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—Repíteme nuevamente lo que acabas de decir. Creo que no me quedó del todo claro.

—Sí, Ainosuke-sama —Tadashi asintió e hizo una reverencia —Lo que le estaba diciendo, era que el príncipe zorro y el rey ogro han estado reuniéndose a escondidas de sus clanes. Tal parece que ambas criaturas están enamoradas.

—¡Oh! conque es así...

Ainosuke, mejor conocido como Adam y rey del clan dragón, no estaba contento con dicha información.

La gran bestia llevaba siglos tratando de conquistar a la hermosa criatura, pero este último siempre lo rechazaba. Y nunca había entendido el por qué.

Según Adam, él y Kaoru formarían una pareja maravillosa. Además de que sus clanes eran los más poderosos, su unión sería bien recibida y bendecida por todos.

Así que era inaceptable que un ogro, un estúpido y simple ogro, le hubiese arrebatado a su tan anhelada "presa"

—Tadashi, mi estimado Tadashi...—habló Adam, con una sonrisa siniestra en su rostro —Tu información es muy valiosa... No hay duda de que a la diosa Inari le encantará saberlo. ¿No crees?

—¿Quiere que vaya a verla?

—Así es, ve y díselo —le ordenó.

—Como usted diga, Ainosuke-sama —Tadashi hizo una última reverencia antes de irse, y luego se transformó en serpiente y se deslizó por el suelo.

Adam sonrió a través de la oscuridad.

Kaoru sería suyo, y no permitiría que ese estúpido ogro se lo arrebatase de las manos tan fácilmente.

(...)

Kaoru estaba en su habitación leyendo un libro, o eso trataba de hacer, pero le fue imposible concentrarse en su lectura. Se sentía demasiado ansioso y emocionado, no podía dejar de pensar en su amado.

Kojiro, su amado y estúpido ogro, había ideado el plan más alocado de todos. Esa misma noche huirían juntos, vivirían una nueva vida al lado del otro, y formarían su propio clan.

Era un plan muy arriesgado, pero no quería estar más tiempo alejado del ogro. No quería vivir eternamente a merced de su clan y de las imposiciones de su madre. Quería ser libre. Quería estar en los brazos de Kojiro para siempre, solo eso...

—Carla, Sketchy... ustedes también vendrán con nosotros —dijo Kaoru mientras acariciaba el pelaje de los pequeños zorros.

—¿Y se puede saber a dónde irán? —preguntó una voz a sus espaldas, una que lo hizo paralizar por completo.

—¿M-Madre?

—Hola, querido. Hace tiempo que no nos veíamos, ¿dos siglos tal vez?

—¿Q-Qué estás haciendo aquí? —preguntó Kaoru, cohibido. Sus orejas también estaban agachadas. La diosa kitsune lo estaba observando con severidad y descontento.

—Me he enterado por ahí que mi hijo, mi único hijo, ha estado escapándose por las noches para ver a un ogro, y no cualquier ogro, sino a su rey... ¿Hay algo que quieras decir en tu defensa?

—M-Madre... Y-Yo...

No lo volverás a ver —sentenció—
No volverás a huir del castillo, ni mucho menos abandonarás tus responsabilidades como líder de este clan.

Kaoru la miró horrorizado.

—¡No, por favor! ¡no me pidas eso! No me alejes de él... —suplicó.

—¿Acaso no me escuchaste bien? No lo volverás a ver y es una orden, Kaoru. Además, si lo que quieres es casarte y tener crías con alguien, fácilmente te puedes unir con algún zorro de este clan o con alguna otra criatura.

—¡Tú no lo entiendes! ¡Yo no quiero unirme a alguien más! ¡Yo solo quiero estar con él! —exclamó angustiado y con lágrimas en los ojos.

Inari lo observó sorprendida. Era la primera vez, en siglos, que lo veía llorar.

No era común que los espíritus y los demonios desarrollaran sentimientos y emociones humanas. Era casi como un tabú.

—Ese ogro te ha cambiado, y con más razón debes alejarte de él. Su especie solo te traerá desgracias e infortunios. Pero no te preocupes hijo mío, sé que una bestia tan imponente y majestuosa como Adam será un buen esposo para ti.

Kaoru dejó de llorar y la miró con los ojos muy abiertos. Tenía que ser una broma de mal gusto. Tenía que serlo, pero no lo era.

Su madre no dijo nada más y salió de su habitación; dejándolo solo y encerrado.

Dejándolo sin su tan anhelada libertad...

Continuará...

Take the chance for romance, take my heart Donde viven las historias. Descúbrelo ahora