XXI - Final

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- ¡Selever, para! -
- Oh vamos, no me perderé esto por nada del mundo. -
- Selever, deja de espiarlos... -
- ¡P-pero Ras! Debemos de asegurarnos de que existiremos sí o sí. -
- Sabes que estamos existiendo... -
- Ugh, sabes a lo que me refiero. -
- Lo sé, pero no tiene mucha excusa para lo que estás haciendo. -
- ... Ras... -
- Sel... vamos. -
- ... -

Hermanos.
Familia.
Padres.

...

Es complicado vivir sin tus padres, pero es aún más complicado el poder verlos sin relacionarte con ellos. Ese… ese era el horrible caso de nuestros jóvenes protagonistas.
Estaban condenados a ver a sus padres relacionarse sin ellos, sin siquiera saber de su triste existencia.

Algo muy duro en verdad.

Pero… ahora tenían una oportunidad.
Como un milagro cumpliéndose para ellos dos.

Ahora ambos Stickman… ¡Estaban en una cita!
Selever quería asegurarse de que todo saliera bien, ya que le era muy doloroso pensar que no podría vivir con sus padres. También le dolía el hecho de que Rasazy múltiples veces le había preguntado si morirían ya en ese punto.
Claro, ambos Stickman habían tardado demasiado en tener una cita, y es entendible que la menor perdiera las esperanzas.

Además, Rasazy no es que sea muy optimista que digamos…

Los hermanos estaban en el sofá ahora mismo; Rasazy leía un libro como de costumbre, mientras Selever intentaba no comerse las uñas de los dedos por la tensión que sentía en ese momento. Si la cita era perfecta finalmente podrían ir al mundo real para poder pasar tiempo con sus padres.
Pero… si nada llegaba a pasar estarían condenados a esperar aún más.

Sí, quizá no es tan malo como piensa…
Pero es Selever, le encanta exagerar.

Rasazy le veía algo preocupada, pero tampoco es como si supiera cómo ayudar a su hermano. Ambos estaban tensos, nerviosos y tímidos.
Querían conocer ya a sus padres frente a frente, pero tampoco podían obligarlos a que se declararan uno con el otro.

Recuerda aquella vez donde ambos se pusieron de acuerdo para regalarle una flor a sus padres.
Selever dejó una brillante rosa fucsia en la cama de la monja gracias a sus portales, mientras que Rasazy dejó una rosa gris azulado en la cama del ruso.
Decidieron esperar a ver las reacciones de sus padres hacia las rosas, esperando que al menos las dejasen en un buen lugar.

La monja la tomó y la dejó en un lindo florero, siendo seguida por el ruso.

Ambos se preguntaron si se habían regalado esas flores mutuamente, aunque simplemente lo dejaron pasar.

♥️ An Angel Made From Hell 💙 (Friday Night Funkin': Mid-Fight Masses)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora