Capítulo 6
Había estado corriendo sin parar intentando que su parte animal se calmara. El lobo no paraba de rasguñar en su interior, intentando salir y tomar el control. Jimin se preguntó si era esa la sensación que tenía Jungkook cuando su despertar se adelantó.
Habían aprendido desde muy jóvenes que no eran cómo el resto de personas. Su familia formaba parte del clan cambiaformas de Corea. Hacía mucho que el clan se había separado ya que vivir en manada llamaba mucho la atención de la gente. Jimin no llegó a conocer a nadie cómo ellos fuera de su familia. Había nacido cuando el clan ya llevaba mucho tiempo separado. Ni siquiera Yoongi llegó a presenciar esa época.
Su despertar fue a los once años. Una edad normal para cambiar por primera vez. Su hermano mayor, Yoongi, tuvo su despertar a los nueve. Los alfas tenían un despertar más temprano de lo habitual. Jungkook fue la excepción. Él no era un alfa, pero su cuerpo le obligó a cambiar en un momento desesperado cuando tan sólo tenía seis y fue un descontrol total.
Para Jimin siempre había sido fácil controlar a su lobo. Por eso no entendía del todo porque era un problema que su hermano menor se transformara tan pronto. No hasta que lo vio por su cuenta. Era un lobo rabioso, sin ningún tipo de control incluso con los miembros de su propia manada. Parecía un omega.
Los omegas eran lobos que se perdían en su parte animal y no lograban volver a ser humanos. Se convertían en seres despiadados que cazaban incluso a su misma especie. Una vez, Yoongi, les explicó que los omegas se sentían inconscientemente atraídos por los demás cambiaformas porque era lo único que les resultaba familiar en sus nubladas mentes. Pero estaban tan jodidos que acababan cazándolos nada más cruzarse con uno.
Jimin siempre tuvo miedo de los omegas. Recordaba cuando su padre, el antiguo alfa, volvía de cazarlos. Solía tener la mirada perdida, cómo si sintiera culpa por no poder salvar lo insalvable. Volvía en su forma animal, con las patas y el hocico llenos de sangre y se tumbaba cerca de su madre hasta quedarse dormido.
A Jimin le aterraban los omegas pero más le aterraba volverse uno. O que alguno de sus hermanos se volviera uno. Jungkook estuvo a punto y nunca podría sacarse esa imagen de la cabeza. Su padre no iba a verlo mientras estaba en ese estado. Jimin le culpaba por no hacerlo. Pensaba que, al ser el alfa, podría hacer algo. Lo odió por no intentarlo hasta que le oyó una noche. Su madre le reprochaba no haber ido a ver a su hijo y al final su padre se rompió.
- Tengo miedo...- le decía a su madre mientras sus manos temblaban,- tengo miedo de ir ahí y no ver a mi hijo... si ha cedido... tendría que matarlo y simplemente... no puedo.
Fueron sus hermanos quienes lograron que Jungkook volviera. Tae y él les miraban desde el otro lado del sótano dónde tenían a Jungkook. Se cogían de la mano mientras veían a sus hermanos mayores pelear contra el lobo descontrolado. Veían cómo intentaban calmarlo y cada día perdían más y más la esperanza. Hasta que un día, bajaron al sótano y se encontraron a Jungkook durmiendo en un rincón. Era humano. No volvió a transformarse hasta los doce y su cambio, para alivio de todos, fue normal. Esa misma noche, se lo encontró en el patio trasero. Tenía el rostro lleno de lágrimas.
- Tenía miedo.- Le dijo.- Él no paraba de intentar salir y al final no pude contenerlo. Tenía tanto miedo.
Y siguió llorando. Jimin dejó que se desahogara y el miedo en él creció. Su hermano parecía tan frágil ese día que no pudo evitar odiar a Yoongi cuando les dijo que volverían. Que volverían dónde Seokjin. Recordaba los ojos iluminados de sus hermanos al oírle hablar. Recordaba la enorme sonrisa de Jungkook. Pero él sólo podía sentir miedo.
Corrió más rápido, intentando librar su mente de los recuerdos del pasado. Era muy tarde. Hacía bastante que había escuchado la llamada del alfa para que volviera pero se resistió a él. Nunca se resistía a Yoongi pero estaba tan enfadado.
Volvió a la casa de su familia, metiéndose por el patio trasero esperando que nadie le hubiera visto. Yoongi estaba sentado en el porche. No le extrañó. Sabía que le estaría esperando. Pasó de largo, dirigiéndose hacia las puertas de cristal de la casa.
- Jimin. - Le llamó. Pero lo ignoró. - ¿Cuánto más vas a estar haciéndome esto?- Jimin agachó las orejas al oír la voz herida de su hermano. Los alfas sentían de manera intensa a su manada. Cada miembro de esta era preciado de manera única para ellos y podían sentir cada emoción intensa que experimentaran. Con su indiferencia, hería a Yoongi.
Sin poder evitarlo, su cuerpo dio la vuelta y se dirigió hacia su hermano. Se acurrucó contra él, apoyando la cabeza en su regazo. Yoongi suspiró y su mano derecha fue directa a acariciarle. Jimin cerró los ojos. Se sentía demasiado bien estar cerca de su alfa de nuevo.
- Lo siento. Sé que no estás de acuerdo con mi decisión pero no podíamos seguir lejos. Necesitábamos tenerlo cerca.
"¿Ahora está cerca?" pensó con ironía. Yoongi sonrió ligeramente. Él podía oírle.
- Es algo primario, Jimin. Todos estamos más tranquilos. ¿Lo has notado? Es porque aunque él no esta justo aquí, está cerca. Sabemos que está a salvo. Nuestro instinto de proteger a nuestra pareja se ha relajado por primera vez en mucho tiempo.
Resopló y Yoongi se rio por lo bajo.
- Aún eres muy joven. - Le insistió.- Confundes tus emociones. Pero todo va a salir bien. No hagas algo de lo que te puedas arrepentir después.
"¿Es una orden?"
- Es un consejo. - Contestó mientras se levantaba. Hacía mucho que no sentía la protección y tranquilidad que le aportaba su alfa y lo echó de menos en seguida. - De tu hermano mayor. - Jimin cerró los ojos y escuchó los tranquilos pasos alejándose de él.
"No te odio". Susurró en su mente y recibió una ola de tranquilidad cómo respuesta.
Gracias por su apoyo. Nos leemos pronto :)
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LAZOS DE LUNA (BTS X JIN) (Yaoi)
Manusia SerigalaSeokjin era de una familia religiosa de una pequeño pueblo rodeado de árboles. Había vivido de manera tranquila toda su vida hasta que los Min volvieron al pueblo. Y con ellos, muchos secretos y recuerdos que creía olvidados. Los lazos que una vez...