Capitulo 11

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Izuku Midoriya había sido entrenado desde una joven y tierna edad para convertirse en un excelente jefe de la Yakusa, fuese alfa u omega, era su deber. Aunque al ser alfa todo se le facilitó de cierto modo, y más cuando se descubrió un alfa frío.

Había pasado por numerosas pruebas, entrenamientos y situaciones de alto riesgo en lugares inevitables, peleando contra enemigos poderosos, y justo ahora Izuku puede afirmar que nada, ningún maldito entrenamiento o momento le había preparado para este día.

No cuando tenía que reunir toda su paciencia para no cogerse a Kacchan en el auto, por Dios, sólo necesitaba unos minutos para llegar a la mansión.

Pero Kacchan no ayudaba.

- Izuku... - gimió mientras movía sus dedos, buscaba la manera de aliviarse y provocar a su alfa, de verdad que necesitaba que le follara y rápido.

No, ningúno de sus maestros le preparo para esto. Como quisiera quejarse con Sorahiko por haberle enseñado a desgarrar cuellos con un lápiz, pero no a tener la fuerza de voluntad suficiente como para no cogerse a su omega en ese instante.

Su pene dolía, vaya que lo hacía, y el hecho de que su rubio explosivo le diera masajes por encima del pantalón no ayudaba.

Lanzó un gruñido, como quería enterrarse en esos montículos de carne, azotarlos y dejarlos al rojo vivo.

- Kacchan, para o no podré contenerme - pidió

- ¿Y quien te pidió que lo hicieras? - preguntó sonrojado

- Debemos esperar a llegar a la mansión, allá podré tomarte como quiero y llenarte de cachorros -

Escucho a Katsuki gemir y revolverse para buscar algo entre las bolsas, momentos después, un tampon masculino fue puesto frente a él.

- Follame y llename de semen si es lo que quieres - dijo, bajando un poco más sus pantalones y los de él, dejando su polla expuesta -. Y cuando lo hagas, no dejaré salir ni una sola gota.

Eso fue todo, no necesito nada más para tomar su pene y dirigirlo a la entrada mojada de su omega y empezar a entrar. Gimiendo a la par cuando por fin estaban completamente juntos, siendo Katsuki quien gimió más al tocar su punto G masculino.

- Estas tan... Apretado - respiraba acelerado, podía sentir su interior palpitar en ansias y absorberme.

- Ah~ muévete - suplico con los ojos empañados.

Ni corto ni perezoso empecé a moverme, primero lento, aprovechaba para tocar todo a mi paso. Jalaba sus pezones debajo de la ropa y acariciaba esa fina cintura, repartía mordizcos en su hombro y cuello e igualmente lo sentía a él morderme de vez en cuando y oírlo soltar gemidos en mi oído. Simplemente excitante.

Sus uñas estaban clavadas en mis omóplatos y se que luego mi camisa se teñira de rojo en esa zona. Mi pene era engullido de una manera deliciosa y Katsuki saltaba sobre mi polla con un ritmo turtuoso, sentía que no aguantaría más. Sin embargo, el auto se detuvo y supe que habíamos llegado.

En buena hora. Pensé

Tome el saco de mi traje y lo ate a la cintura de Katsuki mientras lo tomaba fuerte de los muslos. Continuaríamos en la cama, ese tampon asqueroso no era necesario, pero no dejaría que nadie viera el culo de Mi Omega siendo profanado, ni su dulce rostro, así que Kacchan lo escondió en mi cuello.

La puerta del auto fue abierta y salí con él encima, aun siendo penetrado y sufriendo con cada paso que daba hacia la puerta de entrada y luego a la habitación. Ya que con cada paso lo impulsaba desde sus muslos para que seguirlo follando. Sus uñas se enterraban más y mordía fuertemente mi hombro para no gemir en medio pasillo. Era tan deleitante torturarlo así.

Una vez en la habitación cerré la puerta con llave y camine hasta la cama, lo recosté allí y me separe, viéndolo desde arriba, con su rostro sonrojado y temblando con su abdomen lleno de semen. Katsuki se había corrido.

- ¿Te gustó eso, no? - le sonreí

Me miró avergonzado - S-si, Alfa - sonreí encantado, Dios, Quería follar lo fuerte y hacer llorar de placer, hacerle olvidar las malas experiencias y colmar lo de sentimientos tan desbordantes como los míos.

Me acerque de nuevo a él para besarlo, lento y suave, sin prisas - Te amo, Kats - murmure sobre sus labios

Suspiro - D-deku - mi pene alineadose de nuevo

- Tranquilo, Kacchan, seré suave -

- ¡No, imbecil! - protesto -. ¡Quiero que me folles duro! ¡Hazme gritar tu nombre y que sepan que solo yo tengo derecho de hacerlo!

- ¡Kacchan! - grite asombrado, y en un rápido movimiento puse sus piernas en mis hombros y lo folle, lo folle tan profundo que un gran gemido salió de sus labios en lo que yo gruñia.

- ¡Ah~! - había golpeado con mucha fuerza su punto, sentía que lo destrozaria tal virilidad dentro de él.

No fue lento, no. Hizo tal y lo que le pidió, lo follo duro y rápido, haciendo que sus manos se empuñaran y sostuvieran de las cobijas. Sus boca abierta y con su lengua afuera, derramando un largo hilo de saliva, y sus ojos vitoreados hacia arriba. Su cuerpo hervía, joder, se sentía en el infierno.

Las estocadas no paraban ni cuando por fin se habían corrido. Izuku le dio la vuelta y lo puso en cuatro, follandolo desde esa postura de una manera más profunda, si es que era posible.

Era todo un desastre de gemidos, saliva y balbuceos incomprensibles. Deku tenía su cabello sudado y cayendo sobre su rostro y las pupilas dilatadas.

Sentían inminentes el próximo orgasmo, y cuando estuvieran cerca, los colmillos del Alfa se extendieron de una manera terrorífica, unos colmillos dignos de un Alfa frío, preparados para dejar una marca en su cuello que ni siquiera un Alfa Dominante podría reemplazar.

Sintió el dolor pegar en su cuello al mismo tiempo que se corrían, y la sangre no tardo en brotar de allí, dolía, joder. El nudo de Alfa extendiéndose y llenándolo hasta el fondo, era más que seguro que quedaría preñado con eso. Los colmillos salieron de su cuello y sintió una lengua limpiar la zona y cubriendola de saliva para curarla. Ronroneo ante las atenciones de su Alfa.

Se recostaron como mejor pudieron a descansar y esperar a que el nudo bajara.

Sintió besos caer por toda su espalda y cuello y hombros.

- ¿Duele mucho, Omega?

- Si, Alfa - admitió, sintió a su alfa abrazarlo fuertemente

- Te amo, Omega

- Y yo a ti, Alfa - concedió, la única manera de que fuera a decir esas palabras era en su celo -. Tendré cachorros de mi Alfa~ - dijo risueño soltando risas.

- Serán unos hermosos Cachorros - dijo -. Y también será una buena madre, Omega, el mejor - ronronearon.

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Listo pues, ya luego hago la bendición, con permiso jajajaja

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