15/09/2028

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"Primera Fase"




Ya estaba lista para ejecutar mi plan, me tardé más de una semana casi sin descansar para asegurarme de que las cosas ocurrieran al pie de la letra.

Fui averiguando poco a poco a quienes me enfrentaba, pues al principio creímos estar un paso adelante y no había funcionado, gracias a mi error. No sé cuándo me volví tan débil, Ryden tuvo razón al decir que no era la misma de antes.

Supongo que al no estar en entrenamientos y desafiándome cada día, me hizo ser una persona más blanda. Pero no estaba dispuesta a perder esta vez, tenía que rescatar a las chicas y recuperar el Electro Magneto. Ese era mi objetivo e iba a dar mi vida por él, de ser necesario.

Este será mi plan más arriesgado, pero no estaba asustada, porque pasé noches enteras asegurándome de que fuera perfecto.

Al cumplir todas las investigaciones de lugar, me dispuse a dar pie a la ejecución.

Primera fase.

Estaba a las afueras de la base militar de la INM. Pasé los últimos tres días espiando, y anotando patrones en los que podía reparar. Los encontré gracias a unos amigos que se ofrecieron a ayudarme.

Era una base militar, muy lejos de la ciudad, prácticamente ubicada en el desierto. Tenía grandes edificios y otros que parecían más tiendas de campaña hechas de lona. También todo estaba rodeado por un perímetro de aproximadamente un kilómetro, con guardias en todas las esquinas y una puerta principal.

Ese día intentaría entrar. Lo cual no sería una tarea fácil porque mi foto estaba en todos lados. Sería imposible infiltrarse haciéndome pasar por otra persona, pues he sido una de las pocas que aún no han podido atrapar. Y pensándolo bien, fui una idiota, porque nunca vi a Ryden en esa lista, pero como dije antes, me dejé llevar por el asombro.

Había descubierto que se le estaba dando entrenamiento a los prisioneros no muy lejos de la base, esto ocurría todos los días a la misma hora, y está dirigido por nada más y nada menos que el imbécil del General Matthews.

Así que mejor esperaría a que saliera para no encontrarme con él y poder entrar sin problemas

—¿Lista? —me preguntó.

—Sabes que sí.

Había llevado a uno de mis amigos, de aquellos que me ayudaron a formular el plan, él era otro de los que figuraba en la lista. Adam Wilson, era un médico Fisiatra; alto, guapo y muy valiente, pues se ofreció a ayudarme, pese a los inconvenientes. Ese era el tipo de confianza que teníamos en el plan, todo o nada.

Corrimos en cuanto vimos a Ryden salir con los demás prisioneros, pero antes de alcanzarlo, los guardias que estaban en la entrada se adelantaron para atacarnos.

Ryden desde lejos estaba viendo la escena, pero en ningún momento se le ocurrió intervenir, me miró a los ojos y luego les dijo a los demás militares que lo acompañaban que siguieran adelante.

Los de la entrada nos apuntaron con sus armas y antes de disparar solo se me ocurrió decir:

—Venimos a entregarnos —con las manos encima de mi cabeza para darles seguridad de mis palabras.

Eso no era parte del plan.

Entonces nos tomaron de las muñecas para esposarnos y revisarnos de pies a cabeza. Luego procedieron a llevarnos adentro.

Ya en el edificio principal, nos llevaron a un cuarto de interrogatorios, paredes grises, un espejo que obviamente no era un espejo y una mesa, donde nos sentaron. No quedamos solos unos minutos, de los cuales no aparté mi mirada del espejo en ningún momento. Quería que me reconocieran.

Crónicas de una GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora