Capítulo 1
Seokjin siempre se consideró una persona de mente abierta. La verdad es que no le importaba lo que la gente pensara o hiciera mientras que no tuviera que ver con él.
Sus padres siempre habían sido muy religiosos y desde que nació le habían inculcado ciertos valores y conductas que a día de hoy respetaba.
No fumar. No beber. No salir después de las 9. No mentir. Nada de tatuajes o piercings. Nada de salir con gente que no aprobaban. No saltarse la misa de los domingos. Y un largo, largo etcétera.
A lo largo de su vida había conocido a mucha gente que criticaba el estilo de vida de su familia. Sus compañeros de clase le decían que era aburrido y que sus padres eran demasiado controladores. Los vecinos de su barrio les miraban mal cada vez que veían a su madre con vestimenta que cubría su cuerpo incluso en verano.
Seokjin sabía que vivían en un pueblo que no acostumbraba a ver familias tan religiosas y que la gente que susurraba no lo hacía del todo con mala intención. Simplemente no entendían a su familia.
Su madre había nacido en un pueblo Amish en Canadá. Conoció a su padre, quien estaba de viaje con la Universidad, por pura coincidencia en su "Rumspringa". Ella dejó su comunidad cuando se casó y abandonó muchas de sus costumbres para vivir dentro de la sociedad actual y mudarse a Corea. Pero había aspectos que ella simplemente no toleraba en su vida.
Seokjin había aprendido que igual que la gente juzgaba a su familia, su familia juzgaba a los demás. También aprendió el daño que eso hacía. Así que no le importaba que otros chicos de su clase salieran hasta las cinco de la mañana y volvían a casa como una cuba, tampoco le importaba que el chico que se sentaba al fondo de la clase cambiara de pareja cada semana y mucho menos que nadie de su clase fuera a la iglesia los domingos.
Él era feliz con las costumbres de su familia. Creía en ellas. Y mientras todo fuera bien para ellos, no le importaba nada más. Su vida era buena. Tenía amigos del grupo de jóvenes de la iglesia. Sus notas no eran demasiado buenas pero tampoco malas. Sus padres se querían entre sí y lo querían a él con locura.
Todo estaba bien. Su vida estaba bien. Pero entonces, todo cambió.
Los vecinos de enfrente volvían al pueblo. Seokjin no sabía que esa casa tenía dueño ya que desde que tenía uso de razón había estado vacía. Sólo se enteró porque su madre habló de ello durante la cena. No le importó demasiado, así que cuando acabó de cenar subió a su habitación para prepararse para ir a la cama. Su habitación tenía un ventanal bastante espacioso. Le gustaba sentarse en él disfrutando de la brisa y el olor de la noche mientras rezaba por su familia.
Ese día siguió la misma rutina. Acabó sus oraciones y observó cautivado el cielo. Una estrella fugaz llamó su atención. Cerró los ojos con fuerza y deseó "Por favor, quiero ser feliz". Le gustaban las estrellas fugaces. En sus oraciones siempre pedía la felicidad de su familia pero con las estrellas se permitía ser un poquito egoísta.
Un ruido de afuera llamó su atención. Abrió los ojos y observó cómo un coche aparcaba en la casa de enfrente.
"Seguro que mamá ya le está espiando desde la ventana". Pensó divertido.
La puerta del auto se abrió y un hombre de pelo oscuro y algo rizado salió de dentro. La respiración de Seokjin se entrecortó cuando se dio la vuelta y sus miradas se unieron cómo si supiera que le estaba observando. Por alguna razón, su rostro se le hizo familiar. El desconocido sonrió y agitó la mano en un gesto animado. Se sonrojó mientras le devolvía el saludo con un gesto de cabeza.
Se apartó de la ventana esperando que no pensara que le estaba espiando y se fue a la cama. Cuando se levantó a la mañana siguiente el coche no estaba y las persianas de la casa de enfrente seguían cerradas.
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LAZOS DE LUNA (BTS X JIN) (Yaoi)
WerewolfSeokjin era de una familia religiosa de una pequeño pueblo rodeado de árboles. Había vivido de manera tranquila toda su vida hasta que los Min volvieron al pueblo. Y con ellos, muchos secretos y recuerdos que creía olvidados. Los lazos que una vez...