Capitulo 8

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Antes de que me maten, tengo mi excusa al final.

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Luego del exhaustivo viaje de regreso a la mansión Midoriya, cada quien fue a cumplir con sus funciones principales en la casa, Y Deku, bueno, el tenía mucho papeleo que hacer y cabos sueltos que arreglar. Como la ayuda que necesita para su rubio Omega.

Nadie sale sin traumas después de una situación traumante como la que vivió durante los días que estuvo desaparecido. Por suerte Karako ya estaba en la mansión cuando llegaron, ella les esperaba en la habitación principal para atender a Katsuki, que iba en sus brazos pues, no estaba dispuesto a soltarlo después de tanto tiempo separados.

Lo dejó sobre la cama con cuidado y se sentó a un costado de la cama, sin alejarse lo más que podía de Kacchan, su lobo interno estaba ansioso por haberlo soltado, y lo comprendía porque el estaba de acuerdo con su lobo de no querer alejarse de su Omega.

Sin embargo, tuvo que salir de la habitación cuando Karako le pidió que hablaran después del chequeo medico; en tanto Uraraka se encargaba de limpiar al rubio, una vez afuera la castaña habló.

—Supongo que lo que dire no te sorprendera... Tiene severos traumas en el cuerpo, incluso en zonas como la parte interna de los muslos, tobillos, pantorrilla, también laseraciones en la espalda, una costilla fracturada, insensibilidad en las caderas, desgarre en el recto, quemaduras leves y... Había rastro de violacion... — murmuró al final, ella estaba acostumbrada a tratar este tipo de cosas, eran su día a día. Pero el rubio por alguna razón le simpatizo y se sintió mal por todo eso que debió haber pasado. — Y podría seguir, pero debo hacer unos exámenes de sangre para asegurarme de que no le hayan inyectado alguna droga, también recogí muestras de semen que mandare a laboratorio para identificar si sólo pertenecen a Shindo o... Si hubo más implicados.

Midoriya tenía una mirada intensa y el ceño fruncido. Todo esto le jodia, se sentía mal por haber cedido ante los caprichos del Omega pero, lo amaba tanto que no quería encerrarlo en una jaula de oro, y ahora debe cargar las consecuencias. No va a negar que se siente malditamente culpable por todo, pero la culpa no va a arreglar nada.

—Está bien, ¿Llamaste a Chiyo? — la castaña asintió y el peli verde largo un suspiro — Bien, porque ella es la única a la que le pediría que se haga cargo de esto —masajeo la frente tratando de aminorar el dolor de cabeza causa por el estrés.

— Por cierto — llamó, antes de que el peli verde se marchará —, le puse un anticonceptivo, los omegas no suelen aceptar tener crías de alfas que repudian pero siempre es mejor prevenir que lamentar. — dijo, rápidamente recordó algo y antes de que cada uno se fuera por su lado ella dijo — Felicidades por encontrar a Kaminari, espero que este bien. Mandale mis saludos — y se fue sin mas.

Izuku suspiro y se asomo a la habitación del omega, viendo sin interrumpir como la castaña mimaba a Katsuki antes de salir de la habitación. Kacchan estaba agotado psicologica y mentalmente. Necesitaba descansar.

Ochaco se acercó a él y le hizo señas para que lo siguiera a la otra habitación.

Era hora de ver a un viejo amigo.

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Kaminari Denki, un omega de cabellos rubios con un rayo negro tintado en su cabellos, de ojos color miel y un delicioso aroma a flores silvestres y miel de abeja. Había desaparecido hace años sin dejar rastro y, ahora después de tanto tiempo, había vuelto.

Se encontraba prácticamente dormido en esa suave cama de la que solia ser su habitación cuando era un joven adolescente, su familia siempre estuvo enredada con la mafia y por consiguiente él también. Pero no todo era malo, gracias a Dios hizo amigos que daban su pellejo por salvarlo y, también tenía a su alfa Shinsou quien era su destinado. Sin embargo Kaminari no era omega cualquiera, era un omega dominante, lo que lo hacía especial ya que con sus feromonas podía someter a los alfas.

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