiero-