Capítulo 2

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Capítulo 2

Esa noche soñó con aullidos de lobos. Se unían en una melodía que le llamaba pero no sabía cómo llegar hasta ellos. La oscuridad le envolvía y no lograba encontrar la salida.

Era un nuevo día y la misma rutina de siempre estaba a punto de empezar. Entonces sonó el ruido de un camión. Se asomó para ver a un par siendo descargados en la acera de enfrente. El mismo chico que había visto la noche anterior hablaba con los trabajadores para que movieran los muebles dentro. Seokjin se sonrojó al ver de nuevo su rostro. Era condenadamente guapo y se maldecía a sí mismo por pensar así de un hombre.

El desconocido se quedó quieto. El pánico le invadió al pensar que se iba a girar cómo la anterior vez y pillarlo mirándole pero nada de eso pasó. El desconocido siguió a uno de los trabajadores sin mirar en su dirección. Por alguna razón, Seokjin no podía dejar de pensar que él sabía que le estaba mirando.

*

Esa tarde volvió a casa caminando. A veces lo hacía. Le gustaba respirar el aire fresco y estirar un poco las piernas después de muchas horas tras un pupitre.

Su calle estaba vacía cuando cruzó la esquina. Normalmente lo estaba. Por eso les gustó a sus padres cuando la compraron. Casi todos los vecinos eran personas mayores que no hacían ruido ni solían salir de la rutina de ver telenovelas o las noticias todo el día.

Caminó hasta divisar su casa y removió sus bolsillos buscando las llaves. Hoy no habría nadie en casa. Su padre trabajaba como siempre y su madre era voluntaria en la iglesia todos los martes, miércoles y jueves. Volvió la vista al frente al encontrarlas y se congeló en su sitio al ver un chico sentado en la acera de la casa de enfrente. Los camiones ya no estaban.

El chico era de su edad. Un año más o un año menos. Su vista fue hacia Seokjin en el mismo momento en el que este se quedó parado. El chico sonrió mientras se levantaba y iba hacia él dejando a Seokjin aún más sorprendido.

- Hola.- Su voz era melodiosa y algo le decía que ya la había escuchado antes. Su cabeza dolió al no recordar dónde.

- Hola.- Contestó recordando sus modales. Sus ojos estaban clavados en el rostro del chico sin que pudiera apartarlos. - Emmm... Soy Seokjin.- Se presentó tras unos segundos de silencio en los que juraría que vio al chico desconocido olfatear el aire. Se preguntó si olía mal y se sonrojó por ello.

- Lo sé. Yo soy Jungkook. Nos hemos mudado enfrente.- Señaló la enorme casa.

- Lo sé.- Dijo él, sólo porque no sabía que más decir. - Esto...

- ¿Quieres venir a comer?

- ¿Cómo?- preguntó sorprendido. Jungkook sonrió aún más.

- Tus padres no están. Pensé que podrías comer conmigo. - Seokjin iba a preguntar cómo sabía que sus padres no estaban, porque invitaba a un desconocido a comer y muchas más cosas pero se quedó sin palabras cuando Jungkook habló.- Antes solías comer muchas veces en nuestra casa.

Su boca se abrió cómo para decir algo pero estaba demasiado sorprendido cómo para hacerlo.

- ¿Vienes?- preguntó Jungkook mientras caminaba de vuelta hacia su casa. Seokjin le siguió. Le siguió porque, por alguna razón, no supo que más hacer.

*

La casa era igual de lujosa por dentro cómo lo era por fuera. El comedor al que le llevó Jungkook también era enorme. Había varios platos con distinta comida en ellos y solo dos cuberterías. Jungkook le señaló una de ellas para que se sentara. Por un momento un silencio algo incómodo se instaló entre ellos. Jungkook no parecía notarlo. No dejaba de olisquear el aire.

- ¿No esta tu familia?- preguntó, queriendo llenar con algo el silencio.

- No. ¿A que es genial? Podemos estar solos tú y yo, sin ellos y sus estúpidos olores.

- ¿Olores?- Jungkook se sonrojó.

- Soy sensible a los olores.- Dijo mientras llevaba el tenedor con un trozo de pollo a la boca.

- Ah...- Eso explicaba porque no paraba de olisquear el aire. Seguía siendo extraño pero al menos sabía la razón y no era tan raro.

- Yo tengo sensible la piel.- Dijo al ver que Jungkook seguía sonrojado. - Me quemo enseguida.

- Lo sé. Siempre volvías quemado cuando íbamos al lago. - Jungkook sonreía de nuevo.

- ¿Lago?- preguntó, ignorando que no se acordaba de nada de eso.

- Hay uno a unos kilómetros dentro del bosque.

- No me acuerdo.- Dijo ya que le parecía mejor decir eso a que no se acuerdaba de él tampoco.

- Éramos pequeños. - Dijo Jungkook con simpleza. Quiso decirle que él se acordaba pero el sonido de una puerta les distrajo. Jungkook masculló algo por lo bajo antes de mirar en dirección a la entrada.

Un fuerte sonrojo invadió sus mejillas al ver al hombre que vio sin camiseta entrar en el comedor. Esta vez iba completamente vestido.

- Jk te dije que no lo secuestraras.- Regañó al chico después de sonreírme a modo de saludo.

- No le secuestré. ¿Verdad Jin? - Seokjin le miró sorprendido por el mote y su cabeza dio una punzada.

"Ven con nosotros Jin". Una voz desconocida sonó en su cabeza tan vívida cómo si alguien le estuviera hablando en ese momento. Parpadeó varias veces seguidas intentando despejar su mente.

Sus dos vecinos le estaban mirando. Ambos tenían una expresión seria. Incluso Jungkook quien hasta ahora había sido solo sonrisas.

- Mi nombre es Namjoon. Soy el hermano mayor de Jungkook, es bueno ver que ya está haciendo amigos. - La voz de Namjoon era tranquila y, al igual que con Jungkook, podía oír un tono melodioso en ella.

- Me llamo Seokjin. Encantado.- Dijo apartando la mirada en seguida.

Namjoon no se quedó. Salió al jardín trasero y en un momento, Seokjin pudo ver por la ventana que estaba plantando flores. Las mismas que esa mañana.

- Son muy bonitas.- Le dijo a Jungkook. Este sonrió pero no dijo nada.

*

Volvió a casa tres horas después. No se había dado cuenta de la hora. Jungkook le había enseñado su salón y los videojuegos que tenía y se habían pasado todo el tiempo jugando a uno. Seokjin nunca antes había jugado pero lo supo disimular sorprendentemente bien. En algún momento, la situación dejó de ser extraña y olvidó que estaba en una casa desconocida con personas que no conocía. Extrañamente, se encontraba muy cómodo.

No vio a nadie más en la casa. Jungkook dijo que sus padres no vivirían ahí, que vino con sus hermanos mayores. También dijo que ellos vendrían en unos días ya que estaban arreglando asuntos familiares y de trabajo. Dijo que eso le ponía feliz ya que si estuvieran aquí, un tal Yoongi no le hubiera dejado invitarlo. Seokjin se sintió algo mal en ese momento. Jungkook pareció darse cuenta enseguida y dijo que era porque su hermano mayor pensaría que le molestaría que Jungkook le abordara así.

Se sintió mejor y volvieron a jugar sin volver a hablar de sus hermanos, aunque Seokjin deseaba preguntar cómo eran, cómo se llamaban... Su corazón latía a un ritmo distinto desde que estaba en esa casa y no podía explicarse la razón.

*

Volvió a soñar con lobos esa noche y sus aullidos sonaban aún más fuertes. 

LAZOS DE LUNA (BTS X JIN) (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora