diecinueve

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19. Dame.

—Dios mío Yeonjun, perdóname —pidió la castaña, tocando suavemente los labios del ahora pelirosa.

—Cristo, deberías ir a clases del control de la ira o algo —se quejó Yeonjun, tocándose la herida del labio.

—No me culpes, de verdad sonó realmente mal.

—Alena, por el amor a Chávez, uno no debe reaccionar así —Yeon la miró mal, ella se rió. Si, parecía arrepentida por lo que había hecho, pero a decir verdad estaba mucho más agraciada.

—Que vaina bonita, ¿cómo quieres que reaccione si me dice que les de cuca, ah?: "Si papi, deja abro las piernas para que te la comas toditica".

— ¡Yo no sabía que ustedes les decían catalinas a las cucas! —lloriqueó, Alena rodó los ojos— No era razón para que me estamparas un coñazo con la paleta de madera. ¿Ve? Me partiste el labio.

—Bueno, te pasa por agüevoniao.

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Yo estoy enamoradísima de Alena ok.

-alex

TxT in VenezuelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora